Las peculiares “frutas de Marte” que cuentan la historia desconocida del planeta rojo
Un nuevo estudio publicado en una revista científica arroja luz sobre los denominados “campos de arándanos” que salpican la superficie marciana
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La superficie de Marte está salpicada de millones de diminutos cristales esféricos que miden 2,5 milímetros de diámetro en promedio. Aunque estas diminutas esferas contribuyen a dar al planeta rojo su color oxidado tan característico, su aspecto fue captado en una imagen que realizó la NASA (en falso color azul) en 2004 y, por eso, obtuvieron el apodo de “arándanos”.
En realidad, estos “frutos” son hematitas, rocas compuestas por minerales y formadas por hierro y oxígeno. Sin embargo, un nuevo análisis de minerales similares hallados en la Tierra sugiere que las piedras de “arándanos” de Marte podrían ser hidrohematitas, minerales de óxido de hierro que también contienen rastros microscópicos de agua antigua.
En el nuevo estudio publicado en la revista científica Geology, los investigadores aseguraron que, si ese es el caso, los “campos de arándanos” de Marte constituyen una importante reserva de agua y proporcionan una prueba más de que el planeta rojo alguna vez fue húmedo y azul.
“Gran parte de la superficie de Marte aparentemente se originó cuando la superficie era más húmeda y los óxidos de hierro (como los arándanos) se precipitaron a partir de esa agua. Pero la existencia de hidrohematita en el planeta rojo sigue siendo especulativa”, indicó Peter Heaney, profesor de geociencias de Universidad Estatal de Pensilvania y coautor del estudio, en un comunicado.
En la nueva investigación, Heaney y sus colegas examinaron diversas muestras de hidrohematita procedentes de las colecciones minerales del Instituto Smithsoniano y de Universidad Estatal de Pensilvania. El equipo de expertos estudió la composición de los minerales mediante diversas técnicas, como escaneos de rayos X e infrarrojos, y confirmó que los minerales tenían algunos de sus átomos de hierro sustituidos por hidroxilos, un grupo de hidrógeno y oxígeno que proviene del agua almacenada.
Luego, los investigadores quisieron conocer las condiciones en las que se forma la hidrohematita para analizar si coincidían con las posibles condiciones que podrían haber existido en Marte. Tras someter las muestras a diversas condiciones de temperatura, acidez y agua, el equipo descubrió que la hidrohematita se cristaliza en entornos acuosos y ácidos a temperaturas inferiores a 150 grados centígrados.
En otras palabras, los cristales de hidrohematita podrían haberse formado en las condiciones acuáticas del antiguo Marte, formando una capa sedimentaria de pequeños cantos rodados de hierro por todo el planeta. De esta forma, cada uno de los “arándanos” rocosos de Marte podrían contener hasta un 8% de agua en el total de su peso.
“En la Tierra, estas estructuras esféricas son hidrohematitas, por lo que parece razonable especular que los guijarros de Marte son hidrohematitas”, aseguró Heaney.
A pesar de las similitudes visuales entre la hidrohematita de la Tierra y de los “arándanos marcianos”, no hay pruebas definitivas de que estos últimos contengan agua. Cuando el rover Opportunity de la NASA descubrió los arándanos por primera vez, en 2004, no tenía forma de determinar si las piedras estaban hechas de hematita o de hidrohematita, y los rovers de la generación actual, como el Perseverance, tampoco la tienen.
Hasta que las futuras misiones espaciales puedan obtener nuevas muestras de minerales de Marte, los científicos solo podrán conjeturar cuáles son las sustancias que se esconden dentro de los “frutos” del planeta rojo.
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