Ludmila Pagliero: estrella que alumbras el cielo de parís
A los ojos de este exquisito artista francés, la bailarina argentina no es sólo la mejor del mundo: es un ejemplo perfecto de realización personal
Ludmila Pagliero es una magnífica bailarina. Lo advertí apenas entró en el Ballet de la Ópera de París. Ya tenía una verdadera personalidad y sabía por qué estaba allí. Subió escalón tras escalón a fuerza de trabajo, hasta llegar a ser actualmente una de las estrellas más deslumbrantes de la compañía.Una étoile. Aunque ya hace ocho años que estoy en Viena, he seguido su evolución con gran interés y, de hecho, la invité a bailar con nosotros en la temporada pasada.
Como integrante del jurado del Benois de la Danse, decidí este año postular a Ludmila como mejor bailarina por su increíble ascenso, su trayectoria, y su excepcional interpretación en Other Dances, de Jerome Robbins. Ganó el premio y es muy justo que así haya sido, ya que es una artista de excepción en el actual panorama del ballet.
Pagliero es una bailarina clásica exquisita, en roles que van de La Sylphide de Pierre Lacotte al Don Quijote de Nureyev y La Bayadera de Makarova, y se siente igualmente a gusto con coreógrafos contemporáneos como William Forsythe y Crystal Pite, cuyas últimas creaciones acaba de interpretar.
Los argentinos pueden sentirse orgullosos de tener a una representante en la Ópera de París que, al mismo tiempo, sigue siendo fiel a su país y es un ejemplo perfecto de realización personal. No hay duda de que Pagliero seguirá cautivándonos por mucho tiempo más.
DEL EDITOR: por qué es importante. Convertida ya en la única étoile latinoamericana de la historia en la Ópera de París, este año obtuvo el premio Benois de la Danse en la categoría de mejor bailarina.
Manuel Legris