Los inventos de importantes empresas que fueron un enorme fracaso
En la ciudad de Helsinborg, en Suecia, existe desde 2017 The Museum of Failure (El museo del fracaso). Allí se encuentran más de 100 productos que nacieron con la idea de innovar o de producir un cambio en su mercado, pero que terminaron siendo un absoluto fracaso.
El mentor y director de este museo es Samuel West, un psicólogo estadounidense que decidió crear el lugar para homenajear a esos inventos fallidos y a sus creadores. West afirma que tras una larga búsqueda logró conseguir los objetos de la exposición a través de eBay, Amazon y otros coleccionistas como él.
Entre los productos rescatados del olvido por el Museo del fracaso, se pueden encontrar un dispositivo que solo ofrecía acceso y permanencia en Twitter, una Coca Cola con café, una bicicleta de plástico y hasta una máscara para rejuvenecer el rostro que daba más terror que tersura.
Aquí, una muestra:
Twitter Peek
Fue un intento fallido de la empresa neoyorquina Peek. El Twitter Peek fue un dispositivo portátil exclusivo para usarse en la red social Twitter. Sí, sólo en una red social. Costaba más de 200 dólares y ofrecía acceso a la red las 24 horas al día. Fue en su momento la gran apuesta de la compañía, pero fue lanzado en 2009, cuando los smart phones ya estaban bastante desarrollados. Pronto, con los grandes avances de la tecnología móvil, el invento resultó obsoleto.
Los anteojos de Google
Los anteojos de Google emergieron con un proyecto lanzado en 2014 que no prosperó debido a las grandes fallas que tenía: problemas a nivel de seguridad, privacidad, interoperabilidad, duración de la batería y un precio muy alto para un valor dudoso. En 2017 los Google Glass se renovaron, pero ya no se piensa en comercializarlos para todo público, sino en aplicaciones de negocios, en empresas que requieren aprovechar este tipo de tecnología con realidad aumentada en sus negocios.
La bicicleta Itera
La bicicleta Itera fue diseñada por ingenieros que trabajaban en la compañía Volvo y salió al mercado en el año 1982, con la promesa de que, al ser toda de plástico, no se oxidaría. El problema fue que era un vehículo poco estable, cuyas piezas podían romperse fácilmente, y con mucho calor hasta se podían derretir. Además, se corría el riesgo de tener accidentes por su peso y tamaño.
Máscara rejuvenecedora
La máscara rejuvenecedora (Rejuvenique Mask) también se encuentra en el museo. Fue lanzada a la venta en 1999 y sacada del mercado en el mismo año. El sistema apuntaba a mejorar la apariencia del rostro a base de impulsos electrónicos pero después de meses de uso ninguna de las personas que la adquirió obtuvo resultados positivos.
El rostro para promocionar el producto era el de la actriz estadounidense Linda Evans y debía usarse 15 días por sesión. En el Museo del fracaso se muestra un testimonio respecto a este producto: "Se siente como si mil hormigas me estuvieran mordiendo la cara".
Pequeña señorita sin nombre
En 1965, la compañía de juguetes Hasbro decidió sacar al mercado una muñeca que se saliera de los cánones comunes de aquellos tiempos, especialmente de las Barbies. Así fue cómo nació Little Miss no name, una particular niñita triste, descalza, con un vestido hecho de arpillera y con la mano extendida como si pidiera ayuda. Además, la pequeña tiene una gruesa lágrima en una de sus mejillas.
Con esta muñeca, "se quería enseñar a las niñas pequeñas la compasión y la realidad de la vida de los menos afortunados", señala la reseña del museo. Pero, como dice la misma reseña, "la mayoría de los niños estaban horrorizados", y la compañía decidió discontinuar la producción de la muñeca.
Coca Black, Pepsi de Cristal y otras bebidas que no funcionaron
La Coca Cola II, lanzada en 1985, fue otro de los productos que fracasó debido a la diferencia de su sabor, más dulce que la original. La Pepsi de cristal, fue un fracaso por su envase y sabor, la Coca Cola Black también se perdió en el olvido por su fuerte y peligrosa combinación de gaseosa con café, aunque sólo se lanzó en Europa y Estados Unidos.
La bebida saborizada Orbitz fue retirada 15 días después de su lanzamiento. Tenía pequeñas bolitas comestibles flotando en el líquido. En 1997, esta gaseosa que mezclaba gustos y texturas apareció y desapareció.
El Monopoly versión Donald Trump
El Museo del Fracaso también tiene una sección especial dedicada a las ideas fallidas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. West llamó a este sector "el santuario del presidente". Dentro de esa vitrina está Trump: The Game, un juego de mesa tipo Monopoly en cuya caja roja se lee: "Estoy de vuelta y estás despedido".
También hay una botella de vodka marca Trump, un libro de su supuesta universidad y una gorra roja con su lema de campaña "Make America Great Again".
Messagepad
Apple también tiene objetos en el museo. La exitosa compañía estadounidense fracasó -aunque suene poco creíble- con el Messagepad, conocido como el Apple Newton, un dispositivo diseñado para que el usuario pudiera escribir a pulso. Fue lanzado en 1993, pero no reconocía demasiado bien lo que el usuario quería escribir. Además, su precio era bastante alto. En 1998, la compañía cerró esta plataforma. Después llegaron los grandes éxitos como el iPad y el iPhone.
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