Se saludan como si se conocieran desde hace años y sin siquiera sacarse el abrigo empiezan a ponerse al día, aunque es probable que sea la primera vez que se ven cara a cara. Del festejo de cumpleaños de Cande, de los viajes de gastronomía que organiza Valu, de la ropa que diseña Mich e incluso de astrología. Mientras, posan para las fotos. A pesar de que confiesan que la cámara las intimida, sus cuerpos parecen no enterarse. Es evidente que saben cómo pararse, dónde poner los brazos y hasta qué perfil las favorece.
Están acá reunidas para hablar sobre un tema que las atraviesa: las tres usan Instagram como plataforma de trabajo, pero cuando avanza la charla surgen otras coincidencias. Tienen entre 26 y 29 años, son profesionales, las mismas marcas las tienen entre sus embajadoras y cuentan con el respaldo de sus familias y amigos, que, según dicen, las apoyan en todo lo que emprenden.
Valu Ramallo es cocinera y se especializa en pastelería. Exhibir su trabajo en Instagram trajo aparejadas muchas alegrías, pero más que nada sorpresas: cuando empezó a compartir sus recetas hace algunos años no se imaginó que, gracias al crecimiento de su perfil, hoy tendría su propio negocio, que en un par de meses sería la coordinadora de un viaje a Nueva York con chicas que comparten su pasión por la gastronomía, que estaría en Cucinare, un programa en El Trece, que su novio sería uno de sus seguidores y fanático de sus tortas y que la marca de la licuadora que todavía está pagando en cuotas la contrataría para ser la "cara".
Es que las marcas las eligen, les pagan para que usen y recomienden sus productos, las invitan a viajes de lujo alrededor del mundo y se "pelean" por trabajar con ellas. Lo que en algún momento fueron las publicidades tradicionales en la vía pública, en el transporte, en los medios de comunicación, hoy son personas de carne y hueso que generan un interés en un público determinado, sus seguidores virtuales, el mismo que busca fidelizar la empresa.
Candela Sánchez Forgeaux es embajadora de marcas de belleza como L’Óreal y Maybelline. Antes de alcanzar los 123 mil seguidores en Instagram, la comunicadora social trabajó en publicidad y se abrió un blog. Cuando se dio cuenta del mundo de posibilidades que le proponían las redes sociales, según dice, "no hubo ticket de vuelta". A ella le gusta escribir sobre vínculos, reflexionar sobre el feminismo y recomendar libros, series o películas que la interpelan. Gracias a promover la lucha contra el bullying, por ejemplo, Netflix la convocó para conocer al elenco de 13 Reasons Why. "Soy feminista y elijo marcas que reflejen valores que me representan y que yo usaría", afirma.
La elección de las marcas, para algunas personas, tiene sus límites. Michelle Kogan es diseñadora de 47 Street, la marca de indumentaria para mujeres jóvenes. El crecimiento en las redes sociales -actualmente tiene 144 mil seguidores- le permitió diseñar su línea homónima dentro de la compañía familiar, que se diferencia del resto y apunta a chicas de su edad (26 años). "Mis amigas venían a mi casa y me decían que querían usar mi ropa. Ahí decidí hacer mi línea con colecciones que estuvieran más acorde a mi estilo", dice. Por razones obvias, sólo trabaja con marcas que no están relacionadas con la ropa como Rimmel, la marca de maquillaje y Superga, una empresa italiana que fabrica zapatillas.
Cómo es la vida de una ¿influencer?
"Nos dicen influencers, pero para mí es válido si se traduce como líderes de opinión", dice Cande, como pide que la llamen. Las tres reniegan de ese mote que se les adjudica a las personas que tienen cientos de miles de seguidores en las redes sociales y que no son necesariamente famosas o figuras públicas. Lo cierto es que la palabra tiene razón de ser: marcan tendencia, son modelos a seguir en el rubro en el que se especializan y sus perfiles son monetizables.
Instagram se convirtió en la plataforma más utilizada para exhibir su trabajo. "En Instagram prima una cuestión estética a la hora de narrar cualquier cosa, desde un café con leche y un paisaje hasta un look", afirma Cande, y agrega que hoy las Historias y los Vivos permiten un acercamiento más descontracturado. "Los usuarios se están acostumbrando al contenido en vivo, inmediato, que implica mostrar la cocina del show y ven cada vez menos el ‘feed’", dice la blogger devenida en instagrammer.
Puede parecer una vida idílica pero tiene su contracara: trabajan los siete días de la semana, tienen que hacer presencias en eventos, generar contenido para las marcas, actualizar sus perfiles y contestar los mensajes de sus seguidoras. "Somos como amigas virtuales y me piden consejos sobre su ropa, pero a veces es difícil responderles a todas entre el trabajo en 47 y el poco tiempo libre", cuenta Mich. Valu, por su parte, dedica la mayoría de su tiempo al local de pastelería y utiliza Instagram como canal de publicidad: "Trato de responder todos los mensajes y pensar nuevas recetas. Cuando estoy con mi novio o mis amigas dejo el celular", aclara.
Hacer público lo privado es parte de las reglas del juego y ellas lo saben. Así como reciben elogios y comentarios positivos, están los haters, que la mayoría de las veces se escudan en el anonimato para criticar o incluso insultar. "Por suerte, cada vez somos más las que nos apoyamos y si hay comentarios negativos son para sumar y generar cosas nuevas", dice Mich. Valu coincide y agrega: "Es parte del juego. Trato de no tomármelo personal". Cande está más expuesta a las críticas porque comparte opiniones sobre temas controversiales. "Son una representación más de lo que sucede en la vida real, personas que en lugar de hacer critican al que hace. Siempre cuando hacemos nos equivocamos, en las plataformas y en la vida privada. El riesgo de mostrarte como sos conlleva eso", dice.
Consejos para instagrammers en potencia
Mich: -Para sumar en las redes, primero hay que pensar qué quiere hacer una, qué le gustaría mostrar y trabajar con eso.
Cande: -Lo primero que les preguntaría es qué quieren hacer de su vida. Si ser abogadas, arquitectas o cantantes. Las redes sociales te dan la oportunidad de mostrar tu laburo y de llegar a lugares que nunca te hubieras imaginado. Te permiten cumplir sueños.
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Valu: -Sean auténticos. No se fijen en lo que sube el resto. Si tenés una idea clara de a dónde querés apuntar hay que trabajar en eso. ¡Lleva tiempo y dedicación!
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