La tecnología les disputa a los padres el tiempo libre de los hijos
No siempre hay mayor conexión interpersonal en las familias que pasan las vacaciones en la ciudad
Desde que terminaron las clases, Dolores Meyer -mamá de Dante, de 11 años; Milo, de 9, y Ailín, de 3- vive un cambio de agenda radical. Sus hijos no quisieron ir a la colonia este año. Prefirieron quedarse en casa, al cuidado de una abuela o de una niñera que se ocupa sobre todo de Ailín. "Nos vamos de vacaciones en febrero. Tenemos un montón de horas que a veces no sabemos en qué ocupar. Vienen amigos a casa, o ellos van a la casa de los primos, pero si los dejara pasarían todas las horas libres que tienen en vacaciones frente a la tele o con la tableta", cuenta Dolores. Por eso, en la casa de esta familia se limitó el uso de la tecnología a una hora por la mañana y otra por la tarde. "Intentamos que al menos en la cena no haya dispositivos, para poder conversar en familia, pero no es fácil", admite.
No son los únicos. Sólo la mitad de los padres dedican más tiempo a sus hijos durante las vacaciones de verano en la ciudad. En la mayoría de los hogares, concentra la atención del tiempo libre la tecnología. Así surge de un estudio de la Dirección General de Desarrollo Familiar porteña, que integra el proyecto Barómetro de Hábitos Familiares. Se realizó un sondeo entre 200 familias que asisten a las colonias de verano de la ciudad.
Según la última Encuesta de Uso del Tiempo, las madres porteñas dedican más de cinco horas diarias (cinco horas y doce minutos) al cuidado de los miembros del hogar, y los padres, tres horas. Los fines de semana, ellas dedican seis horas y 35 minutos por día, y ellos, seis horas y 10 minutos. Resulta llamativo que la mitad de aquellos que no viajaron por vacaciones no pasen más tiempo en familia, a pesar de tener más tiempo disponible por el cese de otras actividades.
"Nuestro objetivo es reflexionar junto a los padres en que el tiempo de vacaciones es un buen momento para conectarnos y comunicarnos con nuestros hijos fuera de la rutina diaria y transmitir ideas e iniciativas de cómo disfrutar del tiempo en familia y la importancia de compartir más en esta etapa del año", dice Adrián Dall'Asta, director general de Desarrollo Familiar y director de la fundación Proyecto Padres.
Según los resultados del estudio, padres e hijos no comparten mucho tiempo durante las vacaciones del receso escolar. El 57% de los progenitores sostuvieron que en las vacaciones dedican más tiempo a hablar con sus hijos. Pero cuando se les pidió mayor exactitud acerca de la frecuencia de los encuentros sólo el 37% dijeron que se reúnen a diario con la familia.
Bajar el ritmo
"Nosotros, el tiempo extra que supone el fin de las clases lo usamos para estar más con la familia. Bajar un cambio. Nos levantamos más tarde, almorzamos más tarde... Y si podemos, hacemos paseos con la familia. Cargo el bolso con mate, galletitas y jugo y nos vamos a alguna plaza con juegos divertidos para los chicos. Luego de cenar, y cuando los chicos ya se fueron a dormir, con mi marido aprovechamos para mirar una película o tener una charla distendida en el sillón, helado de por medio", detalla Valeria Di Marco, psicopedagoga y madre de cuatro hijos.
"Los padres pasamos muchas horas fuera de casa. Pero hay una conexión que es permanente. Lo que no se reemplaza es esa sensación de un padre atento y conectado con sus hijos. Uno puede estar trabajando y lo llama, está pendiente constantemente. Lo que importa es la conexión emocional que los padres tenemos con nuestros hijos", dice Claudia Messing, socióloga y autora del libro Cómo piensan y sienten los chicos hoy.
Según apunta el estudio porteño, casi la mitad de los padres (48%) no tienen el hábito de limitar el uso de las tecnologías durante las vacaciones para sus hijos.
"Algunos adultos tienen una dificultad para generar una conexión emocional con sus hijos -dice Messing-. En estas épocas tan tecnológicas, los celulares son una gran interferencia en todos los vínculos. Los hijos tienen millones de neuronas espejo que les permiten sentir lo que el otro siente. Una madre conectada con el hijo genera un hijo conectado. El chico que ve a su papá o a su mamá sumergidos todo el día en el celular se siente abandonado. Los adultos tenemos que hacer algo con nuestra conducta adictiva con el celular".
Cuando se consultó sobre qué actividades comparten durante las vacaciones en la ciudad, sólo el 35% de los participantes afirmaron que comparten intereses y pasatiempos a diario con sus hijos. Mientras el 51% dijo que las actividades compartidas con los hijos ocurrían algunas veces durante el receso de verano, el 14% dijo que no compartía ese tipo de actividades con sus hijos o que lo hacía muy rara vez.
Más leídas de Sociedad
Seguridad vial. Tras ocho meses cerrado, reabrirán al tránsito un puente clave entre dos ciudades
“Es como jugar al ping-pong con señales de radio”. El asombroso método que científicos usaron para medir el glaciar Upsala
Con alto porcentaje de vitamina C. La fruta que regula el azúcar y baja la presión arterial en el cuerpo