La vida secreta de Harper Lee: por qué firmaba con su segundo nombre y su pasión por “los libros polvorientos”
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Se cumplen cinco años de la muerte de la célebre escritora Harper Lee, conocida en todo el mundo por la que fue durante casi toda su vida su única obra: Matar a un ruiseñor. Y si se dice “casi” es debido a que en 2015 se publicó Ve y pon un centinela, una continuación de la novela bestseller por la que ganó numerosos premios, entre ellos, un Pulitzer.
De carácter reservado y con una gran estima por el silencio, poco y nada se conoce de su vida. Harper Lee huía de las entrevistas y evitó todas las apariciones públicas posibles desde la publicación de su éxito de ventas. De acuerdo con la necrológica que salió en el New York Times, la escritora le explicó a un librero en 2000 por qué sus apariciones en la prensa eran limitadas y por qué no publicaba algo nuevo. “Ya dije lo que tenía para decir”, sostuvo.
Lee nació el 28 de abril de 1926 en Monroeville, Alabama. Era la menor de cuatro hermanos varones que le forjaron parte de su personalidad. Su padre era abogado, miembro de la legislatura del estado de Alabama y también dueño de parte del diario local. Según un artículo publicado en la revista del museo Smithsoniano, durante la madre de Lee sufrió una enfermedad mental y casi nunca salía de su casa: se cree que pudo haber tenido un trastorno bipolar.
A los 23 años, después de abandonar la carrera de derecho en la Universidad Alabama, Lee decide instalarse en Nueva York y dedicar su tiempo a la que considera su verdadera vocación: la escritura. Mientras tanto, trabaja como agente de pasajes para Eastern Airlines y para British Overseas Air Corp.
En esta época de su vida, se reencuentra con Truman Capote, quien había sido vecino y amigo íntimo de Lee durante sus respectivas infancias. Truman, que era uno de los autores estrella del momento, la alienta a seguir escribiendo y más tarde le pide ayuda en la investigación del famoso crimen que relata en su obra de no ficción A sangre fría.
Cuenta el texto publicado en la revista del Smithsonian que Harper tuvo el mecenazgo de un generoso matrimonio que conoció en Nueva York. Lee se hizo amiga del compositor y letrista Michael Martin Brown y de su esposa. En 1956, le hicieron un impresionante regalo de Navidad: la financiaron durante un año para que pudiera escribir a tiempo completo y terminar su novela. Es así que dejó su trabajo y se dedicó 100% a su oficio.
Cuando en 1959 estaba todo listo para la publicación de Matar a un ruiseñor, Lee decidió firmar su obra con su segundo nombre –Harper- debido a que el primero era Nelle y le resultaba fastidioso el sonido de “Nelle Lee” –Nellie pronunciado todo junto-.
El libro vio la luz en julio de 1960 y se convirtió en un éxito de ventas mundial traducido a más de cuarenta idiomas y con más de un millón de copias vendidas por año. En parte autobiografía, el personaje de Scout, la niña narradora, está basado en ella misma; mientras que el de Atticus Finch, el abogado justiciero, se inspira en su padre. De acuerdo con el Museo del Condado de Monroe, la portada original es un dibujo de su amigo Truman Capote.
En 1962, se filmó la versión cinematográfica de la obra con Gregory Peck en el papel de Finch. Unos meses antes de comenzar el rodaje, el actor visitó Monroeville para compenetrarse con su interpretación y Harper le dio un recorrido por la ciudad, le presentó a su familia y así comenzó una amistad de por vida entre ambos.
Luego de estrenada la película, Lee decidió mudarse definitivamente a su pueblo natal para vivir con su hermana Alice. Las décadas siguientes son como un gran agujero negro en la vida de la escritora. Según la cronología de vida que hace el museo de su localidad, en 2001 Lee ingresa a la Academia de Honor de Alabama. Cuenta el texto que cuando se le pidió que se dirigiera a la audiencia en la ceremonia, ella solo respondió: “Bueno, es mejor que me mantenga en silencio antes que ser una tonta”.
En 2007, Harper recibió de manos de George W. Bush la medalla presidencial de la Libertad y ese mismo año sufrió un derrame cerebral por el que terminó mudándose a una institución geriátrica en Monroeville. Siete años más tarde, la editorial Harper Collins logró que la escritora diera el permiso de publicar su texto como libro electrónico. Al respecto, en una extraordinaria declaración, Lee explicó: “Todavía soy anticuada. Me encantan las bibliotecas y los libros viejos y polvorientos. Estoy asombrada de que después de más de cincuenta años Mockingbird haya sobrevivido. Esto es para una nueva generación”.
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