Los argentinos, cada vez más “quemados”: cuál es el segmento más vulnerable y afectado por el estrés
Según un estudio privado, los jóvenes sienten el mayor impacto, en el inicio de su vida económicamente activa; seis de cada diez personas no están satisfechas con su vida
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Los niveles de estrés y de frustración entre los argentinos siguen en alza. Según un informe privado, seis de cada diez personas consultadas admiten no estar satisfechas con su vida y los más jóvenes son los tristes protagonistas de esta preocupante tendencia. “Estoy quemado” y “estoy quemada” son frases que se escuchan cada vez con más asiduidad entre ellos.
El estudio denominado “Felicidad y Burnout” fue realizado por la Universidad Siglo 21. Una de las mediciones que surge al analizar las respuestas expone un alto índice de cansancio en el segmento económicamente activo de la población: tres de cada diez personas afirmaron haber experimentado niveles de agotamiento emocional crónicos asociados al estrés.
Los resultados confirman la tendencia observada en el mismo relevamiento que la institución efectuó hace un año, cuando entraron en juego las consecuencias de la pandemia de Covid-19 y las restricciones derivadas de la emergencia sanitaria.
La universidad desarrolló este informe a través de una encuesta telefónica que fue respondida por 1050 hombres y mujeres, de entre 18 y 65 años, con domicilio en las principales ciudades de la Argentina, entre ellas Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, Corrientes, San Miguel de Tucumán y Comodoro Rivadavia.
En la evaluación de las variables expuestas se utilizó la “escala de satisfacción con la vida” (SWLS, por sus siglas en inglés), un instrumento que también contemplan para sus estudios organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por qué
El informe presenta un análisis comparativo de los últimos cuatro años sobre los niveles de burnout –o estrés crónico– y de los parámetros de felicidad en los argentinos. De acuerdo con lo relevado, los argentinos son cada vez menos felices. Solo el 40,2% de las personas se sienten satisfechas con su vida, lo que representa una caída de más de 10 puntos porcentuales respecto del mismo muestreo realizado en 2020.
Según el estudio, en 2022 se observa que un 42,9% siente que logró las cosas importantes que se había propuesto mientras que solo el 32,8% está conforme con la mayoría de los aspectos de su vida.
Hay un dato que genera preocupación. Son los más jóvenes, de entre 18 y 29 años, los que manifestaron encontrarse en los niveles más bajos de felicidad y los más altos de estrés crónico. Esto es: los hombres y mujeres que comienzan su vida económica activa están menos satisfechos con sus vidas y, a su vez, se sienten “quemados y quemadas”.
Florencia Rocca tiene 28 años y afirma, desesperanzada: “Se vive un estrés muy grande porque no encontrás estabilidad en ningún lado. No es solo lo económico”. Siente que actualmente en la Argentina un joven “no puede independizarse”. Además, “tenés que trabajar un montón para poder pagar los estudios en una institución privada, y si decidís hacerlo en una pública no podés trabajar tanto porque no te dan los horarios”, cuenta a LA NACION y habla de “una lista de trabas”.
La joven, que próximamente se irá a vivir a Colombia, tomó la decisión de emigrar porque busca “una mejor calidad de vida” y siente que en la Argentina “no puede acceder a casi nada ni cumplir los sueños, como tener una casa propia. Aunque te mates trabajando, no accedés. Te autoasfixiás”, se lamenta.
Apenas el 21,46% de los encuestados de entre 18 y 29 años dice ser feliz, una cifra que sube levemente hasta el 24,99% para aquellos que tienen entre 50 y 59. La población de 30 a 50 años que responde ser feliz ronda el 22%.
“El bienestar es un requisito indispensable para trabajar de forma productiva, desarrollar el talento y afrontar el estrés cotidiano. Por ello, esta medición advierte sobre las consecuencias que puede generar no prestarle atención a esta problemática. Lo emocional no es considerado un recurso estratégico para el desarrollo del país y eso debe cambiar. Se necesitan acciones sistemáticas por parte de las organizaciones, empresas e instituciones educativas orientadas a promover el bienestar y la felicidad de la población”, analizó Leonardo Medrano, vicerrector de Innovación, Investigación y Posgrado de Universidad Siglo 21 y responsable del estudio.
El impacto del trabajo
Como se dijo, tres de cada diez argentinos dijo sentirse muy estresado en el último año. Los datos dan cuenta de que esta situación crece año tras año: un 27% siente que “no puede relajarse después del trabajo” y que “se encuentra tan cansado que no puede realizar otras actividades”, en tanto que un 27,6% expone que “cada vez le cuesta más trabajo iniciar una nueva jornada laboral”. Estas mismas mediciones se situaban en alrededor del 21% en 2019 y mostraron un salto de dos puntos por año: 23% en 2020, 25% en 2021 y 27% en 2022.
La depresión, el burnout y la frustración son directamente proporcionales con la suba de dos indicadores sociales emergentes de las crisis económicas: el menor nivel educativo y los ingresos salariales más bajos.
El grupo con mayor burnout y menor felicidad incluye a quienes solo cuentan con título primario y secundario y, por el contrario, aquellos que tienen un título de posgrado son los que presentan menores niveles de burnout y mayores niveles de felicidad. A su vez, las personas con ingresos inferiores a los $60.000 mensuales son quienes presentan mayores niveles de estrés crónico y menor felicidad.
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