Las primeras hipótesis de los investigadores tras el macabro hallazgo en el cementerio municipal de La Plata
En cuatro galpones del establecimiento encontraron 501 ataúdes y unas 200 bolsas consorcios con restos humanos y la mayor parte estaba sin identificación
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LA PLATA.– En la Justicia penal bonaerense arrancó la investigación sobre el descubrimiento de centenares de restos humanos en estado de abandono y sin la correspondiente identificación en el cementerio de esta capital. Ahora, el primer cometido de los investigadores es poder determinar la identidad de los cuerpos para luego apuntar a posibles irregularidades o delitos. Y si bien los instructores a cargo del caso consideran que es prematuro adelantar opiniones por la dimensión del hallazgo, se inclinan por apuntar a una gran desidia y desorden en la administración del lugar que podría haber facilitado casos de fraude con la venta irregular de espacios de la necrópolis.
Desde la Unidad Funcional de Investigaciones (UFI) N° 15 a cargo de la fiscal María Cecilia Corfield, en la que recayó la denuncia presentada ayer por el municipio, se advirtió sobre una evidente vulneración de la normativa ambiental por la contaminación generada en el lugar.
En efecto, el Gobierno comunal conducido desde diciembre por Julio Alak presentó ayer por la tarde una denuncia por averiguación de posibles ilícitos luego de que al realizar un relevamiento en el cementerio dio con 501 féretros y centenares de bolsas de consorcios con restos humanos incluyendo 22 rotuladas con el apelativo “angelitos”, correspondientes a niños.
“Es necesaria una identificación fehaciente, aunque puede demandar mucho tiempo”, dijeron a LA NACION los instructores.
El procedimiento con los fallecidos en el Cementerio municipal de La Plata está regido por la ordenanza Nº8.209, sancionada en 1990. La norma establece los plazos en que un cuerpo debe permanecer en tierra, y luego de eso en bóvedas y en nichos reducidos. Y que, antes de disponer de esos restos, la Comuna debe contactar con los deudos del difunto.
Según lo informado por la comuna en el relevamiento que acabó en la denuncia participó el Registro de Personas Desaparecidas del Ministerio de Seguridad bonaerense. Ayer, luego de conocerse la noticia, la fiscal Corfield recibió un mensaje de funcionarios del Ministerio de Seguridad Nacional que se pusieron a disposición de la magistrada a los expertos del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU).
En la fiscalía de Corfield descartan los argumentos vertidos desde la anterior gestión municipal respecto de la existencia de algún tipo de medida restrictiva relacionada con la inundación de La Plata ocurrida en abril de 2013. Ocurre que fue la propia Corfield quien instruyó las últimas actuaciones vinculadas con aquella tragedia y en la UFI a su cargo aseguran que no existe ninguna cuestión pendiente. Fuentes ligadas al caso indicaron que la intervención apuntó entonces a irregularidades registradas en la morgue de la necrópolis municipal.
En el entorno del anterior intendente, Julio Garro, habían sostenido anoche que existía un impedimento judicial desde la época de la inundación.
Otro de los que en su momento tuvo en sus manos la causa de la inundación platense fue el ex juez Luis Federico Arias, que actualmente integra la administración municipal donde ostenta el cargo de actual Secretario de Coordinación. Al ser consultado por LA NACION Arias aseguró la inexistencia de medidas pendientes dispuestas en el marco de aquel expediente.
Según el informe oficial, que las propias autoridades calificaron como provisorio, fueron hallados 501 féretros y unas 200 bolsas de consorcio, en su mayoría sin identificación alguna, lo que derivó en una presentación judicial de “averiguación de posibles ilícitos respecto de los cuerpos y los restos óseos hallados no identificados”.
Deterioro
El relevamiento realizado por la comuna forma parte de una serie de auditorías en todas las áreas de la administración iniciadas por orden del intendente Alak luego de asumir el cargo en reemplazo de Garro que gobernó la ciudad durante los últimos ocho años.
El secretario general de la Municipalidad, Norberto Gómez, del que depende el cementerio, relató a LA NACION: “Cuando ingresamos al lugar nos dimos cuenta del gran deterioro en que estaba el predio, pero ni imaginamos lo que íbamos a encontrar”.
De hecho, el 22 de diciembre último, a poco de asumir el nuevo Gobierno, se dispuso la clausura del acceso principal que presentaba riesgo de derrumbe de su mampostería por falta de mantenimiento.
Dada la magnitud de las irregularidades que se iban constatando se decidió labrar un acta e iniciar un sumario interno y se requirió la participación de agentes del Registro Provincial de las Personas y del área de Personas Desaparecidas del Ministerio de Seguridad bonaerense. El procedimiento abarcó cuatro depósitos donde se encontraron diversas anomalías. Se aclaró que en todos los casos se trata de reductos que no están destinados a la conservación de cadáveres o restos óseos humanos.
En el galpón denominado “Protectora” se hallaron, bajo 15 cm de agua estancada, 16 féretros con una protección interior metálica, lo cual denota, según se indicó, que su procedencia pudo ser de una bóveda o un nicho. “En este caso han sido suprimidas las identificaciones correspondientes, dado que no contaban con las chapas que contienen la información necesaria. En el lugar, que es un subsuelo con escalera, se encontró olor fuerte y nauseabundo, además de féretros en el piso con agua estancada”, señalaron desde la Comuna.
En el segundo ambiente inspeccionado, denominado “Sala de velatorios”, se hallaron arrumbadas cerca de 200 bolsas de consorcio con restos óseos, en su mayoría sin ningún tipo de identificación. En este espacio también se encontraron otros 15 cajones mortuorios.
En el tercer depósito, ubicado en el segundo piso del edificio central del cementerio, el panorama cambió ya que al descubrimiento de cuerpos se sumó un fuerte olor nauseabundo. Allí se encontraron cientos de féretros de personas adultas y 22 correspondientes a niños que llevaban la identificación de “angelitos”. De igual modo, también hay bolsas de consorcios con restos óseos y huesos desparramados por el piso.
Por último, en el cuarto depósito, llamado “galpón de arena”, se detectaron cuatro lugares separados con 107 ataúdes indiscriminadamente arrumbados junto a más bolsas con restos humanos.
Las autoridades remarcaron que todos estos sitios se encontraban en muy mal estado de conservación y limpieza, con olores nauseabundos. “La gravedad del hallazgo también reside que en muchos casos no se encontró la placa de los datos identificatorios”, indicó Gómez. Y aclaró: “Una vez que advertimos que no se trataba de una cuestión de ordenar el desorden decidimos dejar todo como estaba y recurrir a la Justicia”.
“No encontramos ni un cuaderno con los movimientos internos, apenas algunas fichas totalmente desordenadas escritas a máquina sin respaldo digital”, aseguró el funcionario. Y aclaró que la instrucción del intendente fue que “en la medida que la Justicia lo permita y se realicen las identificaciones proceder a la inhumación como una forma de reparación frente a una situación de maltrato y desidia inaceptables”.
Hasta el 10 de diciembre el cementerio platense era administrado por Andrés Ferreyra y en su reemplazo el nuevo Gobierno designó a Jorge Melo Penau.
“Esto lo sabía todo el mundo. Hace décadas que está así”, aseguró Ferreyra, en diálogo con LA NACION. El ex funcionario municipal, que subrayó que sus superiores estaban en conocimiento de la situación, evitó hacer otras declaraciones y dijo que todas las explicaciones que sean necesarias “las dará a la Justicia”.
En los ocho años de gestión de Garro hubo tres directores en el Cementerio y se conocieron denuncias por irregularidades y delitos. Al inicio fue designado Alfredo Cosimano, que entre otras cosas denunció en 2017 el robo de un busto de Sor María Ludovica, emplazado a metros del acceso principal del camposanto. En 2018 asumió Verónica Barazzutti quien poco después fue reemplazada por Adrían Ferreyra. En 2021 Ferreyra denunció y logró desbaratar una banda dedicada al robo de bronce integrada por supuestos cuidadores del lugar. En junio último, una mujer que fue a visitar la tumba de su padre denunció la ausencia de los restos.
En un comunicado emitido por el “Equipo de Gestión de Julio Garro” se aseguró que la situación en los espacios del cementerio platense donde se produjo el hallazgo “fueron creados por anteriores gestiones”. Sin mayores precisiones, el texto insistió en que se trata de sitios que se hallan “judicializados” en relación con la trágica inundación del 2 de abril de 2013. Finalmente agregaron que existen fotografías y otros documentos que atestiguan lo señalado y que se encuentran a disposición de la justicia para lo que fuera necesario.
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