Una expedición multinacional liderada por la Universidad de Oxford captó por primera vez una imagen del equidna de pico largo de Attenborough.
4 minutos de lectura'

Se cree que surgieron hace unos 200 millones de años, cuando los dinosaurios habitaban la Tierra, pero nunca se había visto uno vivo hasta ahora. El equidna de pico largo de Attenborough es un mamífero que pone huevos que se temía se había extinguido y que fue bautizado en honor al naturalista británico David Attenborough.
Las imágenes del animal fueron captadas por una expedición dirigida por investigadores de la Universidad de Oxford que logró grabar con cámaras ocultas clips de tres segundos de un equidna de pico largo. Estos espécimenes con púas, pelaje y pico han sido calificados de “fósiles vivientes”.
Hasta ahora, la única prueba de la existencia de esta especie era un ejemplar de un animal muerto que lleva décadas en un museo.

“Yo estaba eufórico, todo el equipo estaba eufórico”, dijo el doctor James Kempton a BBC News sobre el momento en que vio al equidna de Attenborough en las imágenes de una de las cámara de la expedición. “No bromeo cuando digo que fue en la última tarjeta de memoria que miramos, de la última cámara que recogimos, el último día de nuestra expedición”, explicó todavía con incredulidad.
El equidna es, aparte del ornitorrinco, el único mamífero que pone huevos. De las cuatro especies de equidna, tres tienen el pico largo, y dos de ellas, el equidna de Attenborough y el equidna occidental, se considera que están en peligro crítico de extinción.
La prueba
Kempton, biólogo de la Universidad de Oxford, recorrió durante un mes junto a un equipo compuesto por científicos de diferentes países zonas inexploradas de los montes Cíclopes, un escarpado hábitat selvático situado a 2000 metros sobre el nivel del mar en Indonesia.
Además de encontrar el “equidna perdido” de Attenborough, la expedición descubrió nuevas especies de insectos y ranas, y observó poblaciones sanas de canguros arborícolas y aves del paraíso.

Pero no cabe duda que el momento álgido de la expedición fue observar al equidna en su hábitat.
Las expediciones anteriores a los montes Cíclopes habían descubierto indicios de su existencia, como marcas de narices en el suelo. Pero fueron incapaces de acceder a las zonas más remotas de las montañas y aportar pruebas definitivas de su existencia.
Eso ha hecho que durante los últimos 62 años la única prueba de que el equidna de Attenborough existió fue un espécimen conservado en la Sala del Tesoro de Naturalis, el museo de historia natural de Países Bajos.
“Es bastante plano”, dice Pepijn Kamminga, director de la colección de Naturalis, mientras lo muestra.

Para un ojo inexperto, se parece a un erizo aplastado, porque cuando lo recogió por primera vez el botánico holandés Pieter van Royen no estaba disecado.
La importancia del espécimen no quedó clara hasta 1998, cuando las radiografías revelaron que no se trataba de otra especie de equidna, sino de un ejemplar adulto y distinto del de Attenborough.
Fue entonces cuando la especie recibió el nombre en honor a David Attenborough. “Cuando se descubrió, la gente pensó que quizá ya se había extinguido porque era el único”, explica Kamminga. “Así que esto [el redescubrimiento] es una noticia increíble”.
“Montañas sagradas”
Los montes Cíclopes son escarpados y peligrosos de explorar. Para llegar a las cotas más altas, donde se encuentran los equidnas, los científicos tuvieron que escalar estrechas crestas de musgo y raíces de árboles -a menudo en condiciones de lluvia- con acantilados escarpados a ambos lados.
Durante su ascenso por las montañas, sintieron terremotos en dos ocasiones.

Una vez que los científicos alcanzaron las partes más altas, quedó claro que las montañas estaban llenas de especies nuevas para la ciencia.
“Mis colegas y yo no parábamos de reírnos”, explicó Leonidas-Romanos Davranoglou, especialista griego en insectos. “Estábamos muy emocionados porque siempre decíamos ‘esto es nuevo, nadie lo ha visto’ o ‘Dios mío, no me puedo creer que esté viendo esto’. Fue una expedición realmente monumental”, aseguró Davranoglou.
“Tenemos que proteger estas montañas sagradas”, agregó Gison Morib, conservacionista de YAPPENDA, una organización indonesia sin fines de lucro que colaboró con la Universidad de Oxford en la expedición. “Hay tantas especies endémicas que no conocemos”, resaltó.
Por Jonah Fisher y Charlie Northcott, para Role, BBC News.
Otras noticias de BBC MUNDO
El tesoro de Atacama. Cómo un cactus chileno se convirtió en el centro de una inédita operación policial en Italia
El primero del año. Cómo y cuándo se puede ver el eclipse lunar total en América Latina y el Caribe este viernes
Aves nativas y langostas. La diminuta isla que se disputan EE.UU. y Canadá que se volvió símbolo de las recientes tensiones entre ambos países
- 1
Qué se sabe de las hermanas desaparecidas en Bahía Blanca hoy 11 de marzo
- 2
Día del Escudo Nacional: cómo se creó y qué significa su diseño
- 3
El dramático testimonio de un hombre que usó una moto de agua para rescatar decenas de personas en Bahía Blanca: “Vi gente que flotaba muerta”
- 4
Inundaciones en Buenos Aires. El AMBA, y en especial estos distritos, también corren riesgos de quedar sumergidos
Últimas Noticias
El video del momento. Un fotógrafo está muy grave tras el impacto de una cápsula de gas lacrimógeno en su cabeza
Las noticias, en 2 minutos. Hubo más de 120 detenidos por los disturbios en la marcha frente al Congreso; Guillermo Francos culpó a grupos opositores
En cinco provincias. Rige un alerta amarilla por tormentas y vientos fuertes para este jueves
Ahora para comentar debés tener Acceso Digital.
Iniciar sesión o suscribite