LN Revista: la propuesta rica y diversa de un clásico dominical que se lee toda la semana
Desde su nacimiento, LA NACION tuvo el propósito de no ser un mero propalador de las noticias del día. Cuando su fundador lo concibió como una "tribuna de doctrina" en su célebre primer editorial del 4 de enero de 1870, le asignaba un rol superior vinculado a los signos de los tiempos, que sostiene hasta hoy. Levantar la mirada de la crónica diaria para adquirir, como un dron que se eleva vertical en el espacio, una visión más amplia y extendida del territorio es una intención que ha acompañado desde siempre los productos editoriales de LA NACION, y con esa misma voluntad, en julio de 1969 -cuando la creación de Mitre se aprestaba a celebrar su primer centenario-, nació su revista dominical.
El periodismo de revistas, que conoció en la posguerra un prestigio y esplendor extendido por las grandes capitales de la industria editorial, de Nueva York a París, encontró en aquella década del 60 del siglo pasado una época dorada en el periodismo argentino. El mundo se reflejaba por primera vez en su extensa gama de color en aquellas publicaciones que rompían con la tradicional monotonía cromática de los diarios, apenas matizada por los tonos sepias de los antiguos retrograbados. Faltaba mucho tiempo para que la televisión, y los propios diarios, abandonaran el blanco y negro, y las revistas tenían entonces la singular virtud de mostrar la vida tal cual era. El auge de ese periodismo de autor que las grandes plumas norteamericanas bautizaron pomposamente Nuevo periodismo –que incorporaba formas narrativas no exploradas antes fuera de la literatura– y el apogeo de la publicidad gráfica en esos mismos años completaban los otros pilares de ese mercado de revistas en el que LA NACION incursionaba con su publicación dominical bajo la conducción editorial de Ambrosio Vecino.
Desde aquel primer número del 6 de julio de 1969, que mostró en su tapa el rostro ligeramente sonriente de una jovencísima Claudia Cardinale, una de las nuevas estrellas del cine europeo de ese tiempo al que el corresponsal en Roma, Rolando Rivière, había entrevistado en exclusividad, la Revista abrió una ventana diferente al mundo de las artes, la cultura, los estilos de vida y el deporte. Y se asomó con naturalidad y frescura a la vida cotidiana de los lectores y su íntimo universo de intereses personales: de la moda a la gastronomía, de los viajes a los placeres asociados con el buen vivir.
En los últimos 50 años, mientras el diario transitaba su madurez, la Revista se mantuvo, década tras década, como una puerta de entrada más para las nuevas camadas de lectores que encontraron en sus viñetas de humor inteligente, en la diversidad de sus columnas y en la cercanía de la cultura de época apreciable en sus páginas, un medio que siempre ha tenido como norte dar cuenta de los cambios que atraviesa toda sociedad, y los rumbos y desafíos que asume toda generación. Las grandes entrevistas a los protagonistas de nuestro tiempo y la crónica como género cardinal del periodismo conviven desde la aparición de la Revista -llamada desde 2003 LA NACION Revista– con sus distinguidas producciones de moda, a cargo de los más respetados profesionales de esa área, y sus apreciadas propuestas gastronómicas, referenciadas por los nombres rutilantes del mundo gourmet. Las minucias de la cotidianidad se han visto magistralmente reflejadas en sus tiras, como Trudy, aquella creación de Gerry Marcus, o en las temporalmente más cercanas de Gaturro, a cargo de Nik. Todo este caleidoscopio de formatos y categorías constituyen la diversa y rica propuesta de un clásico dominical que se lee toda la semana.
Desde aquel primer número del 6 de julio de 1969, que mostró en su tapa el rostro ligeramente sonriente de una jovencísima Claudia Cardinale en entrevista exclusiva, una de las nuevas estrellas del cine europeo de ese tiempo, la Revista abrió una ventana diferente al mundo de las artes, la cultura, los estilos de vida y el deporte
Adentrados en el siglo XXI, LA NACION Revista se proyecta en el futuro como una publicación atenta a la innovación y a las nuevas ideas. Con la misma mirada cosmopolita de siempre, busca anticipar las tendencias que modelan nuestra cultura, en un mundo globalizado y atravesado por la era digital y las constantes transformaciones tecnológicas. Cada semana, el contacto con las audiencias se renueva ya no solo en la edición papel, sino también en la web y en las redes sociales, donde formatos especiales, como videos y animaciones, trascienden a los géneros periodísticos tradicionales aunque mantienen intacta la ambición original: contar buenas historias. Ese mismo objetivo es el que sigue atrayendo a nuevas generaciones de lectores que eligen cada semana a LA NACION Revista como su mejor acompañante en el descanso semanal, cuando la lectura profunda y relajada se vuelve el aliado ideal del ocio inteligente. En papel, en las pantallas o donde el futuro nos encuentre