Los dos factores que conspiran contra la continuidad de la lactancia
Es el hábito nutritivo más saludable pero apenas la mitad de los bebés menores de 6 meses lo ha incorporado
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Hay algo que no se discute: la lactancia materna es el mejor alimento para el bebé. Sin embargo, existen factores que dificultan que se concrete en forma exclusiva y luego en forma parcial, junto con la incorporación de los alimentos, hasta los 2 años. El regreso de las mamás al trabajo extra doméstico y los mitos sobre la lactancia son dos factores que conspiran contra su continuidad.
“Cuando tuve que volver a trabajar no quise dejar de darle mi leche a mi hija –dice Emilia, de 35 años, mamá de Margarita–. Pero para sostener esa decisión tuve que sacarme leche en lugares horribles. Parte de mi trabajo es fuera de la oficina y tenía que ir a baños sucios y sin ningún tipo de intimidad o comodidad. Mientras yo me sacaba la leche, en los cuartos intermedios de las conferencias, mis compañeros varones aprovechaban ese tiempo para hacer relaciones públicas. Yo me perdía esa oportunidad, así que mi decisión también conspiraba contra mi posición en el trabajo. Mi familia me decía, ‘soltá, ya está’. Yo no solté. Pero me pregunto ¿no debería ser más sencillo?”.
Sí, claro, debería serlo. Sin embargo, las cifras demuestran que no lo es. Porque según la última Encuesta Nacional de Lactancia Materna (Enalac, 2022), si bien el 97% de los bebés son puestos al pecho poco después de nacer y el 92% recibe lactancia durante los seis primeros meses de vida, solo el 52,3% es en forma exclusiva y ese porcentaje desciende al 49,5% a los 4 meses y al 44,7% a los 6.
La Semana Mundial de la Lactancia, que comienza hoy, tiene como lema este año “cerrar la brecha y apoyar la lactancia materna en todas las situaciones”, para que aquellas mujeres que deseen dar de mamar puedan hacerlo sin impedimentos.
Hay factores que inciden positivamente desde el momento mismo del nacimiento. Por ejemplo: la última encuesta local indica que poner al pecho materno a los bebés antes de la primera hora de nacidos (algo que ocurre en 2 de cada 3 casos en el país) genera una adherencia significativamente mayor hacia la lactancia exclusiva. Nacer por parto vaginal y con un peso mayor a los 2500 gr también son factores que inciden positivamente.
Barreras invisibles
“Las mujeres preguntan si hay que prepararse para dar la teta –dice Paola de los Santos, puericultora, psicóloga social y autora del libro #yodoylateta–. Y sí, hay que prepararse, pero no los pechos sino la cabeza. Tenemos mitos, preconceptos, la consulta prenatal es fundamental. Muchas mujeres vienen con información que recibieron de sus propias madres o del entorno. Algunas dicen ‘Mi mamá no pudo amamantar, ¿y si me pasa lo mismo?’ ¿Cómo sé si voy a tener suficiente leche? Otras dicen ‘sí, voy a poder’, pero sino pueden se frustran, se sienten culpables”.
Ni la forma de las mamas, ni la ubicación o forma del pezón, ni el crecimiento mayor o menor durante el embarazo condicionan la posibilidad de dar de mamar. “Un 5% de las mujeres tiene la glándula mamaria más pequeña, una ‘fábrica’ más chica y quizás no lleguen a producir la suficiente cantidad de leche para mantener la lactancia materna exclusiva, pero sí pueden dar de mamar”, agrega la experta. Algunas enfermedades previas o tratamientos médicos (por ejemplo, la quimioterapia), pueden ser contraindicaciones, pero son casos muy puntuales.
La pregunta por dar la teta, añade Paola de los Santos –que expuso durante un simposio sobre nutrición infantil organizado por Danone– sobreviene habitualmente durante la vista al obstetra. “Pero esa consulta suele ser muy rápida y a menudo te vas de ahí y no sabés qué le preguntaste al médico –comenta–. A veces el obstetra te dice ‘todo eso conversalo con la puericultora’, pero no todos los obstetras tienen una puericultora a mano… Es más: nuestra profesión no está regulada ni es cubierta como prestación por las empresas de medicina prepaga. Además, no existen servicios de puericultura en todas las clínicas y hospitales, que son los lugares donde la mujer podría pedir ayuda.”
Paola de los Santos enfatiza que el bebe tiene instinto y que eso lo lleva a “prenderse” de la teta. “Va a reptar, va a buscar, sobre la areola están las glándulas de Montgomery que llaman su atención. Pero el bebe debe prenderse a la teta, no al pezón, porque eso puede causar dolor y grietas. Hay distintas posiciones para dar de mamar y es importante conocerlas y elegir las mejores o más cómodas, tanto para la mamá como para el bebe”.
La puericultora agrega que “dar la teta no depende únicamente del deseo o la voluntad, y cuando una mujer no puede hacerlo no significa que ´no se esforzó lo suficiente´. El bebe es un sujeto absolutamente activo en la lactancia y costarle: tener el frenillo corto, el mentón retraído, no succionar bien, ser de labios finitos, tener una encía muy prominente y apretar, puede haber tenido un trabajo de parto largo y fatigoso, haber sido separado de la mamá… no es que a veces no se da de mamar siempre por causa materna, por la forma o el volumen de los pechos. Las mujeres que no quieren dar de mamar son las menos, y siempre deben ser respetadas y acompañadas en su decisión”.
Baños sucios y ni una silla
La abogada Mariana Amartino, especialista en Discapacidad y Derecho a la Salud, afirma que la licencia por maternidad es fundamental para permitir una lactancia exclusiva y continuada. En nuestro país existen leyes que la protegen: hay 90 días pagos para las madres pero únicamente cuando tienen trabajos registrados y apenas dos días para los padres. Esa licencia materna en algunos casos se puede extender, aunque sin goce de sueldo. El proyecto de ley “Cuidar en Igualdad” –del desaparecido Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad– proponía, en conjunto con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, ampliar la licencia por maternidad a 6 meses.
“La lactancia en el caso de la informalidad laboral es un problema aún mayor -añade la abogada-. Si bien en los últimos años los hombres han asumido un papel más activo, el concepto de corresponsabilidad familiar no se aplica demasiado: el cuidado sigue siendo mayormente una tarea feminizada y debería contar con apoyo social. Uno de los motivos más habituales por los que se deja de amamantar antes es la necesidad de las mujeres de regresar al trabajo fuera de sus casas o la falta de apoyo por parte de sus empresas”.
La ley Nº 20.744/1976 de Contrato de Trabajo (que es la que dispone la licencia por maternidad) “hay que interpretarla en clave con lo que propone la ley 26.873 de Promoción y Concientización de Lactancia Materna -dice la abogada -, que establece que las empresas que tengan más de 100 personas empleadas deben disponer de espacios para la lactancia, pero de hecho es bajo el cumplimiento.”
Existe otra ley, la 20.873/2013, que promueve “la existencia de ‘Espacios Amigos de la Lactancia (EAL)’, a los que define como: “un sector limpio, cómodo y de uso exclusivo para que las mujeres en período de amamantamiento puedan extraer su leche y conservarla adecuadamente durante la jornada laboral.” Según un informe oficial del 2022, cita la abogada Amartino, más de 100 entidades públicas y privadas contaban en el país con un EAL.
Una encuesta de la Liga Argentina de la Leche y Voices! Research & Consultancy de 2018 indica que 8 de cada 10 mujeres dicen que es “difícil” combinar lactancia y trabajo “y el 65% se saca leche materna en un baño, la mitad de las veces ni limpio ni privado, ni donde existe una silla o sillón donde sentarse cómodamente para la tarea”, afirma Paola de los Santos. Casi el 60% de los empleadores, agrega el informe, apoyan “poco y nada” la lactancia y más del 70% de las mujeres se sintió incómoda preguntando dónde podía extraerse leche.
Paula Zingoni, Subsecretaria de Relaciones Sectoriales y Articulación del Ministerio de Salud de la Nación indicó que la Dirección de Salud Perinatal y Niñez trabaja desde 2010 sobre el tema y confirma que si bien la lactancia materna exclusiva aumentó en los últimos años, a medida que el bebé crece va disminuye y eso se vincula con todas las dificultades que tiene la madre al retomar la actividad laboral. Y el problema, puntualiza, no se limita a los lugares de trabajo precarios o informales.
“En este punto son fundamentales los EAL -dice la funcionaria-. Estos espacios constituyen una fuerte recomendación del Ministerio, que da apoyo y los certifica, pero que no tiene poder de policía sobre ellos. Existe un 0800-222-1002 Opción 7 y un correo electrónico (nutriciondisapeni@gmail.com) para que tanto las mujeres como los empleadores se informen. No es difícil ni caro instalar un EAL: a menudo se pueden reacomodar espacios que ya existen. Recibimos esas inquietudes y promovemos y acompañamos procesos para apoyar la lactancia materna.”
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