Lactancia materna: identifican las principales amenazas y oportunidades para mejorar los preocupantes indicadores argentinos
Una investigación del Observatorio de la Deuda Social Argentina relevó desde la perspectiva de las mujeres qué obstáculos se presentan desde el parto y podrían resolverse con políticas públicas y una mejor comunicación a la población
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Poca información, parto por cesárea, no tener trabajo formal ni flexibilidad laboral, un acceso limitado a los servicios de salud y la persistencia de los dolores al dar la teta están entre los principales factores que, en el día a día, madres primerizas o experimentadas mencionan al hablar sobre qué va interfiriendo con la lactancia exclusiva recomendada para los seis primeros meses de vida. Así surge de un estudio realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), en el que durante un mes, más de doscientas mujeres con bebés aceptaron participar de grupos focales.
“Desde 2017, en el país hay una merma significativa de la tasa de natalidad año a año por lo que, con menos niños, la Argentina está ante la oportunidad de priorizar políticas públicas orientadas a la infancia y la lactancia materna, con sus múltiples beneficios para el bebé, la madre y la sociedad”, dijo Ianina Tuñón, investigadora del ODSA y coordinadora del estudio presentado hoy en la Universidad Católica Argentina (UCA), donde funciona el observatorio.
Entre mayo y julio pasados, con su equipo convocaron a 256 mujeres de Chaco, Catamarca, Córdoba y el conurbano bonaerense que, en ese momento, tenían un bebé de entre tres y 15 meses de edad. Se eligieron esas provincias porque están por encima o por debajo del promedio nacional del 53,2% de bebés que reciben lactancia materna exclusiva, de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Lactancia Materna, de 2022: mientras que ese porcentaje es menor en Catamarca (30,4%) y Córdoba (40%), aumenta en Chaco (65,8%) y Buenos Aires (56,3%).
Para arrancar el estudio, el equipo de la ODSA las organizó en 32 grupos por la alimentación elegida para el bebé (lactancia exclusiva o no), el nivel educativo alcanzado y si eran o no primerizas, además del lugar de residencia. Durante las reuniones presenciales, excepto la última que fue virtual por un brote de bronquiolitis en el conurbano bonaerense, las madres compartieron sus experiencias. A partir de esa información, los investigadores buscaron “renovar el diagnóstico sobre la lactancia materna desde la perspectiva de las mujeres”, en lugar de los números de las encuestas más tradicionales.
Ventajas
Así, entre las ventajas para prolongar la lactancia exclusiva, advirtieron que, en general, las mujeres desean y deciden amamantar al bebé y, de hecho, los datos nacionales indican que el 91,7% de los recién nacidos en algún momento recibieron leche materna, aunque eso empieza a bajar a la mitad ya a los dos meses y en menos del 50% de los casos se sostiene la lactancia exclusiva, lo que coincide con las cifras preocupantes de un informe de Unicef Argentina difundido la semana pasada al inicio de la Semana Mundial de la Lactancia, que culmina este miércoles.
A lo largo de los primeros resultados presentados, el equipo destacó la importancia que tiene para las mujeres la decisión previa de amamantar, buscar orientación profesional y de grupos de pares para tomar confianza y saber cómo dar el pecho, tener paciencia al principio y estar tranquilas mientras el bebé se alimenta, como así también la practicidad y el beneficio económico asociado con el uso de la leche materna en lugar de otras opciones y sus beneficios para la inmunidad, la digestión y la nutrición del bebé, como para la salud materna, entre otros.
Una de las participantes, entre las experiencias que se compartieron en los grupos focales, lo resumió así: “Como la leche de mamá no hay: anticuerpos y todas las vitaminas, minerales y todo lo que un niño necesita. El cuerpo de la mamá se prepara desde el minuto cero en que ese embarazo empieza a gestarse”, dijo la mujer, primeriza, oriunda de Catamarca. “Tiene esa ventaja de que podés calmar a tu bebé sin la necesidad de hacer tantos malabares y solo dándole la teta”, agregó otra mujer, de uno de los municipios del Gran Buenos Aires y, también, primeriza. En otro testimonio, a propósito de los cólicos, una de las participantes, ya no primeriza y que vive en Resistencia, Chaco, dijo: “Vos le das la teta y sabés que no le hace mal”.
Limitaciones
Del otro lado, la persistencia de los dolores que mencionaban las mujeres por mastitis o grietas en la piel, la depresión posparto, el desgaste físico y psicológico en el primer mes, la sensación de que la leche no alcanza para alimentar al bebé, un entorno familiar invasivo o que juzga a la mujer o no contar con ayuda o contención o la baja participación del padre en lo referido a la lactancia surgieron entre las principales limitaciones para sostener la lactancia exclusiva.
“Nuestro estudio advierte que es una población que quiere y valora lactar. Por lo tanto, ahí hay un caldo de cultivo óptimo para la política pública porque no hay resistencia a ese proceso”, enfatizó Tuñón. La investigadora resaltó, además, que los resultados obtenidos, que son “robustos técnicamente” por las características de la investigación, son una oportunidad de intervención para el Estado y el mercado laboral en favor de la promoción de la lactancia materna.
Con más información reunida, el equipo elaboró una lista con las 10 amenazas que, desde la perspectiva de las madres, interfieren en algún momento, a partir del parto: requerimiento de cuidados intensivos neonatales; el bebé baja de peso en las primeras semanas; duerme mucho, no se agarre al pecho o lo rechace; la cesárea, la violencia obstétrica o en el sistema sanitario; acceso limitado a los servicios de atención; bajo acceso a conocimiento e información; empleo informal o falta de flexibilidad laboral; idealización de la lactancia y su estigmatización aún en lugares públicos.
“Hay oportunidades que son fortalezas muy importantes para las madres y no siempre se pueden identificar porque dependen de varios factores. Pero, sin duda, el parto vaginal y que el bebé pueda tener contacto con la madre en la primera hora de vida facilitan muchísimo que se prenda al pecho. Esto es tan importante como el acompañamiento y la información que tienen las madres durante el embarazo: observamos que las mujeres que concurrieron a un servicio de salud con programas de formación y que no naturalizaron el proceso de la lactancia materna, sino que lo estandarizaron, aprendieron qué dificultades se iban a encontrar y cómo superarlas, en general con profesionales formados y el contacto con pares que viven en las mismas condiciones”, dijo Tuñón.
La lista de oportunidades identificadas para mejorar los indicadores de lactancia en el país incluye: tener parto vaginal; respetar la primera hora posparto; acceder a formación previa con profesionales capacitados (obstetras, parteras, puericultoras, enfermeras de enlace y pediatras); disponibilidad de programas gratuitos de preparación para la maternidad; acceder a servicios gratuitos de puericultoras; poder hacer consultas con profesionales de la salud de manera abierta (por ejemplo, por un chat de WhatsApp); acceder a actividades con grupos de pares para compartir experiencias; disponer de contenidos en redes sociales (TikTok, fue una de las mencionadas) de pediatras u otros profesionales; extender las licencias laborales; poder trabajar en casa o tener reducción horaria; disponer de hora de lactancia y contar con lactario en el trabajo y, también, en espacios públicos.