Las pensiones futbolísticas, el lugar donde hay sueños de grandeza, pero también inocencia e ingenuidad
Los encargados de las juveniles de varios clubes de Primera contaron detalles de cómo son los controles y la metodología para cuidar a los jóvenes deportistas
La pensión de un club de fútbol es un lugar socialmente vulnerable, por más que en los últimos años las instituciones hayan elevado las medidas de seguridad alrededor de los chicos. Allí se albergan las ilusiones de aquellos jóvenes que, generalmente, llegan desde los lugares más remotos con la intención de triunfar en una actividad en la que apenas los elegidos lo hacen. La mayoría de ellos vienen de familias humildes, están lejos de sus afectos, son permeables entre la inocencia y la ingenuidad, y necesitan de contención para que la realidad no los atropelle.
Las denuncias en Independiente -judicializadas inmediatamente por las autoridades del club en cuanto uno de los chicos contó lo que pasaba al psicólogo de la pensión- destaparon el tema hace un puñado de días. Los últimos rebotes en River pusieron la situación en carne viva. ¿Cómo es la vida en una pensión de jóvenes futbolistas? ¿Qué medidas de seguridad se toman en un mundo tan complejo como intrigante?
La Casa River, por ejemplo, está dentro de las instalaciones del club. Allí se alojan 80 chicos del proyecto infanto-juvenil. Se les dan servicios de alimentación y medicina, y trabajan con ellos cuatro psicólogos (más un director de área) y cuatro asistentes sociales. Además, se les provee indumentaria y todos están escolarizados a través del Instituto River Plate, una escuela en Vicente López y educación a distancia.
En diálogo con LA NACION, Fernando Guarini, presidente de fútbol amateur y primer vocal titular del club, subrayó hace unos días: "Siempre recalco el resguardo que tienen los chicos con los técnicos, los coordinadores y los preparadores físicos, que son las personas que están constantemente con ellos. Siempre hacemos charlas de prevención de adicciones, sexualidad y violencia de género". Desde el club se informó que están a disposición de la Justicia y que, por directiva del presidente Rodolfo D'Onofrio, hoy se presentarán de manera espontánea en la fiscalía de distrito de Saavedra-Núñez para ponerse a disposición de la investigación.
River es un caso testigo. El rango etario de sus inferiores está dividido en dos áreas: el ala infantil cuenta con 15 chicos de entre 10 y 12 años, mientras que la juvenil reúne otros 65 menores de entre 13 y 18 años.
La mayoría de los clubes de Primera tienen seguridad durante las 24 horas en sus pensiones. Allí, en turnos de entre seis y ocho horas, se registra cada movimiento.
"Tenemos seguros, consentimientos familiares y atención psicológica permanente. En el área está una persona muy reconocida como Enrique Polola, uno de los pilares fundamentales en la formación social y deportiva de los juveniles. Además, el responsable de la pensión es mi hermano Carlos, que está en contacto permanente con los chicos. Son de contarse las cosas que les pasan", explicó el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens.
Con 50 chicos en sus instalaciones, San Lorenzo gestiona de manera personalizada un plan de estudios para más de 100 jóvenes, tanto de fútbol profesional, infanto-juvenil, deportes federados y no federados y beneficiarios de programas sociales. Y habitualmente realizan talleres de educación sexual en los que se escucha la opinión de cada chico.
"Somos estrictos y siempre hay un dirigente del club vigilando lo que pasa. A los chicos les hacemos un seguimiento de sus redes sociales", contó Soledad Bernachea, secretaria de Lanús y una de las responsables de la pensión de la institución del sur bonaerense.
Agustín Alayes, secretario técnico de Estudiantes de La Plata, fue uno de los más crudos: "Es un tema preocupante, que no es nuevo y lleva muchos años: lamentablemente es normal que cerca de las pensiones haya gente dando vueltas y que busquen a los chicos. No alcanza solo con enseñarles a patear una pelota; es una obligación estimularlos mentalmente. Siempre pensamos que los chicos precisan una formación más allá de lo futbolístico. Son decisiones que implican la inversión de mucho dinero y la entidad debe estar convencida de eso. Sería bueno que la AFA tomara cartas en el asunto y obligara a los clubes que no desarrollan esa área a que lo hicieran".
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