Los beneficios de la mayor presencia de los padres en la crianza de los hijos
La paternidad activa como un camino hacia la equidad de género fue uno de los ejes de la conferencia Women Deliver, que se realizó en Dinamarca esta semana
COPENHAGUE.– Hoy es un día perfecto para el danés Johannes Winding: como el sol, tantas veces esquivo en esta parte del mundo, ilumina la ciudad, aprovechó para pasear al aire libre con su familia y estrenar su licencia paga por paternidad que comenzó ayer y que finalizará recién dentro de seis meses.
Durante ese período, se dedicará a cuidar y a disfrutar al pequeño Sebastian, nacido en noviembre, y a su otro hijo, Nikolaj, de cinco años. Forjó una especie de "posta" con su esposa, Daniela, quien acaba de retornar a su trabajo como enfermera luego de ocho meses de licencia por maternidad, también paga.
La paternidad activa, como la que ejerce Johannes, fue uno de los temas que se debatió en esta ciudad durante Women Deliver, la mayor conferencia mundial de la década sobre la salud, los derechos y el bienestar de las mujeres, y que la semana pasada reunió a unos 6000 activistas, funcionarios y especialistas en género de todas partes del planeta.
De hecho, una de las novedades de la conferencia, que se realiza cada tres años y lleva cuatro ediciones, fue incluir como tema, entre sus cientos de paneles y actividades, la necesidad de que los hombres se involucren en la lucha por la equidad de género en todos los ámbitos: desde los espacios de mayor poder, como el que ocupa el Papa, quien envió un mensaje al público de la conferencia, hasta los espacios de la cotidianidad del hogar, como los que ocupan los padres.
Beneficios para todos
En el panel "Hombres que cuidan: paternidad, equidad de género y salud reproductiva, materna e infantil" se habló de los beneficios que conlleva la paternidad activa para niños, mujeres y, también, los propios padres. "La presencia activa de los hombres en la crianza de sus hijos ayuda a cambiar los roles de género. Los hombres adoptan una mirada más equitativa con respecto a sus hijos y las mujeres se sienten más amadas", comentó Giovanna Lauro, directora general de programas internacionales de la organización Promundo, que promueve en diversos países la paternidad activa.
Además, se mencionó que la paternidad activa mejora la nutrición tanto de los niños como de las madres, baja la violencia que pueden ejercer los hombres como padres y como esposos, redistribuye el llamado "trabajo no remunerado" (cuidado de niños y ancianos, quehaceres domésticos y tareas escolares), y reduce la depresión post parto.
Lauro aseguró que, según los estudios que realizaron a partir de diversos programas, también mejora la salud de los niños: "Y algo de lo que se habla poco: también es bueno para los hombres, mejora su salud y los hace menos violentos como padres. Este es un mensaje muy importante que tenemos que comenzar a dar".
"Sentir la piel de un bebe en tu piel es sentir mariposas en la panza, como cuando uno se siente enamorado. Tiene un efecto en la neurobiología de los padres. Todos estamos programados para cuidar", contó Duncan Fischer, de la organización Families Included.
Lo cultural
Una de las mayores barreras que existen para que los hombres se comprometan es la cultural, ya que en la Argentina, como en el resto de América latina y gran parte del mundo, los roles de género están muy acentuados. De hecho, las estadísticas dan cuenta que el trabajo no remunerado recae de manera desproporcionada sobre las mujeres, estén o no en pareja, tengan hijos menores de 6 años o no, e incluso cuando trabajan fuera del hogar la misma cantidad de horas que los hombres.
Así, el 90 por ciento de las mujeres argentinas declara realizar trabajo no remunerado mientras que la cifra se reduce a menos del 60 por ciento en el caso de los varones. A su vez, las mujeres destinan en promedio 6,4 horas diarias a estas actividades, y los varones, 3,4 horas, datos que corresponden a la Encuesta Anual de Hogares Urbanos (tercer trimestre de 2013).
Lo legal
Pero también existen barreras de tipo legal que limitan las posibilidades de llevar a cabo una organización diferente de la familia. En Argentina, la Ley de Contrato de Trabajo prevé apenas dos días corridos de licencia por paternidad, un plazo imposible si el objetivo es que el padre se involucre en el cuidado activo de los niños.
Johannes cuenta, por su experiencia con su primer hijo, que estar presente como padre les ayudó a construir una relación fuerte: "Estoy convencido de que fue por haber estado con él desde los primeros meses, gracias a la licencia".
Desde hace años, diputados y senadores de diversos partidos políticos de la Argentina vienen presentando proyectos de ley para extender tanto la licencia por maternidad (hoy son tres meses pero la Organización Internacional del Trabajo establece un mínimo de 14 semanas) como la licencia por paternidad, y crear lo que se denomina la licencia parental. Esta última es un período posterior a la licencia por maternidad sobre el que la pareja puede decidir quién de los dos progenitores lo aprovecha.
La Universidad Nacional de Córdoba incorporó una licencia parental de tres meses –posterior a la licencia por maternidad– que puede ser tomada por cualquier integrante de la pareja cuando ambos progenitores son empleados de la universidad.
Sin embargo, el caso cordobés es apenas una excepción y ninguno de los proyectos parece que vaya a prosperar pronto en el Congreso argentino. Un mundo de distancia al de Johannes, Daniela y sus niños.
Laura Leonelli Morey
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