Legionella Pneumophila: ¿Puede presentarse esta bacteria en las casas o el trabajo?
El brote en un sanatorio de Tucumán, que provocó seis muertes hasta el momento, encendió las alarmas
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El brote de Legionella Pneumophila que generó seis muertes y 22 contagios en el sanatorio Luz Médica, ubicado en la capital tucumana, encendió las alarmas. Si bien la bacteria es una vieja conocida para los especialistas —fue descrita en los 70—, para el resto de la población el brote significó una nueva amenaza. El interrogante que surgió es si esa bacteria, que se acumula en tanques de agua poco higienizados o en los canales de los aires acondicionado podría estar presente, por ejemplo, en los hogares o en las oficinas.
La respuesta rápida es que, lamentablemente, es posible detectar Legionella en ámbitos domésticos o laborales. Pero la buena noticia, señala Elena Obieta, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), es que, según estudios de prevalencia, se estima que cerca del 40% de la población ya presenta anticuerpos para combatirla. “Además, en la población general, es decir, sin comorbilidades, suele presentarse como una gripe que dura dos días. Por otro lado, no tiene transmisión interhumana y solo evoluciona por brotes focalizados”, explica la especialista.
“La forma de transmisión más frecuente de Legionella es la inhalación de aerosoles generados a partir de fuentes contaminadas, como torres de enfriamiento para aire acondicionado, sistemas de agua fría y caliente, humidificadores e instalaciones de hidromasajes. También, aunque mucho menos frecuente, por microaspiración de agua contaminada o por aplicación directa. En los últimos años también se identificó a las plantas de tratamiento de efluentes domésticos como causales de brotes”, explica un estudio de revisión titulado, Legionella pneumophila: un patógeno emergente en Argentina, publicado el año pasado por Marcelo Medina, Liliana Lösch y Luis Merino, todos investigadores de la Universidad del Nordeste, en Chaco.
Claudio Strasorier, médico infectólogo que enseña en la Universidad de La Rioja y trabaja para el Ministerio de Salud de esa provincia, indica que lo sucedido en Tucumán es “un antes y un después” para los equipos de salud. “Ahora van a buscar más Legionella para cuadros de neumonía como el que presentaron los pacientes. Hay que estar muy atentos cuando uno hace refacciones en casa o si el suministro de agua se corta por un tiempo porque es ahí cuando el agua se puede estancar y luego representar un caldo de cultivo. También hay que hacerle el service a los sistemas de climatización de los edificios, sobre todo aquellos que tienen un aire acondicionado central. En los equipos individuales que hay en los hogares es mucho menos probable que se acumule humedad, por lo que representan un riesgo inferior, pero no se puede descartar del todo”.
Por su parte, Leda Guzzi, miembro de la SADI, también señala que la Legionella es más común en edificios con sistemas de distribución y almacenamiento de agua complejos, como los hoteles, los spa, circuitos termales, hospitales, las instituciones geriátricas, entre otros. Pero, agrega, es más inusual en los entornos domésticos. “La gran mayoría de los aires que se usan en los domicilios no se enfrían con agua, y eso en este caso es una ventaja”, destaca.
El estudio publicado por los tres especialistas de la Universidad del Nordeste señala que la legionelosis es un importante problema de salud pública, pero en la actualidad la incidencia global de esta enfermedad es desconocida principalmente por la falta de diagnóstico y los subregistros. A pesar de ello, la información disponible mejoró en los últimos años con el aumento del diagnóstico y la notificación de casos. De hecho, en la Argentina, la Legionella pneumophila forma parte de los agentes que deben ser notificados como causales de infecciones respiratorias bacterianas a través del Sistema de Vigilancia de Laboratorio (SIVILA).
Sintomatología
La infección por Legionella —la legionelosis― posee dos presentaciones clínicas: una forma no neumónica y la forma neumónica.
Según detalla el estudio de la Universidad del Norte, la forma no neumónica (fiebre de Pontiac) es una enfermedad aguda, autolimitada, de resolución espontánea, que se manifiesta con síntomas similares a los de la gripe y remite generalmente al cabo de dos a cinco días. El período de incubación oscila entre unas pocas horas y un máximo de 48 horas. Los principales síntomas son fiebre, escalofríos, cefalea, malestar general y mialgia. No necesita intervención médica ni tratamiento antibiótico y no se conocen casos de muerte asociados a este tipo de infección (7, 10, 32, 33).
La forma neumónica de la enfermedad del legionario tiene, en general, un período de incubación de dos a 10 días. Los síntomas iniciales son fiebre de hasta 40 °C, pérdida de apetito, cefalea, malestar general, dolor osteo-muscular, dolor de espalda, disnea, dolor torácico, adenopatías, dolor en punta de costado, letargo y presencia de tos seca leve inicial, aunque un 50% de los pacientes presentan tos productiva y un tercio de ellos tiene hemoptisis. Algunos pacientes también refieren diarrea y confusión. La enfermedad del legionario generalmente se agrava en la primera semana si no se trata. Las complicaciones más frecuentes son insuficiencia respiratoria, conmoción, falla renal aguda y multiorgánica. Sin embargo, se pueden presentar otras formas clínicas menos frecuentes, como neumonía de Pittsburg, sinusitis, celulitis, pancreatitis, pericarditis y endocarditis, entre otras.
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