Las villas y asentamientos del país ya triplican la superficie de la Ciudad de Buenos Aires
El último relevamiento del Renabap junto a Techo indicó que hay 6467 barrios populares en todo el país; la pobreza ya supera el 40% de la población
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La pobreza avanza en la Argentina a un ritmo demoledor y, al cierre de este año, marca que es mayor que en diciembre pasado, al alcanzar ya al 40,1% de la población. El contexto económico, político y social no acompaña y los datos que se van conociendo son devastadores. La desigualdad se concentra en las villas, asentamientos y barrios populares de toda la Argentina, que en total ocupan una superficie tres veces más grande de la que de la ciudad de Buenos Aires.
El dato surge del último informe del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) realizado con el músculo de Techo Argentina y otras organizaciones de la sociedad civil. Según la actualización del documento en todo el país, hay 6467 barrios populares que ocupan 684 kilómetros cuadrados, cuando la superficie porteña apenas supera los 200 km².
El RENABAP es un relevamiento que se realiza en todo el territorio argentino para detectar las necesidades de la población y enfrentarlas con políticas públicas de integración social y urbana. Es coordinado por la Secretaría de Integración Social y Urbana de la Nación.
Para el análisis se considera barrio popular a todo conjunto habitacional y urbanizaciones informales “que se constituyeron mediante distintas estrategias de ocupación del suelo, que presentan diferentes grados de precariedad y hacinamiento, un déficit en el acceso formal a los servicios básicos y una situación dominial irregular en la tenencia del suelo”. Además, los núcleos de viviendas “deben contar con un mínimo de ocho familias, con la mitad de sus habitantes sin título de propiedad del suelo, ni acceso formal a al menos dos de los servicios básicos (agua corriente, energía eléctrica, red cloacal)”.
En esta situación viven al menos 1.200.000 familias y un estimado de 5.000.000 de personas, con una mayor concentración registrada en las provincias de Buenos Aires (2065 barrios populares), Santa Fe (469), Chaco (442) y Misiones (413). En la ciudad de Buenos Aires se registraron 49.
El 81,23% de los barrios registrados son asentamientos (5253) mientras que el 17,43% son villas (1127) y el 1,35% conjuntos habitacionales (87). De todos ellos, el 87% tiene más de 20 años de antigüedad y han aumentado según la última medición. Al 31 de diciembre de 2018 se habían registrado 5687 barrios populares, es decir, 780 más que el número de este año. Aunque hay un salto evidente, esto no significa necesariamente que se hayan incrementado los barrios populares. La explicación está en la metodología del muestreo.
“El aumento no implica que se hayan generado esa cantidad de barrios nuevos, ya que el RENABAP ha incorporado muchos territorios conformados en años anteriores que en relevamientos pasados no habían sido identificados. A su vez, también se han aumentado las áreas relevadas al llegar al universo de urbanizaciones que pueden ser consideradas barrio popular como por ejemplo un conjunto habitacional”, se explica en el informe.
El crecimiento de la superficie de los barrios populares también fue relevado por Techo como unidad ejecutora, y la conclusión determina que hubo un importante aumento en los últimos años. En diciembre de 2016 la superficie total era de 611 km² y, dos años después, en diciembre de 2018, llegó a 643 km². En 2020 trepó hasta los 671 km² y, en 2023, se encuentra en 684 km². La tendencia indica un crecimiento medio de un 2,06% anual, algo superior al 1,47% de crecimiento medio anual de las principales ciudades argentinas.
Responder la pregunta
“Es una buena noticia contar con información actualizada sobre la situación de las personas que viven en barrios populares. Lo que es fundamental ahora es que Estado, sociedad civil y sector privado, de manera articulada, trabajemos para responder a la pregunta: ¿qué podemos hacer para que los 5.000.000 de personas que viven en barrios populares tengan la oportunidad de salir de la situación de vulnerabilidad en la que están?”, se preguntó Juan Maquieyra, Director Ejecutivo de Techo Argentina.
La desigualdad en esos barrios expone las necesidades de sus habitantes. En el 66% de los casos, las personas no tienen acceso formal a la energía eléctrica, el 92% no tienen agua potable de red, el 97% no cuentan con cloacas y el 99% no accede al gas natural sino que se abastece con garrafas o de otra forma.
“En momentos de restricción económica como estos, además de aumentar los montos de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y Tarjeta Alimentar, es fundamental invertir en vivienda e infraestructura en los barrios populares. Nadie puede educarse, conseguir un trabajo y desarrollar su libertad si no tiene una casa donde dormir, comer y cuidar a su familia”, opinó Maquieyra, en relación con los anuncios realizados ayer por el gobierno de Javier Milei.
“El Estado tiene un rol prioritario en esa inversión, que debe ser acompañada y potenciada por el sector privado y social. Desde Techo vamos a seguir construyendo donde más se necesite, y promoviendo mesas y espacios de diálogo donde desde el encuentro de los que piensan distinto podamos generar soluciones concretas y sustentables”, destacó.
La actualización del RENABAP llega poco después de que se conocieran los números de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que realiza el Indec para determinar la pobreza en la Argentina. Atravesado por la inflación y la licuación de los ingresos de los argentinos, el organismo estatal determinó que en el primer semestre del año la pobreza alcanzó al 40,1%, lo que implica un salto de casi un punto frente a la medición de fines de 2022 (39,2%) y de 3,6 puntos en relación al primer semestre del año pasado. La indigencia, por su parte, tocó el 9,3% contra el 8,1% de diciembre del año pasado. En este último grupo se encuentran los más pobres de la pobreza.
Los datos de la EPH corresponden al relevamiento en 31 aglomerados urbanos que en total suman 29.000.000 de personas, de los cuales 11,8 millones están por debajo de la línea de pobreza. Si los porcentajes se extienden a toda la población (poco más de 46.000.000), incluida la rural, el número equivale a 18.500.000 de pobres, de los cuales 4.300.000 son indigentes.