La silenciosa crisis de salud de los hombres se agrava día a día
En todos los momentos de la vida, desde la infancia y la adolescencia hasta la mediana edad y la vejez, los varones tienen más probabilidades de morir antes que las mujeres; las posibles razones
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WASHINGTON.– Una silenciosa crisis de salud de los varones está acortando el lapso de vida de padres y esposos, hijos y hermanos.
Siempre se creyó que la falta de investigaciones médicas diferenciadas por sexo perjudicaba sobre todo a las mujeres y a las minorías de género. Si bien esa preocupación tiene asidero, un análisis más fino de los datos de esperanza de vida revelan un cuadro mucho más complejo.
En cualquier momento de la vida, desde la infancia y la adolescencia hasta la mediana edad y la vejez, niños y hombres tienen más riesgo de morir que niñas y mujeres.
El resultado es una creciente brecha de longevidad entre hombres y mujeres. En 2021, la esperanza de vida en Estados Unidos era de 79,1 años para las mujeres y de 73,2 años para los varones. Esa diferencia de 5,9 años es la mayor registrada en el último cuarto de siglo. (N. de la R.: los datos no diferencian a las personas no binarias y transexuales.)
“Los hombres tienen ventaja en casi todos los aspectos de la vida social, y sin embargo tienen peores desenlaces de salud en casi todos los rubros de las afecciones mortales”, dice Derek Griffith, director del Centro de Salud Igualitaria del Instituto de Justicia Racial de la Universidad de Georgetown. “Tendemos a no priorizar la salud de los hombres, pero lo cierto es que requiere una atención particular, sobre todo por sus implicancias para el resto del grupo familiar, por el sufrimiento que implica para madres, esposas e hijos”, agregó.
La brecha entre la esperanza de vida de los hombres y de las mujeres es un fenómeno mundial, aunque las diferencias por género y los datos sobre las edades que corren mayor riesgo difieren de país a país, bajo la influencia de las normas culturales, la metodología de los registros médicos y factores geopolíticos, como la guerra, el cambio climático y la pobreza.
Pero los datos de los riesgos de salud para niños y hombres en Estados Unidos pintan el cuadro con crudeza.
- Los hombres tienen mayor riesgo de morir de Covid-19 que las mujeres, una brecha que no parece responder ni a los índices de contagio ni a las comorbilidades prexistentes. El índice de mortalidad por Covid ajustado por edad fue de 140 muertes cada 100.000 varones y de 87,7 cada 100.000 mujeres.
- La diabetes mata a más hombres que mujeres. En el caso de esa enfermedad, la letalidad es de 31,2 cada 100.000 personas, pero solo de 19,5 cada 100.000 mujeres.
- El índice de letalidad del cáncer en todas sus formas es más alto entre los varones: 189,5 cada 100.000 hombres frente a 135,7 cada 100.000 mujeres. Los hombres afrodescendientes tienen el índice más alto de muerte por cáncer, 189,5 cada 100.000, mientras que entre las mujeres afrodescendientes es de 149 cada 100.000.
- La tasa de mortalidad de varones entre 10 y 19 años es de 44,5 cada 100.000, superando ampliamente el 21,3 cada 100.000 de las chicas. Incluso entre los recién nacidos, la tasa de mortalidad es mayor entre los niños (5,87 cada 1000) que entre las niñas (4,95 cada 1000).
- La tasa de suicidios entre los hombres cuadruplica la de las mujeres, según datos de 2020 de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos (CDC). Y entre los varones, la mayor incidencia se da entre los blancos de mediana edad, aunque entre los adolescentes el riesgo de suicidio también es elevado.
- En 2020, el 72% de todas las víctimas fatales de choques automovilísticos fueron hombres. Ellos también representan el 71% de las muertes de peatones, el 87% de las muertes de ciclistas y el 92% de las muertes de motociclistas.
Quienes reclaman más investigaciones sobre la salud masculina sostienen que el objetivo no es quitarles recursos a mujeres, niñas y minorías de género.
“Algunos piensan que la atención médica es una operación de suma cero y que cada dólar destinado a la salud de los hombres se les quita a las mujeres”, expresa Ronald Henry, presidente y cofundador de Men’s Health Network, un grupo que aboga por más investigaciones en salud masculina. “Pero eso es un error. Nosotros apoyamos totalmente todo lo que se hace por la salud de las mujeres y la mejora de su calidad de vida”, aclara.
Pero al considerar de entrada que los hombres son privilegiados sociales, los expertos en salud están soslayando importantes diferencias entre los sexos que incluso podrían echar luz sobre los problemas de salud de todos los géneros y grupos minoritarios.
Durante años, por ejemplo, en los círculos médicos existía la creencia generalizada de que las mujeres utilizaban demasiados recursos de atención de la salud en comparación con los hombres. Como resultado, la búsqueda de atención médica de los hombres era considerada la medida estándar, mientras que las mujeres que buscaban atención médica muchas veces eran tildadas de “ansiosas”.
“Solíamos pensar que las mujeres recurrían excesivamente a la atención médica y que los hombres estaban en lo correcto –señala Griffith–. Pero nos dimos cuenta de que la actitud de las mujeres era mejor, sobre todo en cuanto a la prevención, y que los hombres en realidad estaban subutilizando la atención médica”.
Cómo se explica la brecha
Las razones detrás de la brecha de longevidad entre hombre y mujeres siguen sin ser del todo claras, pero como es un fenómeno que se da en todo el mundo, esa disparidad sugiere que la biología juega un papel importante.
Los altos niveles de testosterona de los varones, que pueden debilitar la respuesta inmunológica, podrían ser un factor por el cual los hombres y los mamíferos machos en general son más vulnerables a las infecciones parasitarias. Y el estrógeno podría explicar por qué las mujeres tienen tasas más bajas de enfermedades cardíacas a lo largo de la vida y por qué la brecha se reduce después de que las mujeres llegan a la menopausia. (Aunque el estrógeno parece tener un efecto protector en las mujeres, los estudios realizados en la década de 1970 demostraron que cuando a los hombres se les administraba estrógeno, en vez de protegerlos, duplicaba la tasa de infartos en comparación con el grupo que no recibía estrógenos)
Los mandatos culturales en torno a la masculinidad, que enseñan a niños y hombres a ocultar sus sentimientos y a no quejarse, también pueden influir en la salud de los varones.
“La depresión en los hombres es bastante engañosa”, explica Marianne J. Legato, médica y fundadora de la Fundación para la Medicina Específica de Género, con sede en Nueva York. “Los hombres están socialmente programados para no quejarse. En comparación con la mujer, el suicidio entre los hombres suele ser un final inesperado”, apunta.
Ese estoicismo que se espera culturalmente de los varones también puede hacer que posterguen la búsqueda de atención médica. Aunque enfermedades como la diabetes, las cardiopatías y la hipertensión son tan comunes en hombres como en mujeres, los hombres suelen esperar más tiempo en consultar al médico y por lo tanto sus enfermedades son diagnosticadas en fases más avanzadas, generando más daño y peores desenlaces.
“Es un enigma interesante y, en muchos sentidos, incomprensible hasta el momento”, admite el cardiólogo Steven Nissen, director académico de la Clínica Cleveland. “Los hombres deben prestar mucha atención a los factores de riesgo cardiovascular. El tratamiento temprano de los factores de riesgo puede mitigar gran parte del peligro”, añade.
También se sabe que los hombres son más propensos a los comportamientos de riesgo, como el consumo de drogas y alcohol, fumar y manejar de manera imprudente. Si bien las razones detrás de estas tendencias no han sido dilucidadas por completo, Griffith señala que esos riesgos conductuales son otra de las razones por las que la salud de los hombres no es estudiada ni investigada lo suficiente.
“Es difícil convencer a la gente de que la salud de los hombres es un problema si de antemano pensamos que esos problemas responden simplemente a que los hombres no hacen lo que deberían hacer”, describe el especialista.
Menos visitas al médico
Una preocupación citada con frecuencia es que los hombres son menos propensos a ir al médico. Aunque chicos y chicas van al pediatra la misma cantidad de veces, en la adultez esa tendencia cambia y las consultas médicas de los hombres disminuyen. Los datos de los CDC muestran que en 2018 la tasa de visitas al médico entre las mujeres fue casi un 40 % más alta que entre los varones: 3,08 consultas por mujer, frente a 2,24 por hombre.
Una de las razones es que durante su edad reproductiva las mujeres visitan regularmente al ginecólogo. “Los hombres no tienen ese recorrido”, aclara Nissen.
Pero incluso si se excluyen las visitas por embarazo, los estudios sugieren que las mujeres igual tienen el doble de probabilidades de programar exámenes anuales de rutina y de recurrir a servicios preventivos de salud.
Los médicos dicen que es más probable que los hombres visiten al médico debido a una lesión deportiva o en busca de tratamiento para la disfunción eréctil. Como resultado, se alienta a los urólogos y los deportólogos a aprovechar esas visitas para controlar la presión arterial, el colesterol y otros indicadores del estado de salud general.
“Los hombres piensan primero en su resistencia física y en su salud sexual”, coincide Howard LeWine, especialista en medicina interna del Hospital Brigham and Women’s de Boston y editor médico en jefe de la revista científica Harvard Health Publishing. “Los varones de entre 20 y 40 años difícilmente piensen en su salud. No creo que la idea de ir a un médico para prevenir el cáncer o las enfermedades cardiovasculares esté presente en la cabeza de la mayoría de los hombres hasta que les pasa algo”, afirma.
La gran ironía es que durante años los hombres estuvieron sobrerrepresentados en la investigaciones médicas, en general en detrimento de las mujeres, según un crucial informe de 1985 que hizo que el gobierno norteamericano aumentara la inversión en investigaciones sobre la salud femenina.
“Los hombres, que antes estaban sobrerrepresentados en los estudios médicos, siguen estando subrepresentados en términos de atención clínica”, indica Harvey Simon, especialista en medicina interna y fundador del Harvard Men’s Health Watch, un boletín informativo dedicado a la salud de los hombres.
Falta de apoyo
Los defensores de la salud de los hombres dicen que uno de los factores más importantes es la falta de infraestructura para apoyar la investigación centrada específicamente en ellos.
Si bien algunos sistemas de salud afirman tener departamentos enfocados en la salud de los hombres, la atención suele centrarse en la salud urológica y de la próstata, y no en la atención cardíaca, de salud mental u otros problemas con alta incidencia entre los varones.
El tema simplemente no tiene tanta prensa como para lograr apoyo de los políticos, las empresas y los grupos de presión.
“Hay una brecha de empatía –lamenta Henry–. Mucha gente se encoge de hombros y dice: ‘Sí, los hombres se mueren más jóvenes. Así es el mundo’. Pero no tiene por qué ser así. Si dedicamos atención y recursos, eso puede cambiar”.
Por Tara Parker-Pope y Caitlin Gilbert
Traducción de Jaime Arrambide
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