“Los milagros sí existen”. Dialogar para superar las dificultades, la visión del religioso clave de la canonización de Mama Antula
El obispo auxiliar de Buenos Aires, Ernesto Giobando, cree que el país necesita “una profunda conversión” de la dirigencia; la devoción a la inminente santa
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ROMA.- Aunque fue alguien clave en el proceso que llevó a la canonización de Mama Antula, el obispo auxiliar de Buenos Aires, Ernesto Giobando, no pudo viajar a Roma porque fue designado recientemente por el Papa administrador apostólico en Mar del Plata, para solucionar unos problemas eclesiásticos. En una entrevista con LA NACION vía correo electrónico, Giobando, que es un jesuita, explicó la importancia de este evento religioso. “Los milagros sí existen”, aseguró y se manifestó esperanzado ante el cara a cara que tendrán, en el marco de esta ocasión, el papa Francisco y el presidente Javier Milei. “Creo que, a la dirigencia política argentina, como al Papa Francisco también, el hecho de encontrarse y poder conversar sobre asuntos del país, de las dificultades que tenemos como sociedad, hace bien. No hay otro camino que el diálogo, y en Argentina hace mucho tiempo que no dialogamos. Y el Papa dialoga con todos, levanta el teléfono y saluda al nuevo presidente, no se sienta en la grieta, hace posible el encuentro”, subrayó.
-Usted fue el promotor de la causa ¿por qué? ¿Cómo fue la historia?
-En realidad, soy el que lleva adelante los pasos de la causa, la promotora ha sido Silvia Correale, ya que requiere un proceso canónico que se realiza en Roma, en El Vaticano. Pero sí, he fomentado la devoción a Mama Antula y junto a un equipo de laicos hemos llevado adelante el cuidado de todo el patrimonio cultural, educativo y documental de la Sociedad Hijas del Divino Salvador, la congregación religiosa heredera del carisma de Mama Antula. Creo que es importante destacar que la presencia de Mama Antula y el proceso de su beatificación se lo debemos a las Hermanas de la Congregación. A mí me ha tocado acompañar el proceso canónico de la canonización, llevar adelante esta obra ha sido un trabajo en equipo. Como sabemos el milagro que posibilitó la canonización ocurrió en la persona de Claudio Perusini, compañero mío en el Colegio de la Inmaculada Concepción en Santa Fe. Claudio tuvo un ACV muy fuerte y quedó en coma 4, con poquísima expectativa de vida. Fui a verlo al Hospital Cullen en Santa Fe y llevé unas estampas de Mama Antula, recé en la sala de terapia, dejé una estampa debajo del monitor y les dije a los enfermeros que rezaran a esta “santita” por la salud de Claudio. Lo mismo hice junto a la familia de Claudio. No conocían a Mama Antula y empezamos a rezar una novena, con muchos más que se sumaron en los rezos por la salud de Claudio. Tenía confianza en la intercesión de Mama Antula, ya me había hecho otros favores, pero éste era uno grande, muy grande, o se quedaba entre nosotros o se moría. Y si se quedaba ¿cómo iba a ser su vida? La oración fue escuchada: a los 28 días a Claudio le daban el alta en el Hospital y allí comenzó una lenta, pero constante recuperación. Al día de hoy Claudio está haciendo una vida normal, más aún, está en Roma para celebrar junto al Papa Francisco la canonización de la primera santa argentina.
-¿Qué importancia tiene que sea Francisco quien canonice a Mama Antula habiendo sido Claudio quien recibió la gracia del milagro?
-Jorge Bergoglio conocía a Claudio. De hecho, ingresamos en el mismo año a la Compañía de Jesús. Pero Claudio se retiró de la orden y formó una muy linda familia en Río Gallegos. Siempre mantuvieron contacto y ahora resulta muy significativo que sea Francisco quien canonice a Mama Antula y el “milagreado” sea Claudio. Nada es por casualidad, todo tiene un hilo conductor secreto que Dios maneja para nuestra salvación. Francisco el primer Papa jesuita será quien declare santa a esta mujer que entregó su vida para fomentar los Ejercicios Espirituales cuando los jesuitas ya no estaban en estas tierras, no deja de ser significativo.
-¿Qué fue lo más complicado en el proceso?
-No hubo nada complicado en el proceso de canonización. Era tan evidente la recuperación de Claudio, los testimonios de los médicos coincidían en el hecho inexplicable de la recuperación, de tal manera que no han quedado secuelas, que nos lleva a creer que hay zonas en que lo empírico de la medicina no puede explicar el hecho. Se habla de zonas grises en las ciencias, a mí gusta llamar zonas de luz, la curación de Claudio es un hecho de luz, los milagros sí existen.
-¿Qué importancia tiene esta canonización en este momento de la Argentina?
-Es un hecho relevante: mirando hacia atrás Mama Antula fue gestora en la sociedad colonial que muchísima gente tuviera la posibilidad de un encuentro cara a cara con Dios, esos son los Ejercicios Espirituales. Ese encuentro con Dios era también una conversión. Creo que necesitamos una profunda conversión en nuestro país, especialmente en nosotros, los dirigentes. Mama Antula fue gestora de la civilización de Mayo, ella no enseñaba ciencia política, pero sí era una formadora de conciencia y un ejemplo de vida. Los responsables de los destinos de un país no tienen que estar solamente formados para ejercer su función (que eso ya es mucho), sino que tienen que tener conciencia de que sus decisiones influyen en millones de personas. No es solo una cuestión de estadísticas y de números, o de opciones ideológicas. Es una cuestión de conversión del corazón. Y Mama Antula nos enseña eso: un nuevo corazón para servir mejor, para atender y hacerse cargo de los más excluidos, de devolver la dignidad humana a quienes la han perdido, buscando el bien común. Ayer el papa Francisco en la Audiencia que tuvo con los peregrinos argentinos nos decía: ‘La caridad de Mama Antula, sobre todo en el servicio a los más necesitados, hoy se impone con gran fuerza, en medio de esta sociedad que corre el riesgo de olvidar que el individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Un virus que engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones’”.
-La canonización coincide con la primera visita de Milei al Vaticano: ¿opacará este evento religioso? ¿O qué expectativas tiene?
-Creo que no. A todos nos hace bien estar ante uno de los pocos líderes que tiene la humanidad. Más allá de la foto o de la cara, en el papa Francisco hay un mensaje claro y contundente. Muchos políticos lo visitan para escucharlo, para pedir algún consejo, para contar con sus oraciones y su misión de tender puentes (sumo pontífice). Creo que, a la dirigencia política argentina, como al Papa Francisco también, el hecho de encontrarse y poder conversar sobre asuntos del país, de las dificultades que tenemos como sociedad, hace bien. No hay otro camino que el diálogo, y en Argentina hace mucho tiempo que no dialogamos, discutimos, peleamos, insultamos, pero el diálogo no existe, pareciera que si dialogás, perdés. Pero no es así, el Papa dialoga con todos, levanta el teléfono y saluda al nuevo presidente, no se sienta en la grieta, hace posible el encuentro. Nos haría mucho bien que venga a visitarnos.
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