Leonardo Valente, el argentino que sueña con crear autos híbridos en todo el país
En Silicon Valley, realizó una prueba piloto de 12 días y con energía eléctrica que le dio confianza y lo entusiasmó para traer la idea a la Argentina; la primera conversión podría estar lista este mes
Leonardo Valente insiste una y otra vez en definirse como "un tipo común", aunque su paso por Singularity University, el centro de innovación de la NASA, haya marcado un punto de inflexión en su vida y lo distinga de la media de los mortales.
"Tengo clarísimo que no soy Superman, sino un busca que tiene ideas y que se pone inquieto para llevarlas a cabo, tratando siempre de contar con mis imperfecciones y mis limitaciones, y sabiendo que es un proceso lleno de incomodidades en el ámbito económico y familiar", reconoce este joven treinteañero, oriundo de Bahía Blanca, durante una entrevista con LA NACION. Enseguida, completa: "Es más fácil lograr cosas dentro de una organización o para un gobierno, pero este camino es mucho más divertido y apunta a resultados más grandes".
Su mente renovada y enriquecida es parte del valor agregado que le brindó su estadía en Silicon Valley (con compañeros de 35 países que aportaron diversidad y genialidad a una convivencia de casi 80 días) y que, en simultáneo, reivindicó su carácter ambicioso, sin que por ello perdiera el foco ni el sentido común. "Siempre trato de actuar con responsabilidad. Si un grandote de lentes te dice que volar es fácil, hay que chequear si no se llama Clark Kent...porque te puede animar a cometer un error, incluso de buena fe", admite, dejando entrever cierta ironía.
Mientras recuerda cómo se inició en el mundo del emprendedorismo, repasa su visita al exterior y anticipa a este medio dos de sus proyectos de mayor peso, Leonardo se muestra agradecido. No obstante, se resiste a que lo tilden o rotulen como un argentino con privilegios tras ser seleccionado entre 4500 aspirantes para participar de la edición 2014 de Singularity. En el fondo, sabe que lo es.
En cambio, sí se reconoce como un innovador nato, que desarrolla proyectos prácticamente desde el arenero del jardín de infantes; una postal que ya registra alrededor de tres décadas de vigencia: "Uno emprende cuando genera un proyecto empresarial o social con un componente de innovación, o busca una escala diferente a la habitual. La innovación casi nunca tiene formas sofisticadas"
Con ese perfil prometedor y deseos de avanzar en su veta creativa, se anotó y ganó el concurso Impactec por SocialIPOS, una plataforma libre que busca la inclusión de comercios de barrios postergados mediante tarjetas sociales no bancarias.
La iniciativa siguió de cerca a Leonardo (no a la inversa) hasta Estados Unidos, casi como una especie de carta de presentación. Pero una vez allí, entró en pausa para dar lugar a otra que capitalizó las clases, el contacto con especialistas y el intercambio con dos colegas extranjeros, uno chileno y otro mexicano: el EMC, o la conversión de autos convencionales en híbridos eléctricos, destinados a países emergentes, cuyo prototipo estuvo listo en sólo 12 días.
EN TIEMPO RÉCORD
- ¿Cómo surgió EMC y qué peso tuvo tu estadía en la NASA para impulsarlo?
- Mi acercamiento a Singularity University fue bastante tímido. Hace un par de años me enteré de su existencia y sinceramente me parecía inalcanzable, completamente alejado de mi realidad. Sin embargo, el concurso Impactec 2 del gobierno de la Ciudad calzó perfectamente con un desarrollo tecnológico que tenía muchísimas ganas de poner en marcha y que necesitaba una oportunidad como ésta. Mis objetivos eran y siguen siendo desarrollar SocialPOS, pero EMC fue la consecuencia de tratar de aprovechar la experiencia al máximo, y un sueño vinculado con un hobby personal hecho realidad. Durante la estadía en Silicon Valley nos desplazamos todo el tiempo en híbridos (a través de los servicios de "remis" como Uber o Lyft) y en los BMW eléctricos del servicio DriveNow de carsharing y nos encantaba. Conociendo que había aspectos de la tecnología que podíamos integrar, y aceptando el desafío de desarrollar lo que faltaba, en sólo 12 días logramos comprar un auto, las partes, y juntar todo para tener un híbrido que funcionara realmente.
- Al regresar al país, mantuviste el proyecto...¿En qué estado se encuentra actualmente?
- EMC surgió de la experiencia cotidiana de allá y la posibilidad de lograrlo. Mi idea siempre fue seguir hasta el final. A principios de diciembre colocamos dispositivos de telemetría vehicular en las unidades que serán convertidas en la ciudad de Buenos Aires para poder evaluar el consumo antes de avanzar con los cambios. Entiendo que durante enero vamos a poder realizar la primera conversión. Es un proyecto muy vertiginoso, de bajo costo y con una gran responsabilidad, pero es también una sensación que vivimos estando en Singularity.
- ¿Quiénes son los destinatarios principales de EMC?
- Nos dirigimos a los usuarios de mediano y alto volumen de autos y vehículos comerciales en países en desarrollo, que han aprendido a convivir con el concepto de conversión a partir de experiencias como el GNC/GNV. Según los parámetros de ahorro que estimamos, una persona que circule cuarenta mil kilómetros anuales encontraría su punto de equilibrio en menos de un año. Cualquier taxista o vehículo de reparto circula más que eso.
CON IMPRONTA SOCIAL
En paralelo, Leonardo no se resigna a echar por la borda el proyecto que actuó como trampolín y le permitió cursar en la NASA. "Tiene un potencial enorme para ayudar a los que más lo necesitan, prácticamente sin costos para el gobierno", justifica el bahiense en diálogo con LA NACION al recordar que lo que le otorga esa impronta tan particular a SocialIPOS es su concepto económico: trabajar con adelantos.
En líneas generales, está dirigido a la llamada "base de la pirámide", es decir, a los más de 6 millones de personas que no tienen más ingresos que un subsidio o una ayuda estatal. Con ese objetivo, relevaron los comercios de Bahía Blanca, ciudad en la que se realizará la prueba piloto, por lo que podrían tener las primeras implementaciones a la vuelta de las vacaciones. En tanto, en Buenos Aires, donde ya se reunieron para definir un plan de acción, lo harían más entrado el año que recién comienza.
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