Los jasídicos, al rescate de la mística de los judíos
En Buenos Aires: representantes argentinos y extranjeros de la corriente religiosa ortodoxa recordaron los 300 años del nacimiento de su fundador.
"Hay tres cosas que todo judío jasídico debe tener: picardía, una botella de vodka y las enseñanzas en la cabeza."
Así definió su corriente religiosa el rabino Tzivi Grunblatt, director nacional de Jabad Argentina (el máximo exponente del movimiento jasídico local).
Grunblatt, junto con otros de los máximos representantes internacionales de su misma línea, presidió en los últimos días las Primeras Jornadas de Mística Judía y Jasidismo, que se realizaron en Buenos Aires en conmemoración del 300º aniversario del nacimiento del fundador de la corriente, Baal Shem Tov o "buen maestro del divino nombre".
Al finalizar el acto central en la Biblioteca Nacional, el rabino habló con La Nación de sus tradiciones.
"Los jasídicos somos judíos ortodoxos. En general, nos dejamos la barba porque, según la mística, la misericordia de Dios llega al hombre a través de ella", explicó.
La típica ropa oscura que llevan los hombres no es obligatoria, si bien todos la usan. "Nos distingue como judíos -acotó-, algo que no es una carga sino una suerte, aun en épocas de grandes persecuciones".
Antes de las plegarias
El rabino Grunblatt subrayó que, antes de rezar, los jasídicos deben sumergirse en el baño ritual (con agua pura para las mujeres, aunque los hombres pueden usar la de la canilla), ayudar a algún pobre y estudiar para abrir el corazón.
"Para nosotros es muy importante el juntarnos y compartir. De allí la tradición del brindis jaim , porque una copita acerca el uno al otro", sostuvo.
Uno de los principales oradores del encuentro, declarado de interés general por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires- fue el rabino Itzjak Meir Kagan, profesor de filosofía jasídica en la Universidad de Michigan (Estados Unidos).
Kagan habló de la importancia del maestro Baal Shem Tov. "Lo que hizo fue revelar enseñanzas básicas del judaísmo, que hasta ese momento habían permanecido ocultas -sostuvo-. No creó nuevos conceptos, pero fue como aquel que entra en un cuarto oscuro y prende una lamparita".
Agregó que, sin luz, los objetos mantienen la misma forma que con ella; así, los hombres no pueden saber si lo que tienen delante es dañino.
Los significados interiores
Baal Shem Tov nació en la actual Ucrania en 1698. Aunque muchas veces se lo confunda con un campesino místico, Kagan afirmó que esa imagen es errada: "Era un místico, porque miraba los significados interiores de las cosas; tenía una enorme capacidad intelectual que empleó para mostrar la grandeza de lo simple".
Kagan sostuvo la necesidad de que las enseñanzas de Baal Shem Tov se apliquen hoy en la vida cotidiana: "Se suele asociar la palabra religión con la división entre distintos grupos, por lo que cuanto más religioso se es, más se piensa que los demás están equivocados. Esto lleva a la intolerancia y al terrorismo".
Finalmente, señaló que la verdadera enseñanza judía es que existe un alma en cada uno y que la religiosidad no sólo se expresa en el templo, sino también en las buenas acciones con el prójimo.
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