Los vinos espumosos se imponen a la hora del brunch
Navarro Correas propone cinco versiones de sparkling wines para disfrutar con cada plato
El brunch trascendió los hoteles cinco estrellas más exclusivos para convertirse en una costumbre argentina por adopción. Mientras que hace cinco años este término nacido de la fusión breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo) demandaba traducción, hoy la mayoría de los restaurantes y hoteles del país lo sirven con éxito cada fin de semana mientras que brunchear ya se lista entre las expresiones porteñas más trendy. Los vinos espumosos tampoco se quedan afuera de esta tendencia y Navarro Correas propuso sus mejores opciones para un brunch de lujo.
A los argentinos esta idea de desayuno tardío y suculento les sedujo con facilidad por que calza con esa costumbre de celebrar y disfrutar cada momento con alegría y distensión. Principalmente a la hora de comer. El brunch propone justo eso: momentos divertidos ideales para compartir con amigos con una alta cuota de sofisticación. De modo que salir a brunchear es una tendencia que parece no tener techo en nuestro país.
Si bien es sabido que en él nunca puede faltar un buen café o té, algo característico del brunch son los cócteles y bebidas alcohólicas; entre ellos se imponen los que se destacan por ser sparkling wines (vinos espumosos). ¿Pero cuáles?
Burbujas bruncheras
“Los vinos espumosos son ideales para el brunch, sus diferentes estilos permiten dar con el maridaje indicado para cada plato”, asegura Celia López, winemaker de Navarro Correas. Y solo observar el porfolio completo de etiquetas que elabora la experta en burbujas basta para comprender por que lo dice.
Los espumantes tienen la particularidad de combinar cepas con diferentes características que dan como resultado vinos versátiles, complejos y gastronómicos. Los hay secos, dulces y semi dulces, de modo que siempre hay un sparkling para cada sabor. Y al parecer, es esta diversidad de propuestas lo que llevó a cambiar la forma y tiempos de consumo de estos vinos exclusivos para fechas especiales.
Hoy los argentinos disfrutan de los espumosos a lo largo del año y su consumo araña las 60 millones de botellas anuales. “En Navarro Correas creemos que una celebración especial es cada momento que vivimos. Por lo tanto, cualquier ocasión es buena para una copa de espumoso y celebrarnos a nosotros mismos”, dice López.
En cuanto al rol de estos vinos en la mesa del brunch cada estilo propone un acompañamiento especial. Por ejemplo, Navarro Correas Nature, blend de Chardonnay y Viognier, es el más seco de la bodega e ideal para pescados y mariscos. Su Extra Brut, el clásico de la línea, elaborado con Chardonnay y Pinot Noir, es gran compañero de aperitivos y platos frescos como ceviches. Navarro Correas Grand Cuvée, máxima expresión del estilo de la bodega, compuesto en un 90% de Chardonnay es buen aliado de carnes ahumadas y pates, mientras que Brut Malbec Rosé, propuesta original y sabrosa, es un vino que acompaña carnes de buen tenor graso como mollejas grilladas, foie gras o bien un carpaccio de lomo o jamón crudo con salsa agridulces.
Por último, siempre es bueno tener a mano una botella de burbujas dulces para cerrar una comida, como Navarro Correas Dulcet, un espumoso de dulzor equilibrado que acompaña certeramente postres a base de cremas y frutas pero también aquellos donde el chocolate es protagonista.
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