Participan de proyectos del Centro de Estudios Económicos Urbanos (CEEU) de la Universidad Nacional de San Martín, que trabaja en “construir territorios más inclusivos, sostenibles y resilientes en en el país y en la región”
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Tienen entre 25 y 34 años y cursan maestrías en Harvard y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), dos de las universidades más prestigiosas de Estados Unidos. Desde el primer mundo, elijen viajar a la Argentina para realizar sus prácticas laborales de verano, enfocadas en el desarrollo de estrategias económicas y urbanísticas en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Es que en este país, dicen, tienen la oportunidad de acercarse a “excelentes profesionales especializados en planeamiento urbano”, acceder a una “rigurosa base de datos públicos” y trabajar en proyectos extrapolables a sus lugares de origen, en los que suceden algunas problemáticas “similares” a las de las ciudades argentinas.
Se trata de jóvenes nacidos en República Dominicana, Brasil, Turquía y Estados Unidos, que se instalaron en la ciudad de Buenos Aires por un período de diez semanas para sumarse a proyectos del Centro de Estudios Económicos Urbanos (CEEU) de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), dirigido por el politólogo argentino Joaquín Tomé, también magíster en Economía Urbana (Universidad Torcuato Di Tella) y en Planificación Urbana (Universidad de Harvard).
“Recibimos pasantes de este tipo de instituciones desde 2022. Son profesionales que aportan a la oficina excelencia académica, rigurosidad y actualización, en tanto están en contacto con las últimas tendencias. Además, personas que deciden venir a un país con subdesarrollo porque, en su mayoría, también forman parte del subdesarrollo; su realidad no es tan ajena a la nuestra, y nos une una sensibilidad similar”, dice a LA NACIÓN Tomé, quien fundó el CEEU en 2017, precisamente en el marco de su pasantía como masterando de Harvard. En aquel entonces, junto a cinco estudiantes más, elaboró el plan de visión para la configuración del Barrio Olímpico, en la zona sur del territorio porteño.
El centro es un espacio dedicado a la investigación aplicada y a la consultoría técnica de entes públicos y privados en desarrollo urbano y territorial, tareas que se nutren de datos recopilados en un laboratorio propio. Además, allí se dicta una diplomatura en Gestión de Ciudades Sustentables y una cátedra de Economía Urbana, optativa para los alumnos de grado de la Unsam.
Las tareas de los pasantes
Con el foco puesto en “construir territorios más inclusivos, sostenibles y resilientes en la Argentina y en la región” –según describen en el CEEU– los pasantes trabajan en proyectos reales. Entre ellos, la elaboración de un plan para fomentar operaciones comerciales en la zona sur de la ciudad de Buenos Aires; el diseño de un sistema de recuperación de aguas de lluvia para mejorar las condiciones de vida en el Barrio 20 de Villa Lugano, y el armado de una propuesta de políticas público-territoriales para un municipio del conurbano. Sus salarios y gastos de estadía son gestionados por las universidades en las cuales se forman. Además de los masterandos, rotan otros tres alumnos de grado de la Universidad de Pensilvania (Filadelfia) y de la Universidad George Washington (Washington D.C).
“El plan territorial de la ciudad de Buenos Aires tiene mucha especificidad por comunas, y hay profesionales con amplias competencias haciéndose cargo de la cuestión urbanística. Además, la base de datos, abierta, nos permite trabajar en el detalle. Me encantaría poder llevar todo esto a mi país”, afirma a este medio la economista dominicana Paula Marie Mella, de 28 años, quien cursa la maestría den Administración Pública en Desarrollo Internacional (MPA/ID) de Harvard.
Mella trabajó en el Ministerio de Economía de República Dominicana analizando variables territoriales para atacar problemas de la agenda pública, y su rol en el CEEU es participar del mapeo de la zona sur para elaborar un plan de atracción de negocios y desarrollo económico equitativo; una encomienda de la Corporación Buenos Aires Sur, sociedad del Estado presidida por Santiago López Medrano.
Junto con sus compañeros del MPA/ID Anna Paula Ferrari Matos (Brasil) y Furkan Edip Pehlivanli (Turquía), la economista investiga las condiciones de empleo, las migraciones entre comunas, el acceso a la educación, las condiciones habitacionales yla economía, entre otras. El trabajo es liderado por Tomé y por otro argentino, Patricio Goldstein, quien realiza un doctorado en Economía en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Acceso a la información pública
En línea con su colega centroamericana, la paulista Ferrari Matos sostiene que nunca antes había tenido la posibilidad de acceder a una base de datos tan amplia. “En ningún empleo previo, ni en Brasil ni en Estados Unidos, me habían facilitado esta complejidad de información pública, tan importante en nuestro rubro, y que supera las expectativas que uno tiene sobre una pasantía”, dice. También valora las facilidades para entrevistar a urbanistas y agentes de gobierno.
Convencida de que el proyecto en el que trabaja contribuye a “cerrar la brecha entre la zona sur y el resto de la ciudad”, la joven de 33 años no solo usará la experiencia para su tesis de maestría, sino que se ilusiona con trasladarla a su país. “En Brasil hay mucho desequilibrio entre las áreas ricas y pobres de las ciudades. Incluso, diría que las zonas más vulnerables de Buenos Aires y alrededores tienen mejor infraestructura que las de San Pablo, en donde hay mucho trabajo por hacer. Las escalas son distintas, pero los problemas, similares”, afirma.
El tercer pasante del equipo, Pehlivanli, nacido en Estambul, dice estar “fascinado” con la cultura local, las fiestas futbolísticas y el “aura europea” de las calles porteñas, y considera que, pese a las particularidades demográficas, su trabajo será aplicable a cualquier otra ciudad con “dificultades similares”; incluso, a muchas áreas subdesarrolladas de Turquía.
En cuanto a los recursos disponibles para llevar a cabo los proyectos, Pehlivanli destaca la infraestructura de la Unsam y del Centro de Estudios Urbanos. Si bien aclara que “para hacer research y diagnóstico necesitamos lo mínimo, que es conexión y una computadora”, remarca las gestiones que les han permitido “recorrer personalmente las áreas de trabajo”.
El estudiante de Harvard también investiga alternativas de generación de valor autónomo para municipios del primer cordón bonaerense, a partir de la tan debatida desfinanciación de gobiernos provinciales e intendencias.
Crisis y resiliencia
Los proyectos en curso tienen en consideración los vaivenes económicos de la Argentina y los pasantes han seguido la trayectoria del país en sus estudios de maestría, pero ninguno de ellos se atreve a opinar acerca de la crisis, en tanto consideran que están viviendo Buenos Aires desde una “situación de privilegio”.
“Sí puedo decir que los argentinos son muy resilientes. Cada semana, cuando cambiamos dólares, percibimos cómo sube el margen entre nuestra moneda y el peso, y nos sorprende que aún así haya mucha vida afuera”, sostiene Mella, oriunda de Santo Domingo.
A quien más extraño le resulta el panorama local es a Zachary Rapaport, nacido en West Palm Beach, en California. Con 26 años, un grado en Arte y cursando una maestría en Arquitectura en el MIT de Cambridge, el joven trabaja en el diseño de un hidrocolector socio-urbano para el Barrio 20, que busca mitigar los efectos del cambio climático mediante la gestión del agua de lluvia y la creación de espacios verdes. Es un proyecto que acercó al CEEU el arquitecto argentino Brian Kohan, investigador de Harvard, y que cuenta con el respaldo de Raíces, una organización no gubernamental ubicada en el sur del territorio porteño.
El centro de estudios da marco a la investigación que propuso Kohan, y, según adelanta Tomé, el director del CEEU, “el próximo paso será buscar financiamiento para poder construirlo”.
Rapaport, el estudiante nacido y criado en EE.UU., trabajó para el gobierno de Nueva York en el manejo de la emergencia del Covid-19 y de los impactos del cambio climático. Aunque la realidad argentina no le resulta “para nada familiar”, su trayectoria le ha permitido adentrarse con soltura en la elaboración de estrategias de sostenibilidad para el Barrio 20. Al haber visitado el Barrio Olímpico, se ilusiona con el contraste que percibe entre ambos tejidos cercanos.
“La mejora de la infraestructura del Barrio Olímpico es el ejemplo de un plan que funciona y que exhibe una forma de vida completamente distinta a su vecina”, dice, en relación a un proyecto que también nació en las oficinas de la Universidad Nacional de San Martín.
Los extranjeros iniciaron sus pasantías en junio y las terminarán a mediados de agosto. “Solicitamos a las universidades el perfil de pasantes que necesitamos en base a los proyectos que tenemos en curso e intentamos organizarlo para que lleguen a participar del cierre y de la presentación a los clientes”, concluye Tomé.
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