Los edificios porteños podrán no tener vivienda para el encargado
Los encargados de los edificios perderán un privilegio histórico. Los cambios que propone los nuevos Códigos de Urbanización y de Edificación, que regulan los criterios para edificar y con qué materiales, respectivamente, establecen que las viviendas destinadas a los porteros ya no serán una obligación en los nuevos desarrollos inmobiliarios. Es una de las modificaciones más importantes de estas normativas vigentes desde hace décadas, con modificaciones superficiales desde que fueron sancionadas.
Entre las modificaciones más importantes, que comenzarán a regir desde el año próximo, se encuentra una redeterminación de las alturas que podrán alcanzar los nuevos edificios, pasando de las actuales 27 medidas a sólo seis. Se permitirán hasta 38 metros (edificios de planta baja y 12 pisos) sobre avenidas principales como Corrientes, Alem o Rivadavia para los nuevos desarrollos inmobiliarios; además, habrá límites de entre tres y nueve plantas en otras vías de circulación, de acuerdo con el barrio.
Sin embargo, más allá de este punto central de los nuevos Códigos de Urbanización y de Edificación, que datan de 1977 y 1943, respectivamente, hay otros cambios que provocarán una revolución en la forma de construcción. Además de la eliminación de la vivienda del encargado, se pondrá fin a la obligatoriedad de instalar el bidet en los baños porteños (en comercios o viviendas) y se habilitarán los sanitarios unisex.
El plan oficial es lograr una ciudad policéntrica que aliente el desarrollo de todas las actividades del vecino en un mismo lugar y, además, evitar las irrupciones inmobiliarias violentas en los barrios. Por eso, pretende lograr una mixtura de usos al eliminar las zonificaciones que establece el actual Código de Planeamiento.
Además, otro de los objetivos es bajar las expensas y por esa razón la vivienda para el encargado será optativa en los edificios de menos de 15 departamentos donde podrá ser reemplazada por un vestuario. Esta medida, sumada a otras ya tomadas por el Gobierno porteño, como reducir la periodicidad en los controles a ascensores y en las fumigaciones, permitiría bajar los gastos del consorcio.
Nuevas alturas
Las alturas permitidas en las avenidas principales será de 38 metros, mientras que en avenidas secundarias el máximo establecido de construcción se fijará de 31 metros. Habrá otros tres límites para los barrios clasificados en altura alta (22 metros), altura media (16,50 metros) y altura baja. Esta última se dividirá en dos variantes: máximas de 10,50 y de 9 metros. Los cambios suponen la eliminación de Factor de Ocupación Total (FOT) y el Factor de Ocupación Suelo (FOS), dos fórmulas matemáticas con las que hoy se calcula la superficie a construir en un lote.
En las esquinas más bajas que el resto de las edificaciones que la rodean se podrá elevar la construcción hasta alcanzar la altura de los inmuebles vecinos, para, en cierta forma, emparejar el nivel de ese espacio. En estos casos entrará en vigor la Ley de Plusvalía que se aplicará según los metros de más construidos; será un impuesto cuyo recaudación se destine a financiar obras de infraestructura en la ciudad.
La incorporación de cambiador para bebes en los baños masculinos, una facilidad para equiparar las tareas de cuidado entre el hombre y la mujer; lactarios obligatorios en todos los edificios públicos de la ciudad y vivienda optativa para el encargado de los edificios con el fin de bajar las expensas son también parte de los cambios.