Las vacaciones que terminaron en tragedia para dos hombres
Los dos tenían 69 años y viajaron a Brasil sin vacunarse. Los dos argentinos que murieron tras contraer fiebre amarilla no se conocían, pero realizaron un recorrido similar: pasaron sus vacaciones en las playas de Río de Janeiro y en otras balnearios situados hacia el norte. Regresaron al país y empezaron con síntomas: fiebre, dolor muscular y un cuadro que cada vez se ponía peor. Juan Domingo Ievoli era de Lanús. Alfredo (no trascendió su apellido) vivía en Cipolletti, en Río Negro. Los dos fallecieron el miércoles último, víctimas de fiebre amarilla, informaron las autoridades sanitarias.
Ievoli había viajado a Brasil con su nieto Agustín, de 14 años. Volaron a Río de Janeiro y de allí se trasladaron por tierra y por lancha hasta Ilha Grande. Estuvieron allí entre el 27 de febrero y el 8 de marzo. Ni el abuelo ni el nieto se vacunaron. Ese era el primer viaje que hacían solos. A fin de año había muerto Mary Alpañez, la compañera de Juan de toda la vida, con la que había tenido dos hijos: Leo y Silvana, y cuatro nietos.
Juan y Mary amaban viajar. Por eso, la familia pensó que la compañía del nieto mayor en este viaje de una semana a Brasil lo iba a ayudar a Juan a no sentir tanto la falta de su esposa. Pero al día siguiente de volver de las vacaciones, el hombre, que según su perfil de Facebook trabajaba en Plata Lappas, comenzó con fiebre. Tomó un analgésico y no dijo nada.
Un día después seguía con el cuadro febril, entonces llamó al médico, que le recomendó que concurriera a un centro médico para hacerse estudios, según informó el área de Epidemiología de la Municipalidad de Lanús. En el Sanatorio Finochietto, en la Capital, decidieron dejarlo internado. El diagnóstico no le encontraba foco a la fiebre y a las complicaciones hepáticas.
Horas más tarde, los análisis indicaron que se trataba de un cuadro de fiebre amarilla. Estuvo nueve días en terapia intensiva y finalmente murió el miércoles último. Agustín, el nieto, no tuvo fiebre ni ningún otro síntoma. De todas formas, la municipalidad decidió fumigar las manzanas vecinas a la casa de Ievoli, para prevenir cualquier posible contagio.
El vecino de Cipolletti, que falleció por fiebre amarilla, había viajado a Río de Janeiro y al nordeste de Brasil entre el 1° y el 14 del corriente. Viajó a través de Santiago, Chile. Según indicaron los medios locales, antes de partir habría consultado si era necesario vacunarse, pero le habrían desaconsejado hacerlo por tener más de 60 años y tener mayor riesgo de complicaciones a raíz de la vacuna, aunque era un hombre sano y practicaba montañismo.
El mismo día de su regreso, sintió los primeros síntomas, como de una gripe fuerte. Al día siguiente fue al hospital de Cipolletti, le hicieron estudios y no le encontraron nada. Tres días después, su cuadro se agravó: vómitos, diarrea, descompostura general. Lo trasladaron a Neuquén donde los estudios confirmaron fiebre amarilla. Pero era tarde. Murió tres días después.
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