Los países nórdicos, líderes en políticas de coparentalidad
Suecia, en 1974, fue el primero en adoptar una política de licencias a favor de la coparentalidad, al reemplazar la licencia por maternidad por otra de familia. Por muchos años, el modelo sueco funcionó, en reglas generales, bajo el esquema de lo que se conoce como "opción de derecho compartido", en el cual ambos integrantes de la pareja tienen la libertad de disponer cómo distribuyen los distintos períodos de licencia. La idea, desde el comienzo, fue que los 390 días que hoy pueden tomarse, con el 80% del salario cubierto, fueran distribuidos por partes iguales entre madres y padres.
"Pero se dieron cuenta de que eso no sucedía y en la práctica el derecho compartido era muy tímido, porque la mayoría de la licencia recaía sobre las mujeres", explicó el legislador porteño Roy Cortina, que, junto con la diputada Natalia Fidel, acompañó al jefe de gobierno porteño en una gira oficial por Helsinki, Oslo y Estocolmo, para interiorizarse de las políticas que se aplican en esas ciudades, líderes como modelo de equidad de género. Desde 2016, por ejemplo, los padres suecos deben tomar, si lo desean, al menos 90 días de licencia; si no, los pierden.
Islandia también otorga una licencia de 90 días para los padres. Finlandia ofrece 54 días hábiles de licencia, de los cuales 18 deben ser tomados de forma simultánea con la madre. En Portugal, los padres gozan de 20 días, mientras que en Noruega, Dinamarca y el Reino Unido la licencia por paternidad es de 14 días.
"Por eso adoptamos el modelo de exclusividad con derecho individual -agregó Guadalupe Tagliaferri, ministra de Desarrollo Humano porteña-, porque distribuye mejor la carga del cuidado, favorece el vínculo del padre con el bebé y equipara las responsabilidades domésticas entre la pareja. Además, desmiente la creencia de que contratar mujeres es más costoso".
Muchos países europeos complementan las licencias exclusivas para padres y madres con esquemas familiares. Noruega ofrece un mínimo de 315 días que ambos padres pueden tomar hasta que el niño cumple tres años.
En América Latina, el que mejor se ubica en el ranking es Uruguay, que brinda 180 días, que se pueden tomar hasta los seis meses del niño, aunque deben seguir trabajando a tiempo parcial.