Luis y Beatriz perdieron dos embarazos y decidieron adoptar: hoy son padres de cinco chicos
La última adopción, de mellizos, se concretó hoy; mañana, la nueva familia podrá festejar el Día de la Madre
“Chicos, vístanse lindos que vamos a salir a festejar”. Los ojitos de los 3 niños se llenaron de preguntas la semana pasada. La emoción se mezclaba en la cocina con el olor a bizcochuelo de vainilla. ¿Qué había sucedido?
Pasó que el sueño se hizo realidad en tiempo récord. Luis y Beatriz, que en marzo de 2015 se inscribieron para ser papás por adopción, ya son padres de cinco niños: uno de 10, otro 8, otro de 6, y mellizos de 1 año y medio. Los 3 niños mayores, que anhelaban crecer siempre juntos y en familia, conocerían esa noche a sus pequeños hermanitos biológicos y adoptivos.
Dos embarazos perdidos
Luis y Beatriz se conocieron en el aula de la escuela secundaria, en San Juan. Tenían 13 años y muchos sueños por cumplir. En la adolescencia fueron novios, pero todo quedó atrás cuando él se trasladó a Buenos Aires para estudiar Sistemas. Ella quedó en su provincia trabajando como maestra de escuela. Sin mucha suerte en materia de amores, ambos se reencontraron 5 años atrás, con 41 años a cuestas y un sueño compartido: formar una gran familia. La ilusión no les apagaba el sentido de realidad. Si la naturaleza se mostraba generosa, podrían tener un hijo, o dos.
Pronto llegó la euforia de la noticia del embarazo. Y la decepción de la pérdida. Llegó otro embarazo, y otra desilusión. Juntos afrontaron el dolor de enterrar a un niño que entraba en la palma de una mano. Aconsejados por los médicos, decidieron buscar otra alternativa para arribar al mismo destino. La adopción era una excelente opción.
La adopción: "El centro es el hijo"
Lo primero que hicieron fue asesorarse, asistiendo a charlas y encuentros organizados por ONGs especializadas en la temática. Allí aprendieron un concepto clave, que les permitió concretar su sueño en sólo 60 días. “El centro es el hijo. Se necesitan parejas que quieran ponerse al servicio de lo que necesitan los hijos. Y aceptarlos con su historia, rasgos, carácter, color…No se trata de llenar el vació de los padres que no han podido tener hijos biológicos”, les dijeron.
Durante el proceso de inscripción en el juzgado, los interesados deben definir su perfil de adoptantes. Mientras la mayoría de los interesados se inscribe para adoptar un bebé sano de hasta 2 años de edad, ellos fueron audaces y muy generosos: se anotaron para recibir un grupo de hasta 3 hermanos, de hasta 10 años de edad, o uno sólo no sano. Era el límite físico que tenían en marzo de 2015, viviendo en Buenos Aires con lo justo. Pero el proyecto que visualizaban, y con el que soñaban despiertos, era una mesa con parvas de milanesas, mucho ruido y alegría de vivir.
Tres hermanitos
A los 60 días recibieron el llamado del juzgado. Había 3 hermanitos esperando para conocerlos. La mayor, de 9 años, y dos varones de 7 y 5. Hacía 4 años que estaban en un hogar de niños en Capital Federal. En ese mismo lugar, había 43 niños menores de 15 años. Del total, 40 eran grupos de hermanos en situación de adoptabilidad esperando por una familia que los abrace a todos juntos.
En marzo de éste año salió la sentencia definitiva en el juicio de adopción. En ese mismo momento, Luis había conseguido un trabajo en Mendoza, que le permitiría ganar más dinero y reducir los costos de la vida. Todo parecía acomodarse, pero antes de retirarse del juzgado, les dieron una noticia conmovedora: los padres biológicos de sus hijos habían tenido mellizos. En caso de que ellos queden en situación de adoptabilidad, y agotadas las instancias de re-vinculación con familiares directos, les darían la prioridad a ellos para que los cinco hermanitos crezcan juntos en familia.
Los mellizos
“Teníamos ganas de agrandar la familia, y los mellizos llegarían a nosotros porque son hermanos de nuestros hijos. Habíamos experimentado que los problemas y dificultades se iban solucionado sobre la marcha…viviendo en Mendoza no había motivos para decir que no”, explican los padres a LA NACION. En septiembre recibieron la llamada del juzgado con la noticia de que serían padres nuevamente, y por partida doble.
La semana pasada los mellizos conocieron a sus padres en la casa de la familia de tránsito que los cuidó amorosamente desde que nacieron. “Parecía que nos estaban esperando”, cuenta Beatriz.
Hoy, los cuatro emprenderán el viaje a casa…14 horas de bus para llegar a Mendoza y fundirse los siete en un abrazo eterno. Mañana, cuando Beatriz abra sus ojos, tendrá cinco hijos llenándola de besos y gritando “feliz día mamá”. Con fe y generosidad, los sueños se hacen realidad.
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