Los entrañables personajes de García Ferré, según su creador
En numerosas oportunidades, el historietista, quien falleció hoy, habló sobre el nacimiento y las características de los seres que nacieron con su lápiz
Hijitus y todos sus amigos, Petete y su libro gordo, Anteojito y una mítica revista... Manuel García Ferré dejó su legado imborrable a millones de argentinos que crecieron junto a sus personajes. De ellos habló en numerosas entrevistas con LA NACION, para contar cómo nacieron, cómo crecieron y quién fue la fuente de inspiración.
El historietista, que falleció esta mañana a los 83 años, incluso comentó, en 1999, dio su visión sobre su proceso creativo. "La realidad es mi escuela. Todo lo que uno puede imaginar ya está dado en el escenario real. Es saberlo sentir y ver. Todos mis personajes están inspirados en algo real. Desde muy joven, no dejo de salir a la calle con papel y lápices en mis bolsillos. Cuando se me ocurre algo, esté donde esté, lo traslado al papel. Si es una idea gráfica la anoto, si es un apunte al natural lo hago, si es un personaje que surgió por observar el caminar de una persona que vi en la calle hago el primer dibujo. Después, en mi estudio o en mi casa, le doy el diseño, el perfil, el estilo de sus movimientos y gestos. Después busco cómo darle vida con distintas historias y veo sus posibilidades didácticas".
Hijitus, su preferido, y sus amigos
Sobre Hijitus: En mi oficina tengo una tira de papel con la evolución de Hijitus desde su origen. Son cuatro versiones: una de 1953, otras de 1960, 1975 y 2009. El primer Hijitus es un chico de expresión triste y la alta galera mágica, que le sirve para transformarse en el superhéroe Superhijitus, aparece muy maltrecha. A medida que pasa el tiempo la imagen va recuperando el humor hasta ser un personaje sonriente y afectuoso que arrastra un piolín con latas de conserva usadas. A veces me preguntan por qué Hijitus sigue teniendo presencia no sólo acá, sino también en otros países del mundo. Es que cada episodio de Hijitus es una pequeña comedia humana dicha con humor. Me recuerda a [Charles] Chaplin, que tuvo una infancia triste (abandonado por un padre alcohólico, la madre muere de tuberculosis), llegó a Estados Unidos sin nada y que, sin embargo, con talento y esfuerzo logró triunfar.
Su entorno: Mi planteo era contra qué lucharía Hijitus. Así fue que inventé a Neurus, que era un cúmulo de prepotencia, soberbia y ambición desmedida. Luego inventé a sus colaterales –Larguirucho, Serrucho y Pucho–, una trilogía de ratones. Eso también derivó a crearle un Pichichus a Hijitus. Era su vanguardia, que rastreaba y le llevaba la información a su amo.
Larguirucho: Es el personaje acomodaticio a las situaciones, tan común en la vida real. Larguirucho tomó una fuerza muy especial, sobre todo en los adultos. Por ejemplo, le dice refranes a Neurus. Se pone en doctor, cuando no tiene autoridad moral.
Oaki: Oaki es un reflejo real: es el chico malcriado que cree que todo es fácil y sencillo porque los padres le dan todos los gustos. Cuando se ve demasiado controlado por Gutiérrez, el mayordomo, se hace amigo de Larguirucho. ¿Por qué? Porque lo que le falta a Oaki es calle y Larguirucho tiene mucha. (…) La forma de caminar es un recuerdo de cuando yo era chico, en España. Por aquel entonces, todavía existía la costumbre de envolver a los chicos en un pañal. De ahí se me ocurrió la idea de dejarlo envuelto en esa especie de pañal largo y de que caminara como un gusanito. Esa forma de andar producía gracia.
Anteojito, su autorretrato
Cansado de hacer tantos jingles comerciales, decidí hacer una historieta que en función de cada argumento promocionara diferentes productos. Por lo tanto, busqué dos personajes que ocuparan una franja comercial que fuera desde la línea infantil hasta la adulta. Así nacieron el sobrino Anteojito y su tío Antifaz, que vivían aventuras. Conseguí anunciantes de mate, ropa, autos, hasta del ferrocarril del Estado. Promocionaban cualquier producto menos marcas de cigarrillos y de bebidas alcohólicas. (…) Fue todo un éxito. Salió en Canal 9 durante seis años. Fue tan popular el personaje de Anteojito que decidimos sacar una revista de entretenimientos con su nombre. Después decidimos transformarla en una revista didáctica.
-Dicen que Anteojito es su autorretrato...
-Puede ser. Seguramente fue algo subconsciente. Ahora que con el tiempo analizo a mis personajes, veo que Calculín, Anteojito, Neurus tienen anteojos, como yo tengo desde muy chiquitito. Esto no quiere decir que me haya quedado una fijación por usar anteojos, pero había que saber llevarlos con dignidad, porque eran el pie de las cargadas y podían ser un inconveniente cuando uno se peleaba.
El nacimiento de Petete
Mucho antes de la Guerra de Malvinas imaginé una pareja de personajes, dos pingüinos, que se llamaban Malvino y Argentina. Cuando vino la guerra deseché la idea, pero la rescaté creando un pingüinito hijo de la pareja. Primeramente lo bauticé Cuacuacua, pero me pareció que era más para un pato y jugando con el nombre apareció Petete.
Una dupla incomparable: García Ferré y María Elena Walsh
Sobre la película de Manuelita que realizó junto a María Elena Walsh: " ¿Qué alma le pongo a Manuelita? Si uno no tiene el alma no sabe cómo pararla o qué gestos ponerle. Pero afortunadamente fui conociendo a María Elena y me di cuenta de que, aunque ella no lo sepa, Manuelita es María Elena (…) Trato de encontrarme y de hablar con María Elena cada vez que es posible y, sin que ella se dé cuenta, le voy tomando facetas de su gran sentido del humor para trasladárselas a Manuelita. Esta experiencia me fascina porque bucear en el alma humana es muy lindo".
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