La sonda Rosetta ofrece imágenes nunca vistas de un cometa
Se dieron a conocer ayer en una edición de la revista Science, que publica siete trabajos basados en la nueva información
NUEVA YORK.- Las fotos y los datos de la sonda Rosetta, de la Agencia Espacial Europea, ofrecen una imagen sin precedente de un cometa, pero hay algo que todavía no se deja ver: el pequeño robot que rebotó en su superficie en noviembre.
Los científicos que trabajan en la misión detallan sus observaciones iniciales del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en siete artículos publicados hoy en Science. "Esto marca la línea de base para el resto de la misión", dijo Matt Taylor, director de proyecto.
La sonda Rosetta llegó al cometa en agosto después de un viaje de 10 años y seis mil millones de kilómetros. Por primera vez, los científicos pueden dar una mirada en primer plano al viajero espacial mientras la sonda lo acompaña durante por lo menos un año mientras rodea el Sol. A medida que el cometa se caliente, escupirá cantidades cada vez mayores de gas y polvo.
En noviembre, un robot del tamaño de un lavarropas llamado Philae logró llegar a su superficie, pero los sistemas diseñados para anclarlo fallaron, rebotó y terminó lejos de la posición planeada, en un lugar que reduce drásticamente la cantidad de luz que llega a sus paneles solares. Sus instrumentos operaron durante dos días, hasta que sus baterías se agotaron.
A mediados de diciembre, la cámara de alta resolución de Rosetta tomó imágenes del lugar donde los científicos creen que quedó Philae, pero no pudieron encontrarlo. Holger Sierks, investigador principal de la cámara, dijo que todavía se esperaba que el robot, que llegó a fotografiar sus alrededores y realizó varias mediciones después de aterrizar, se despertara cuando sus paneles reciban más luz a medida que se acerquen al sol.
Pero incluso si Philae no vuelve a funcionar, Rosetta tomó más de 15.000 imágenes con una resolución de alrededor de un metro por pixel.
El cometa de dos lóbulos, parecido a un pato de goma, tiene una variedad de terrenos notable, con regiones suaves y cubiertas de polvo, abruptos acantilados y grandes depresiones que pueden haber sido excavadas por el derretimiento del dióxido de carbono subterráneo.
Los científicos no están seguros de si adquirió su forma porque es resultado del choque de dos cometas más pequeños o de un gran cometa que fue erosionado de manera inusual.
En la superficie incluso se advierten formaciones parecidas a ondas de arena como las que se ven en la Tierra y Marte. Esto parece sorprendente, ya que el cometa no tiene atmósfera, y por lo tanto tampoco viento, y sólo una gravedad muy tenue.
"Uno tiene que preguntarse si eso es posible", dijo Nicolas Thomas, profesor de física experimental de la Universidad de Berna, en Suiza, y primer autor de uno de los trabajos. Thomas explicó que, según los cálculos, esto puede ocurrir porque los chorros de gas y polvo actuarían como viento. "Es plausible, por lo menos por el momento", afirmó.
Los científicos dividieron la superficie en 19 regiones basándose en el tipo de terreno y les pusieron nombres de dioses egipcios.
En una zona que corre a lo largo del "cuello" del cometa encontraron un acantilado de 900 metros de alto con fracturas de cientos de metros de largo. Los investigadores no se ponen de acuerdo acerca de lo que están viendo, si las líneas reflejan capas del material que constituye el cometa o grietas causadas por el calentamiento y enfriamiento del material a medida que pasa por la luz y la oscuridad.
En las regiones suaves hay estructuras circulares muy, muy extrañas, dijo Thomas. "Para ser honestos, no sabemos cómo se crearon esas cosas", confesó.
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