Le dijeron que el caso de su hija no era una urgencia y agredió violentamente a la pediatra
El episodio ocurrió en el Hospital de Niños Sor Ludovica, de La Plata, que atraviesa una fuerte crisis por la falta de personal
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Una pediatra recibió golpes y arañazos de parte de la madre de una paciente que había ingresado sin autorización al área de shock room del Hospital de Niños Sor María Ludovica, en La Plata. Cuando la médica le informó que el cuadro de su hija no era de urgencia y debía pasar por el triage de la guardia –un procedimiento para asignar prioridad de atención por gravedad–, la mujer se violentó.
La agresión ocurre en medio de una fuerte crisis que atraviesa ese hospital por la falta de personal para atender la demanda pediátrica del conurbano bonaerense. El hecho quedó grabado por las cámaras de seguridad del hospital y está formulada la denuncia por agresiones.
Las imágenes muestran cómo anteayer, pasadas las 19.20, una mujer ataca a Mariana Cañete, que estaba como jefa de guardia en ese momento. Enseguida, médicos y enfermeros corrieron para impedir que la madre de la menor siguiera golpeando a la pediatra.
Hace instantes, la Federación Médica de la provincia de Buenos Aires (Femeba) emitió un comunicado de repudio a la agresión a la pediatra. “Basta de agresión a los profesionales de la salud”, insta el documento redactado desde el Programa de Prevención de la Violencia a los Médicos de la entidad con la firma de su presidente, Guillermo Cobián.
“Al mismo tiempo, [Femeba] alerta sobre el alto grado de irracionalidad de parte de una sociedad civil que hace de la agresión su modo cotidiano de vida y de un Estado que con su inacción fomenta este tipo de acción –continúa el texto–. No abrazamos una vocación ni para defendernos ni para agredir. Solo deseamos asistir, cuidar y proteger a nuestros pacientes, en un marco de trabajo digno. Confiamos en que este hecho no quede impune, y que la autora de semejante agresión, reciba el castigo que corresponda.”
En diálogo con LA NACION, la pediatra que sufrió la agresión relató cómo la madre de una menor ingresa al shock room para pedir que atiendan a su hija que se había descompensado en una clase de natación. El personal de seguridad que controla ese acceso no estaba en el lugar porque estaba interviniendo en otro hecho de violencia contra el personal.
“Falló la seguridad porque la mujer ingresó a una zona que no está permitido hacerlo porque es donde atendemos los casos más graves –contó Cañete–. Una enfermera la ve y, en un primer interrogatorio constata que no se trata de una urgencia y la envía a otro sector para el triage. Como no la puede controlar sola, me pide ayuda para que le explique a la madre que vamos a continuar la atención en otro sector, por guardia”.
La pediatra le pide que la acompañe y es ahí que la mujer la agrede. Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran también cómo la nena queda sola con una enfermera mientras logran controlar a la madre y la retiran del lugar entre varias personas.
Cada vez más violencia
“En el momento, se paralizó la atención porque todos nos quedamos paralizados. No es fácil seguir cuando hay violencia y, en este caso, eso perjudicó al resto de los pacientes cuando no estaba equivocado el criterio de esperar la atención, como se le explicó a la madre”, repasó Cañete, que ingresó al Ludovica como residente en 2009 y decidió continuar ahí su carrera profesional.
Afirma que la tensión en el sistema de salud por la crisis de recursos humanos está generando cada vez más hechos de violencia contra el personal. “En la guardia siempre tiene que haber alguien que se ocupe de la seguridad porque es un detonante de un segundo al otro”, describe la médica.
“Cada 48 horas es necesario que alguien pida que se frene alguna situación de ese tipo. Lo más común son los malos tratos y los gritos”, precisa sobre lo que colegas relatan en otras guardias de hospital.
Desde “¡Atiendan más rápido!” o “¡Cuándo van a atender!” hasta “¡Vas a dejar que el nene muera de fiebre!”. Esas son las expresiones más comunes que escucha el personal de guardia en el Ludovica.
“Tenemos 40 chicos con fiebre para ver y no podemos atender a todos al mismo tiempo. Y eso tiene que ver con la falta de médicos, también en el primer nivel de atención –explicó Cañete–. Muchas patologías no tendrían que llegar a la guardia de un hospital porque se pueden resolver en las salas de atención en los barrios. Hay falta de pediatras en el sector público y privado, que es lo que hoy está sobrecargando la demanda en los hospitales. Terminamos pasándola mal los pocos que estamos y va a ser cada vez peor”.
La médica presentó una denuncia por lesiones como personal de salud contra la agresora, a la que citarán para que preste declaración y se le impida acercarse a la profesional. “Es necesario que cada colega que sufre una agresión haga la denuncia. Pasa que muchas veces lo dejamos pasar por el ajetreo propio del trabajo, pero no podemos seguir trabajando en estas condiciones”, sostiene Cañete.
En el Ludovica, donde el personal reclama desde hace meses por el deterioro de la capacidad de respuesta de ese hospital escuela, la mayor demanda es por síntomas respiratorios en estos momentos. La sobredemanda, como publicó LA NACION, se combina con poco personal, entre médicos y residentes, y esto genera esperas de hasta seis horas para los pacientes que el triage indica que pueden esperar más que otros.
“Después de las 17 o 18, que es cuando cierran las unidades sanitarias y las guardias pediátricas de otros centros, se produce la mayor demanda. Y hasta las 2 o 3 de la madrugada es cuando más sobrecargada está la guardia”, contó a este medio Karina Bandin, jefa de guardia de los miércoles del Servicio de Emergencias de ese hospital bonaerense de referencia para la atención pediátrica.
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