Los extranjeros que aprenden castellano en Buenos Aires
Este verano aumentó el número de jóvenes, de distintos países, que vienen a estudiar
La ciudad de Buenos Aires se ha consolidado como un destino importante en el mapa de la enseñanza del idioma español. Este verano aumentó el número de alumnos en muchas de las escuelas de castellano, según pudo comprobar LA NACION.
Extranjeros procedentes de los países del norte de Europa, Estados Unidos, Canadá y Brasil, entre otros lugares, prefieren ahora a la Argentina antes que a España, la tradicional meca de los estudiantes de la lengua de Cervantes.
En la elección, influyen los precios económicos, pero también otras variables, como la calidez de la gente, la posibilidad de sumergirse en otra realidad social y el clima. Es que muchos de los estudiantes europeos y estadounidenses eligen los meses de entre septiembre y marzo -cuando es otoño e invierno en sus países- para pasar un tiempo en Buenos Aires.
"Este verano tenemos muchos más alumnos que el año anterior", dice Laura Roseti, directora del Laboratorio de Idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). "No sólo prefieren esta ciudad por una cuestión económica, sino también por la oferta cultural y porque quieren hacer turismo por la zona."
La mayoría de los alumnos del Laboratorio proviene de Alemania, Suiza, Estados Unidos y Brasil, aunque también hay estudiantes de otras nacionalidades, como turcos, chinos y japoneses. El año pasado, ante la creciente demanda, se amplió el número de plazas en los cursos de verano y, además, se empezaron a ofrecer programas especiales durante julio y agosto, meses que corresponden al verano europeo.
También en las academias privadas se ha registrado un incremento en la demanda. "Este verano creció tanto la cantidad de estudiantes, que hemos tenido que buscar más aulas", afirma Glenda Di Lullo, que trabaja en la sucursal porteña de International Bureau of Language (IBL).
Katja Buerer, a cargo de la academia Español al Sur, también experimentó la llegada de más alumnos en el último tiempo. "Muchos vienen con planes de viajar por la región y comienzan la experiencia con un mes de estudios de castellano en Buenos Aires. Otros se quedan varios meses en la ciudad", señala.
Los estudiantes, por lo general, son jóvenes. Algunos terminaron la carrera universitaria y aprovechan para viajar antes de comenzar a trabajar; otros son profesionales que se toman unos meses sabáticos.
Hay quienes optan por la Argentina porque les parece un país exótico e interesante. Es el caso de la estadounidense Kate Montgomery, de 23 años, licenciada en Ciencias Políticas, quien eligió Buenos Aires por "la movida situación política y económica". Escribió su tesis sobre las transiciones en la Argentina y Sudáfrica y ahora disfruta de la posibilidad de estudiar la realidad de uno de esos países in situ.
Su compañera de clase en el segundo nivel de español en el Laboratorio de la UBA, la alemana Nicola Blauhut, de 28 años, también quiso pasar un tiempo en una sociedad diferente de la suya. "Ya hice un curso de castellano en Granada, en España. Esta vez elegí la Argentina porque era un país totalmente nuevo para mí", señala. "Además -dice-, quería conocer a la parte de mi familia que vive en Buenos Aires."
En la misma línea opina el sueco Peter Oscarsson, de 34 años. "Ya conozco España y la vida allí es muy parecida a la de otros países de Europa. Y los precios aquí son más económicos."
Dice que lo que más le gusta de Buenos Aires son los restaurantes, porque tienen muy buenos servicios y una oferta muy variada. "Y los argentinos son divertidos y simpáticos", añade. Al norteamericano Joe Bowley, de 37 años, que dejó su trabajo en un estudio de abogados para pasar 6 meses en la Argentina, le gusta tanto el país que sueña con radicarse aquí. "Me gustaría invertir en el campo, en la producción de soja", afirma. Lo que más le seduce de la Argentina es lo apasionada que es la gente y su alto nivel cultural. "Hasta los taxistas pueden debatir sobre todo tipo de temas."
La holandesa Inger Hansen, de 30 años, que vino a Buenos Aires invitada por un amigo porteño, quiso escaparse del invierno en su país. "Por eso, llegué aquí en diciembre y me quedaré hasta marzo", explica.
El cálido clima y la forma de ser de los porteños son sólo dos de las razones por las que los extranjeros encuentran en la ciudad de Buenos Aires un lugar ideal para aprender castellano. O como lo sintetiza el norteamericano Bowley, al recurrir a un término muy usado en el vocabulario argentino: "Este país se resume en una palabra: espectacular".