La Rural: sumó tecnología y atrae multitudes en su predio de siempre
En Palermo, miles de familias recorrieron ayer sus pasillos y pabellones; además de asombrarse con las grandes razas, los chicos se deslumbran con la nueva Granja de Realidad Aumentada
Carlos apuró el paso para ver de qué se trataba. Se asomó por arriba de los niños que se apretujaban contra el vidrio. "¡Vení, Renata, dale -le gritó a su hija de seis años que se había quedado atrás con el resto de la familia-! ¡Está naciendo un pollito!" Renata se abrió paso entre las piernas de los grandes y llegó hasta la incubadora a tiempo: entre decenas de huevos, un pollito de color negro se estaba deshaciendo como podía de su cascarón. Renata estaba fascinada con el acontecimiento y no se quería mover de ahí hasta que otro más hiciera lo mismo.
Un muchacho explicaba mientras a grandes y chicos que, a diferencia de ellos, que tardaron nueve meses en nacer, a estos pollitos les llevaba sólo 21 días. Que la incubadora estaba a unos 38 grados y que sólo cuando estuvieran secos del todo pasarían a los recién nacidos a ese otro espacio, mucho más grande, que estaba al lado y donde ya daban vueltas otras decenas de pollitos a una temperatura un poco más baja.
Pero el nacimiento en vivo y en directo de pollitos no es la única novedad que trae este año la Exposición Rural en su 127° edición, que por una medida cautelar dictada por la Cámara Civil y Comercial finalmente no se mudó de su tradicional predio de Palermo. También se ha montado un nuevo espacio que les permite a los visitantes acercarse a vacas, ovejas y terneros para jugar con ellos, y una vez más, entre gauchos, mates, maquinarias agrícolas y animales, se ha colado la tecnología con una Granja de Realidad Aumentada. Allí, quienes participan son captados por una cámara que los proyecta en vivo en una gran pantalla, o con computadoras que permiten aprender sobre las distintas razas de equinos o bovinos con sólo mover la mano frente a la pantalla. Además, quienes andan con sus smartphones y tablets por la exposición, tienen la posibilidad de descargar una aplicación que indica su ubicación en tiempo real mientras dura su visita.
Ayer, en su tercer día,
los pasillos de La Rural estuvieron colmados
, en su mayoría, por familias con chicos tanto de Buenos Aires como de distintas provincias del país. Como los Chalupe, que cuando le dijeron esa mañana a Ana, su hija de tres años, que irían a ver animales se encontraron con que ella imaginó una tarde en el zoológico. El llanto que largó cuando le explicaron que esa no era la salida que tenían planeada ya no se veía cuando andaba ayer arriba de un pony, en uno de los espacios al aire libre de la exposición. "Le cambió la cara cuando llegó y vio los animales -contó entre risas Sebastián, su padre-. Si no mirala ahora: nunca había andado en pony, sí en caballo, pero esto es nuevo para ella."
Mientras tanto, algunos adultos aprovechaban a escaparse unos metros más allá para observar las demostraciones de camionetas 4x4. "Mirá quiere hacer equilibrio con el subibaja. ¿Viste eso? No sé cómo lo habrá hecho", comentaban dos muchachos al pasar mientras discutían sobre los chisporroteos que habían tenido con un gaucho la última semana en el campo.
El otro atractivo en el que se perdían los adultos eran los stands de productos artesanales, donde se olvidaban del olor a los animales y los cambiaban por el aroma de quesos y salames caseros. Por ahí, en un stand de la Uatre, animaba un grupo de folklore, mientras que en los alrededores unos chicos repartían boletas partidarias con la imagen del "Momo" Venegas. Más allá, también la política se hacía presente en la exposición con una gran carpa del gobierno porteño, que había distribuido por todo el predio sus globos amarillos.
En la pista central, en tanto, donde siempre se lee el lema "Cultivar el suelo es servir a la patria", el desfile de caballos de raza Percherón y Percherón Portier dejaba con los ojos abiertos a más de un espectador admirado con sus imponentes musculaturas.
En esta edición 2013, que abre sus puertas hasta el 30 de este mes y que suma más de 4500 animales y 400 expositores, lo que cuenta es la experiencia que vive quien la visita: porque además de poder ver por primera vez nacer un pollito, u ordeñar una vaca, o pasear arriba de un pony, pueden participar de las visitas guiadas educativas gratuitas que cuentan con seis paradas: cultivos y maquinaria, ganadería, equinos, lechería y granja.
Aunque no sólo eran familias ayer: en uno de los pabellones, observando a los chivos, andaban los jóvenes colombianos Felipe Garzón y Mónica y Andrea Ruiz. "Estamos estudiando acá en Buenos Aires y es la primera vez que nos acercamos. La verdad es que hasta ahora me encanta: los animales bien cuidados, los sitios, también...", dijo Felipe. Andrea, en cambio, fiel a su veganismo, hizo su descargo: no le gustaba el contraste de ver a los animales vivos y luego, en otros espacios, lo que puede suceder con algunos de ellos...
Pasillo adelante, Constanza Mendioroz, estudiante de cine de 23 años, intentaba sin éxito darle un poco de alfalfa a una Holando-Argentina. Había llegado hacía un rato con su madre y sobrinos: para ellos una visita a la Rural es un clásico de todos los años. ¿Con qué estaban más entusiasmado los chicos de dos y seis años? Las ovejas y los caballos. Pero Constanza enseguida se sinceró: "La verdad que lo de los chicos es una excusa para poder venir nosotros. Uno acá se vuelve a sentir como un niño".
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