Leucemia: ¿cuáles son los síntomas y cómo se puede detectar este tipo de cáncer?
A nivel nacional no hay cifras precisas de cantidad de diagnosticados, pero no se registra una variación significativa en el número de fallecidos; análisis, tratamientos y donaciones de médula, parte del portfolio de opciones para controlar o curar la enfermedad
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Las leucemias son un conjunto de enfermedades de la médula ósea, órgano responsable de fabricar las células que corren por el torrente sanguíneo, como los glóbulos blancos y rojos y las plaquetas. En los últimos días la enfermedad ocupó un lugar importante en la agenda mediática por los dichos del periodista Jorge Lanata sobre el supuesto estado de salud de Wanda Nara. Independientemente del caso en cuestión, que la enfermedad pase a formar parte de la conversación pública abre una oportunidad valiosa para difundir información sobre este tipo de cáncer que afecta a miles de personas todos los años. ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Cómo son los diversos tratamientos?
“La leucemia es una enfermedad de la médula ósea, que se encuentra en los huesos y es la responsable de producir los glóbulos blancos, rojos y plaquetas. Generalmente se produce por un aumento de glóbulos blancos por encima del valor normal. Pero no es solo el aumento de la cantidad, sino que, además, los glóbulos blancos salen muy inmaduros al torrente sanguíneo y generan muchos problemas”, explica Diego Kaen, oncólogo clínico, docente de la Universidad de La Rioja y presidente de la Asociación Argentina de Oncología.
El Ministerio de Salud de la Nación, en sus Estadísticas Vitales, informa que en 2019 fallecieron en el país 1841 personas por leucemia, mientras que en 2020 fueron 1688, y en 2021, 1694. Sobre los diagnosticados no hay cifras precisas a nivel nacional, pero al menos en el número de fallecidos no se ve una variación significativa.
Según el tipo de leucemia que se analice, variará el grupo etario más afectado. Por ejemplo, la leucemia mieloide aguda es más frecuente en adultos y personas de edad avanzada, mientras que la leucemia linfoide aguda es más común en la niñez y en la adolescencia.
“Es difícil hablar de porcentaje de curación. En general hay dos rangos etarios donde hay más leucemia, uno es en niños y otro, después de los 60 años. En este segundo rango hay muchos casos que a veces son leucemias crónicas y solo se controlan, mientras que en los chicos tiene tasas de curación que rondan el 90%. Las leucemias en sí suelen tener un porcentaje de curación más alta que los llamados tumores sólidos. Pero no hay que generalizar y es un tema que debe ser tratado con un hematólogo especialista en oncología”, sugiere Kaen.
¿Cuáles son los síntomas?
Desde un prestigioso instituto que trabaja en el diagnóstico y tratamiento del cáncer en la Argentina, brindaron a este medio información útil sobre la enfermedad. Describen que los síntomas de las leucemias agudas derivan del avance de las células malignas o blastos en la sangre, lo que causa que las células sanas, como glóbulos blancos o leucocitos, glóbulos rojos y plaquetas pierdan su funcionalidad normal. Por lo tanto, la pérdida de función de los leucocitos (encargados de la defensa del cuerpo frente a virus o bacterias) se manifiesta con infecciones.
Mientras que la pérdida de funcionalidad de los glóbulos rojos (encargados de transportar oxígeno a los órganos), puede generar fatiga, palidez o cansancio. En cuanto a la afectación plaquetaria (células que intervienen en la coagulación de la sangre), los síntomas se manifiestan con sangrados externos o internos frente a mínimos traumatismos e incluso pueden ser espontáneos.
En cuanto a la manera de llegar a un diagnóstico, María Marta Rivas, jefa del servicio de Hematología del Hospital Austral, explica que, en primer lugar, la leucemia se sospecha con un análisis de rutina llamado hemograma (análisis de sangre), donde en la mayoría de los casos se ve un aumento o disminución significativa de glóbulos blancos con disminución de glóbulos rojos y plaquetas, y luego el cuadro se confirma mediante una punción de médula ósea.
“Las leucemias crónicas, en su gran mayoría son asintomáticas y se descubren en forma incidental al solicitar un control de análisis de sangre; en otras ocasiones, en el examen físico se detecta agrandamiento del órgano bazo o de ganglios inflamados. Con tratamiento específico para el tipo de leucemia crónica, los pacientes pueden tener una supervivencia casi similar a la población sana; en el caso de la leucemia linfoide crónica, no siempre requiere un tratamiento, pudiendo el paciente llevar una vida completamente normal con controles periódicos con su hematólogo”, detalla el informe enviado a LA NACION.
¿Cómo se trata?
Los tratamientos variarán según el tipo de leucemia, resalta Kaen. “Las leucemias agudas suelen tener más quimioterapia, las crónicas suelen ser tratadas con medicamentos. También es posible, en algunos casos, hacer un trasplante de médula ósea”, señala el especialista.
Las opciones de tratamiento incluyen combinación de drogas quimioterápicas cuyo objetivo es eliminar o erradicar los blastos de la médula ósea para restablecer la producción normal de glóbulos y plaquetas funcionalmente sanos. Muchas veces, este tratamiento va acompañado de un trasplante de médula ósea posterior, en su mayoría de un donante familiar o de un donante internacional seleccionado. Las leucemias crónicas suelen tratarse con drogas específicas que actúan sobre la alteración celular que produce la enfermedad y suelen ser tratamientos de administración oral forma diaria de por vida o por varios años.
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