Las horas finales: cena con amigas y mensajes de celular
Estuvo acompañada hasta las tres de la mañana y se escribió con su marido y con un amante
El fin de semana del 24 al 26 de noviembre de 2006 iba a estar sola en su casa. Al menos, no iba a estar nadie de su familia en Río Cuarto: su marido, Marcelo Macarrón, se iba a Punta del Este a jugar un torneo de golf; Facundo, su hijo, estaría en Córdoba Capital, donde estudiaba, y su hija, Valentina, que había cumplido 15 años hacía poco, estaba en un viaje de intercambio en Nueva York. Por eso, Nora Dalmasso se lo reservó para sus amigas y para algo más personal.
El homicidio no solo truncó sus planes para ese fin de semana, sino que dejó al descubierto para el gran público sus relaciones. Su vida íntima quedó al desnudo, a la vista de todos, tal como apareció su cuerpo exánime en la cama del cuarto de Valentina.
El viernes 24 Nora salió de su chalet después de las 8, cuando llegó la empleada doméstica. Fue a la casa de velatorios propiedad de su familia, donde hacía tareas administrativas. Pasadas las 13 llegó a la casa de sus padres a almorzar. Una hora y media después entró a Villa Golf, donde trabajaban albañiles en la remodelación de su propiedad. Se fue a dormir la siesta; mientras ella descansaba, se fueron todos los obreros.
Se pudo reconstruir que cuando se levantó de la siesta tomó sol al borde de la pileta y le escribió un mensaje de texto a su marido -que ya estaba en Uruguay- para contarle cómo iba la remodelación. Ella tenía dos celulares; además de a Macarrón le escribió a otro hombre que estaba en Punta del Este: Guillermo Albarracín, con quien mantenía una relación íntima. Hubo también mensajes para el grupo con el que pensaba reunirse esa noche.
Cerca de las 18 la visitó la esposa de Albarracín, quien le contó que a Macarrón le había ido "muy bien" en el torneo. A las 21, Nora le escribió a su cuñada. El plan original de las amigas era hacer un karaoke en la casa de los Albarracín, pero hubo cambio de planes y las "congresistas" -como se bautizaron las diez mujeres- cenaron en un restaurante y se fueron a seguir la charla en la casa de una de ellas, a la una.
Los testigos contaron que Nora se tomó prácticamente sola una botella de champagne y que se fue cerca de las 3.15; en el auto leyó tres mensajes de Albarracín, que le preguntaba qué estaba haciendo. Un vecino la vio cuando ingresaba a su casa y la saludó desde su vehículo.
Sus últimos rastros fueron una copa de champagne que dejó por la mitad en la planta baja de la vivienda, los algodones que usó para desmaquillarse, indicios de que se dio una ducha y los lentes junto a la cama. Después de las 3.30 siguió recibiendo mensajes de texto. Los forenses calcularon que murió entre las 4 y las 10.
Tanto la esposa de Albarracín como sus amigos negaron que sospechaban que ese hombre era amante de Nora.
Ese sábado, Macarrón siguió jugando en Punta del Este y cenó con sus 16 compañeros de viaje. Recién volvieron a verlo el domingo a la mañana.
La noche del domingo, la esposa de Albarracín llamó a Daniel Lacase -abogado, amigo de Macarrón y exsubsecretario de Lucha contra el Narcotráfico durante el menemismo- y le dijo: "Norita se mató". Él fue a buscar a Macarrón, hizo que frenara el auto y le dio la noticia; afirmó que el viudo "lloró como un chico" varios minutos. "Norita no se mata", repetía el viudo.
"Fui yo quien se dio cuenta de que era un homicidio. Le dije a la policía que protegieran la escena del crimen y que no dejaran pasar a nadie. Yo estaba con Marcelo y pedí que hicieran todo lo que no habían hecho", relató Lacase después. Los dos regresaron a la Argentina en auto. No hay documentación de Migraciones que certifique su ingreso. Ese mediodía Macarrón había ganado el torneo de golf.