Los chicos y la variante delta: las respuestas a las preguntas más frecuentes de los padres
Especialistas en enfermedades infectocontagiosas aconsejan sobre la forma de cuidarnos de esta variante de coronavirus
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WASHINGTON (The Washington Post).— El alivio duró lo que un suspiro, pero alcanzó para que los padres creyéramos que lo peor había pasado. Las escuelas reabrían, la gente se estaba vacunando, incluidos los niños mayores de 12 años, y el uso de barbijo era más flexible.
Pero en Estados Unidos ahora enfrentamos la supercontagiosa variante delta, y en las ciudades más afectadas hay un aumento de casos tanto de adultos como de chicos. Así que a la espera de que la delta llegue a nuestra comunidad, cabe preguntarnos cuál es el impacto de la variante en los niños y cómo podemos ayudarlos a transitar sin riesgo los meses por venir.
Consultamos a varios especialistas en enfermedades infectocontagiosas sobre la forma de cuidarnos de esta variante. A continuación, las respuestas.
¿La delta es más peligrosa para los chicos?
Los médicos dicen que no hay razones para creer que esta variante sea más severa que las anteriores versiones del coronavirus, “pero definitivamente es más contagiosa”, dice Sean O’Leary, vicepresidente del Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia de Pediatría de los Estados Unidos. En comparación con la cepa original alfa, que hasta ahora era la predominante en Estados Unidos, se estima que la delta es entre un 50% y un 60% más contagiosa.
“Estamos reabriendo justo cuando predomina esta variante –detalla O’Leary–. Hay razones de sobra para estar preocupados por todos, no solo por los chicos. Específicamente, los casos de Covid-19 en niños se han disparado”.
La capacidad del virus para propagarse es especialmente preocupante “porque solo la mitad de los niños reúnen los requisitos para recibir la vacuna”, agrega Jennifer Lighter, especialista en infectocontagiosas de la Escuela de Salud Langone de la Universidad de Nueva York. “Eso es lamentable”, explica, “porque si es prevenible, ningún chico tiene por qué enfermarse”.
También hay motivos de tranquilidad: parece que la enfermedad causada por la delta no es más severa que con las demás variantes, aclara Allison Bartlett, especialista en infectología pediátrica de la Universidad de Chicago.
¿Cómo protejo a mis hijos adolescentes o veinteañeros, estén vacunados o no?
“Lo más importante que podemos hacer es vacunar, vacunar y vacunar a todos los elegibles para recibir la vacuna –sostiene O’Leary–. No hay mejor manera de proteger a nuestra sociedad y a nuestros hijos, incluidos los niños más pequeños”.
Además, para proteger a los niños vacunados y no vacunados por igual, hay que seguir aplicando las mismas medidas de precaución que conocemos, “pensar bien a dónde vamos, recordar que el aire libre es más seguro y aun en exteriores usar barbijo si estamos rodeados de mucha gente. Y eso se aplica a todos, incluidos los niños a partir de los 2 años”, suma O’Leary.
¿Hay que evitar el contacto de los niños sin vacunar con sus abuelos y otros adultos mayores?
Las familias “también tienen que preservar su salud mental y recordar la importancia del contacto humano sin dejar de cuidarse”, señala el experto. Para los abuelos que han recibido las dos dosis, el riesgo de contagio es “muy, muy bajo”, dice. “A título personal, mis dos hijos están vacunados, pero si no lo estuvieran, no dudaría en dejar que estén cerca de mis padres, que ya están completamente vacunados”, confía.
En el caso personal de Lighter, sus padres están muy involucrados en la crianza de sus hijos. Admite que sigue aplicando la misma regla que antes del coronavirus: “Si uno de mis hijos estornuda, no van a la casa de sus abuelos”.
De todos modos, dice Lighter, “lo más importante que puede hacer un padre para proteger a sus hijos es convencer a sus propios padres, los abuelos, de que se vacunen”.
¿Es más seguro que deje a mis hijos en el exterior de los comercios y otros lugares cerrados?
Durante esta fase de la pandemia, indica O’Leary, el criterio debería ser similar al que rige en épocas de mucha gripe: “En general, para los niños menores de 12 años el riesgo no es exactamente igual al de la gripe, pero sirve de referencia, así que hay que tomar las mismas decisiones que en temporada de gripe”.
En cuanto a los lugares públicos cerrados, según Bartlett es preferible ir tomando las decisiones día por día. “Si el chico no tiene que salir por algún motivo, mejor ahorrarle el riesgo de exponerse. Pero estar con un chico, ambos con barbijo, en un negocio que no está abarrotado de gente es razonablemente seguro, sobre todo si el resto de los clientes también tiene barbijo”, recuerda.
Finalmente, al tener contacto con una persona inmunocomprometida, tanto el adulto como el niño deben tomar especiales medidas de precaución.
¿Qué probabilidades hay de que un padre vacunado le contagie la variante delta a su hijo?
Los padres vacunados que se contagian tienen cierta cantidad de virus que a su vez pueden esparcir, dice Bartlett, pero “siempre será mucha menos cantidad que si no estuvieran vacunados”. Lighter añade que las “infecciones posvacunación” siguen siendo extremadamente infrecuentes.
¿Debería acoplarme a la flexibilización generalizada que parece verse en todas partes, o debería redoblar mis cuidados por la variante delta?
Bartlett tiene la esperanza de que en las ciudades donde el barbijo no es obligatorio, los padres les hagan entender a sus hijos la importancia de que ellos sí se lo pongan en lugares cerrados. Así los niños se estarán cuidando, pero sobre todo estarán cuidando a los demás, porque el chico puede tener el virus y no saberlo.
¿Qué pasa con el regreso a la presencialidad escolar?
“Está bien que se apliquen protocolos para mitigar los contagios, porque los chicos tienen que estar en la escuela”, opina O’Leary.
Él y el resto de los expertos coinciden en que los beneficios de la escolaridad presencial exceden ampliamente el riesgo de que los chicos actualmente se contagien el virus, pero advierten que las escuelas deben tomar medidas de precaución y no bajar la guardia. “Los chicos extrañaban demasiado la escuela –considera Lighter–. No estar en la escuela les causó mucho daño innecesario”.
La Academia Nacional de Pediatría de Estados Unidos recomienda que todos en la escuela usen barbijo, sin excepción, sobre todo porque “no es posible verificar quién está vacunado y quién no”, señala Lighter. Si todos usan barbijo, la chance de diseminar el virus son mucho menores.
(Traducción de Jaime Arrambide)
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