Por la diferencia cambiaria, las visitas ya no solo se dan los fines de semana, sino que hay quienes aprovechan los días hábiles para acceder a mayor disponibilidad de bienes y servicios
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MENDOZA.– La “invasión” de turistas chilenos no se detiene en la provincia. El “efecto Mendoza”, que tiene a miles de visitantes de ese país cada semana comprando en supermercados, empezó a trasladarse a otros rubros. Así, ya no solo hay filas en los centros mayoristas, sino que farmacias, peluquerías, centros de estéticas y algunas clínicas médicas tienen nuevos visitantes, atraídos por los bajos costos que les significa acceder a la mayoría de estos servicios. En promedio, afirman que les cuesta hasta tres veces menos que en su país.
Bajo este escenario, en medio de la crisis económica nacional, las autoridades mendocinas y los empresarios celebran el movimiento comercial que se da por estos días. Sin embargo, se encienden algunas alertas frente al faltante de algunos productos en las góndolas. De todas maneras, los dueños de los negocios afirman que no hay desabastecimiento ni almacenamiento de mercadería y que la incidencia en la facturación de las compras chilenas es acotada. De todas maneras, indican que se están organizando, incluso con horarios especiales y limitados para los visitantes, para reponer los bienes en las estanterías y no afectar a los clientes mendocinos, además de reforzar la línea de cajas.
“¿Qué más puedo llevar, que esté a buen precio?”, es una pregunta que repiten los turistas chilenos ante la atenta mirada de los vendedores de farmacias y perfumerías, según pudo observar LA NACIÓN en una recorrida por diferentes sitios del microcentro mendocino, más allá del furor que se vive en los hipermercados. “Compré muchos medicamentos de venta libre, varias cremas antiage, maquillajes de todo tipo, perfumes y champú. Los valores en general son muy convenientes; el ahorro es importante, algunos productos nos cuestan entre dos y tres veces menos”, señaló a este medio Constanza, una profesional chilena, que aprovechó para hacerse una escapada entre semana junto a su marido. Es más, dijo que si tiene tiempo, luego de llenar el changuito en el supermercado, le interesaba darse una vuelta por la peluquería.
Cambios
De hecho, ya no solo las visitas se dan de viernes a domingo, sino que hay quienes aprovechan los días hábiles para acceder a mayor disponibilidad de bienes y servicios. “Durante la semana tenemos movimiento de chilenos, que se llevan varias cosas, sobre todo medicamentos, pero los sábados esto realmente explota: son las 14, te querés ir a tu casa, y seguís atendiendo gente”, comentó la cajera de una reconocida farmacia ubicada en pleno microcentro.
Además, del otro lado de la Cordillera se ofrecen tours de compras, denominados “shopping day”, para viajar en ómnibus a Mendoza. Por lo general, la salida es el viernes a la noche, para que el sábado a primera hora se puedan realizan las compras y se emprenda el regreso en horas de la siesta, por lo que la llegada a Chile es antes de la medianoche.
La salud es otro de los sectores donde se observa un constante movimiento de extranjeros. “Los turistas vienen con dólares y se hacen todos los estudios. Esta es una realidad que se viene profundizando al ritmo de la crisis del país y la devaluación de nuestra moneda. Por lo general, el ingreso es por guardia general, y aprovechan para hacerse chequeos en base a síntomas generales. Eso sí, no solo atendemos chilenos, recibimos una gran cantidad de extranjeros que hablan inglés”, indicaron desde la Clínica de Cuyo, uno de los efectores privados más importantes del Gran Mendoza.
Por su parte, los centros de estética y spa también viven el boom de chilenos, según comentaron a LA NACIÓN fuentes del sector. Además, si los visitantes no llegan a ir a unos de estos sitios, por cuestiones de tiempo, usan las peluquerías como espacio de relax y “puesta a punto”. Así, lo contó a este medio, Estela Morán, encargada de los concurridos salones LeoCut. “La verdad que es un servicio que todas las chilenas vienen a buscar. La peluquería allá es muy cara, así que hoy les beneficia mucho venir a Mendoza”, indicó la empleada.
Morán recordó, con cierto arrepentimiento, una anécdota que vivieron frente a la demanda chilena. “Ellas lo toman hasta cómo día de spa: el otro día querían venir siete juntas el 1° de Mayo, y como es un día festivo importante, nuestros salones estaban cerrados”, expresó, entre risas y lamentos, y agregó: “Ellas preguntan, sacan cuentas y hasta, a veces, llegan tarde al turno porque se demoraron en los mayoristas de mercadería”.
Además, en las peluquerías consultadas indicaron que las clientes extranjeras ven “muy conveniente” los valores y no dejan pasar la oportunidad para regresar, lo antes posible. “A principios de abril, una turista solo se había cortado el cabello. Pues bien, el fin de semana pasado volvió, sacó turno en nuestra web y se realizó tratamiento y manos”, comentó Morán.
Tratamientos estéticos
En tanto, las intervenciones quirúrgicas para mejorar el aspecto físico también son materia de interés de las turistas chilenas; al menos, realizan consultas de manera permanente. “Suelen venir en taxi, se bajan rápido y preguntan para hacerse alguna cirugía estética, pero como están por pocos días se les complica. De todas maneras, hacemos intervenciones a turistas chilenas, con quienes acordamos turnos previos. Eso sí, recibimos varias consultas por e-mail y WhatsApp”, contaron a este diario desde la reconocida Clínica Mira, dedicada, principalmente a la cirugía plástica y dermatología, aunque aclararon que no hay grandes diferencias con los valores en dólares que se pagan en Chile.
Este año, más allá del lógico movimiento que se dio en la temporada estival, la explosión de chilenos en Mendoza se produjo en Semana Santa, tal como contó LA NACIÓN. De hecho, por esos días de abril, unos 25.000 chilenos arribaron a la provincia. Sin embargo, el flujo no se detuvo en las semanas siguientes, y cada fin de semana suelen entrar unos 10.000 turistas chilenos, atraídos por los bajos precios, en relación al cambio de su moneda, cuando hacen la conversión al dólar. Entre los productos que más se llevan, más allá de lo esencial de la canasta, como aceite, harina, arroz, fideos y jabón para lavar, están los chocolates, alfajores, bebidas alcohólicas, condimentos, cigarrillos y hasta el alimento para las mascotas.
Vale aclarar que la franquicia del turista abarca 2,5 litros de alcohol, dos cartones de cigarrillos por cada adulto, notebooks, celulares y medicamentos. En el equipaje también se permite hasta 300 dólares en “obsequios”, por lo que queda exento del pago de impuestos. En tanto, las compras de supermercados deben ser “normales”, en referencia a que no se acepta ingresar con bultos de extremas dimensiones.
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