Lagos de Palermo. Con la salida de los gansos, apareció una familia de roedores
Se mueven rápido entre las madrigueras. Cuando nadan apenas se ven sus ojos, parte de los bigotes y el pelaje, camuflándose en el agua oscura. Se mezclan entre peces y gallaretas que también son parte del mismo ecosistema de los lagos de Palermo donde la comunidad de coipos, una especie de roedor, sorprende a las personas que caminan por el espacio público y los descubren como parte de los atractivos naturales a cielo abierto.
Tienen una apariencia similar al castor y se pueden confundir con las nutrias, es habitual verlos en lagunas y esteros con abundante vegetación acuática, aunque también en ríos y pantanos. Pero resulta llamativo encontrárselo en los lagos de Palermo entre runners, niños que juegan con sus padres y perros que reaccionan con ladridos. Aunque la presencia allí de este animal mediano, que puede pesar hasta 10 kilos, tiene su explicación.
La familia de coipos siempre anidó en las islas de los lagos de Regatas, aunque el número de sus integrantes aumentó hace unos años cuando fueron relocalizados una gran cantidad de gansos que formaban parte de la biodiversidad del lugar. En la actualidad aún hay ejemplares de gansos, pero menos, lo que dio lugar a la aparición de algunas especies, o a la mayor proliferación de otras.
"Son roedores que cuando se asientan se reproducen rápido", explicó Guillermo Spajic, coordinador de Club de Observadores de Aves de Palermo (COA Carancho, @coapalermo en redes sociales) que realiza todo el relevamiento de fauna en Palermo, observan y registran lo que van encontrando y coordinan iniciativas educativas.
"Es un animal que anida en este tipo de lugares. Llegan solos, son bichos muy nocturnos, pero se los puede ver cuando empieza a caer el sol. Los laguitos del Hipódromo suelen tener varios ejemplares y quizás en algún momento llegó alguno hasta los lagos de Regatas y se asentó una comunidad", agregó Spajic.
Los coipos también suelen verse en la Reserva Ecológica de Costanera Sur y en todo aquel parque con espejo de agua. Este tipo de roedor es nativo de la Argentina por lo que puede verse en todo el país, aunque en la zona de humedales, de Corrientes, por ejemplo, es una de las especies protagonistas del ecosistema.
Se alimentan de vegetales, comen pasto, frutos, plantas acuáticas, brotes de plantas y raíces que roen en los árboles, aunque también, en Palermo, se acercan hasta la orilla de los lagos en busca de los restos de comida que suele tirarle la gente. "En la isla las condiciones son ideales porque necesitan huecos, comen vegetación, tienen lo que necesitan para esconderse", explicó Spajic.
Los lagos de Palermo son, desde hace años, un refugio verde urbano para especies originarias y también para las aves migratorias. Allí, desde septiembre y hasta febrero, se forma un garzal donde una comunidad de garzas nidifican hasta tener sus crías. Son unas 30 parejas de tres especies, garza buja, garzita blanca y garza blanca, y varias de aninga, otra ave que llega en esa época del año.
En toda la superficie verde de Palermo hay más de 200 especies registradas, es decir, que fueron vistas al menos una vez entre aves, peces y mamíferos. Los lagos de Regatas son considerados el centro de mayor biodiversidad de la zona, con al menos 160 especies, en parte gracias a la conexión con el Río de la Plata a través de tuberías y a la red pluvial de la ciudad.
Con la relocalización de los gansos aumentó la cantidad de aves silvestres que se ven. Entre ellas se encuentran cisnes coscoroba, cisnes de cuello negro, varios tipos de gallareta (chica, ligas rojas, escudete rojo, pollona negra), macá grande, macá común y macá pico grueso.
También hay 20 especies de peces registrados. El más común es el sábalo, pero también se ven tararira, ciclídos, mojarras, viejas del agua y bagres, además de las tortugas acuáticas, una característica del lago.
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