Los humedales, barreras contra las inundaciones, están amenazados
Así se desprende de un informe del Ministerio de Ambiente de la Nación; sostiene que la expansión inmobiliaria y la extensiónde las tierras para la agricultura son las principales causas
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La presión sobre los humedales, la deforestación, el aumento de la temperatura y las lluvias provocadas por el cambio climático son los problemas ambientales más acuciantes que sufre la Argentina. Así se desprende de un extenso y detallado informe presentado ayer por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. El área potencial que ocupan los humedales es de cerca del 23% de la superficie del país y es uno de los ecosistemas más degradados. Estas extensiones de agua sirven como grandes amortiguadores ambientales, por ejemplo, para las inundaciones.
"En las últimas décadas, la principal causa de la pérdida de humedales continentales fue la conversión o el drenaje para el desarrollo de la agricultura, en tanto que para los humedales costeros, específicamente, la amenaza más grave es la conversión asociada a la expansión urbana y suburbana", se sostiene en el Informe del Estado del Ambiente, que debe ser presentado anualmente. Sin embargo, el último había sido presentado en 2012.
La región más afectada del país, según se desprende del diagnóstico oficial, es el corredor fluvial de los ríos Paraná y Paraguay, en donde se encuentran emplazadas grandes obras hidráulicas y viales y centros urbanos.
"Las intervenciones para la generación de electricidad, el abastecimiento de agua, el control de inundaciones y la construcción de vías de transporte pueden generar efectos como la fragmentación, la pérdida de conectividad, la destrucción de hábitats, cambios en la dinámica hidrológica, de flujos geoquímicos y la pérdida de especies, tanto en los sitios donde se emplazan las obras como en los que están aguas abajo", se lee en el trabajo.
Y detalla que el secado de humedales por la construcción de terraplenes, endicamiento y drenado, para su conversión en tierras agropecuarias o forestales, constituye un claro ejemplo de su transformación en sistemas con propiedades terrestres.
"Este verdadero incumplimiento de las obligaciones del Estado privó a la ciudadanía de información vital durante más de una década", explica el ministro Sergio Bergman en el prólogo del estudio. "Esta decisión estratégica dio inicio a una verdadera política de Estado en materia ambiental, inexistente hasta entonces, que posibilita hoy, en nuestro primer año de gestión, no sólo dar cumplimiento en tiempo y forma al mandato establecido por la ley marco de la política ambiental nacional, sino también para transparentar e informar debidamente a la sociedad sobre la situación del ambiente en la Argentina", agrega.
Críticas
En la presentación hubo referentes de la sociedad civil, representantes políticos y se destacó la presencia del vicejefe del gabinete nacional, Mario Quintana.
Varios ONG, como la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), ante el incumplimiento del Estado, comenzaron a hacer sus propios relevamientos.
"Celebramos que se presente este informe. Pero en este año de gestión del nuevo gobierno uno de los principales obstáculos es la ausencia de un actor institucional que lidere la agenda ambiental. Vale decir que pueda obrar como garantía de control de aquellas políticas que puedan afectar al ambiente", dijo Andrés Nápoli, director ejecutivo de la FARN. La ONG se refiere a la tensión que existe entre las carteras productivas como Energía, Agricultura y Minería. Esos ministerios enviaron a funcionarios de segunda línea porque los titulares acompañaron al presidente Mauricio Macri en otra presentación, según la explicación oficial.
El trabajo hace hincapié en el estado del agua. Además de los humedales incluye el estado de las cuencas hídricas y los glaciares. "En la Argentina se registra una tendencia a un consumo creciente de agroquímicos, algunos de los que contienen sustancias químicas como los clorados y fosforados, nitritos, nitratos y fosfatos." Por primera vez hay un intento de comenzar a medir la cantidad de agroquímicos que se usan porque, hasta el momento, se desconoce.
"El uso indebido de agroquímicos puede generar efectos no deseados sobre diversos ecosistemas, los cursos de agua y la salud de la población. Por ello, desde hace ya muchos años, se reclamó la necesidad de contar con un marco regulatorio integral que considere la responsabilidad de los distintos actores que actúan en la cadena de producción, comercialización y aplicación de dichos productos", indicó Nápoli.
Respecto de la deforestación, el informe da cuenta de la emergencia. “El porcentaje de la superficie del país cubierto con bosque nativo (tierras forestales) era de 11,26% en 1998 y bajó al 9,77% en 2015. En términos de área absoluta, el país pasó de contar con 31,4 millones de hectáreas en 1998 a 27,3 millones en 2015. Esto representa una disminución de 4.150.000, a una tasa anual de deforestación de 0,83%.” La buena noticia es que el año pasado la tasa de deforestación bajó un 16%, aunque no hay detalles de ese relevamiento.
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