Las reposeras, un clásico que se renueva
Con nuevas telas y materiales, se ofrecen en variedad de precios y para todos los gustos
PINAMAR.- De aluminio o de plástico, fija, reclinable, de coversol o de rafia, tal vez con rayas, pero siempre muy colorida, la reposera, como en cada nueva temporada, dice presente en las playas argentinas.
Aunque algunas son oriundas de distintos centros del país (han recorrido los mismos kilómetros que sus dueños para disfrutar de la arena) y otras fueron adquiridas en locales costeños, la reposera sorprende por la variedad de precios en relación con su básica prestación. Se pueden encontrar desde $ 150 hasta $ 1500, entre un 30 y 35% más caras que la temporada anterior. Sin embargo, la diferencia reside en el tipo de trabajo y los materiales con las que fueron confeccionadas. Pero, ¡a no engañarse!: las más caras no siempre son las de mejor calidad.
Cristian es encargado del local Toro Bravo, de Pinamar, y lo primero que observó es una práctica común entre los turistas: "Vienen en sus autos tan cargados que prefieren no traerlas. Compran las más baratas, las usan y después las regalan en la calle antes de volverse". Sin embargo, los que aprovecharon este 2015 para renovar la vieja reposera se encontraron con la última innovación; las de tela coversol (una tela plástica con poros que permite que la piel respire mejor y que junta muchos menos hongos y humedad) incluyen una especie de almohadilla directamente en su interior que, a la hora de apoyar la cabeza, permite un descanso más confortable. "Es recómoda, lo más", cuenta Carolina, que junto con su familia trajo tres reposeras desde la Capital Federal y se encontró dos más en la casa que alquilaron en esta ciudad.
Según Cristian, una reposera estándar a la que se le dio un buen uso tiene que durar entre cuatro y cinco años, por lo menos. "Algo que no hay que hacer es tirarse encima, sino sentarse despacio y apoyar firme en la arena el tercer pie que tiene en el respaldo", recomendó. Las tres reposeras que Élida trajo también desde la Capital están impecables y ella calcula que superaron los cuatro años desde que las adquirió. "En ese momento eran las mejores del local, pero no eran mucho más caras que las otras", recordó.
Cristian relevó algunos detalles para tener en cuenta a la hora de comprar una buena reposera: que sea de coversol, que esté cosida con doble costura en vez de sellada a calor por termofusión, y que el sistema de posición sea de aluminio y no de chapa pintada, que se oxida fácilmente. "Muchos no quieren comprar de aluminio porque dicen que se oxida. Es mentira. En ese caso, les vendieron gato por liebre y chapa por aluminio."