“La peor temporada de la historia”. Mar del Plata tuvo un 50% de turistas menos que el verano pasado
MAR DEL PLATA.- Enero se empieza a despedir envuelto en un manto gris, con las playas casi desoladas, aprovechadas por unos pocos abrigados que se entretienen sobre la arena y ni se le animan al mar, aun cuando esta semana el agua tuvo récord de temperatura. Otros deambulan por centros comerciales y la costa. Y las mesas vacías son mayoría en veredas y decks de bares y restaurantes. El muy esperado mes fuerte se va con demasiadas penas y sin nada de gloria.
Hay una ola de lamentos por la floja actividad que se logró durante estas últimas cinco semanas, apenas con dos momentos pico que despertaron ilusiones: los feriados de Año Nuevo y parte de la segunda quincena, que tras el arranque insulso se encontró con una amplia ventana de tiempo espectacular y, con ello, un repunte de ingreso de viajeros. Quizás esos ocho días a puro sol, con temperaturas de hasta 34|C y picos de ocupación del 50% en hoteles hayan sido lo mejor de este verano.
Es cierto que la pandemia lo complicó todo entre temores, riesgos, restricciones y toneladas de protocolos. Pero también está claro que esas condiciones fueron las mismas para todos los destinos y aun así otras localidades balnearias no muy lejanas tuvieron mejores resultados.
En esta temporada Mar del Plata perdió visitantes en distintas franjas. Le faltó buena porción del turismo social, uno de sus caballitos de batalla. Es un perfil de escaso recurso económico, pero que genera aquí mucho empleo. Las consecuencias se reflejan sobre todo en hotelería: permanecieron cerrados 150 establecimientos del ramo, la mayoría de ellos administrados por sindicatos.
A la par sufrió una muy significativa merma en la franja etaria de mayor edad, grupo de riesgo que prefirió quedarse en casa o buscar lugares más despejados para escaparle a aglomeraciones y posibles contagios. ¿Y los jóvenes? Hicieron algo de ruido por aquí, entre atardeceres con música limitada, horario recortado para salidas a bares y discos y fiestas clandestinas como opción de diversión en las madrugadas bajo vigilancia. Pero muy lejos del protagonismo que tuvieron la temporada anterior, incluso en calidad de gasto.
Los números oficiales de movimiento turístico en la ciudad desde inicios de este año se conocerán entre lunes y martes próximos. Todo indica que el rendimiento que reflejarán esas cifras se aproximará –con suerte y viento a favor- a la mitad de lo que se logró aquí mismo hace un año, cuando se perfilaba la muy buena temporada que fue, potenciada entonces por un febrero rendidor como pocas veces.
Evaluación negativa
“La peor temporada de la historia”, coincidieron varios operadores turísticos de distintos rubros cuando LA NACIÓN les pidió evaluar los resultados de la primera quincena de este enero famélico. Según el Ente Municipal de Turismo (Emtur), durante esas dos semanas iniciales llegaron 381.092 visitantes, lejos de los 642.128 registrados en el mismo período de 2020.
“Estamos remando con mucha dificultad, se nos va un enero que acá fue muy pero muy difícil para todos”, dijo a LA NACIÓN María del Carmen Suárez, responsable del restaurante Minipez, uno de los destacados en el centro comercial del puerto marplatense.
Habla de algunas mejores ilusiones que hubo a principios de año, pero una suba de contagios de Covid 19 y versiones de un cierre de temporada a mitad de mes asustaron a varios de los potenciales viajeros. “Repuntamos con los últimos fines de semana, pero con eso solo no alcanza porque la merma de gente fue importante y los costos subieron mucho”, explicó. Dijo que en valores nominales la merma con respecto a enero pasado es del 50%. “Si contemplás la inflación es mucho peor”, acotó.
Suárez, al igual que ocurre con referentes de otros rubros, advierten sobre el impacto que se percibe en la economía local y se puede agravar tras una temporada magra. “Quedó mucha gente en el camino y otra está a punto”, apunta y no solo habla de gastronomía.
Eduardo Palena, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Mar del Plata y responsable del hotel República aseguró a LA NACIÓN que el promedio de ocupación durante enero no llegó al 40%, con picos durante el pasado fin de semana. “Ayudó ese repunte, pero no mueve la aguja en medio de este escenario tan complicado”, afirmó.
Demanda mínima para febrero
Para febrero, anticipó, la demanda es mínima. Y tienen marcadas expectativas en lo que puedan aportar los feriados de carnaval, a mitad de mes y previo al inicio del ciclo lectivo en la Capital Federal. “Hay muchas consultas y pedidos, pero el buen tiempo será determinante para el resultado final”, dijo sobre quizás la última chance de verano para tener huéspedes en volúmenes importantes.
Palena habla de la necesidad que la meteorología juegue a favor, con sol y nada de lluvias, si se quiere un febrero que aporte lo suyo. Se notó hace diez días, con esa seguidilla de días despejados y muy cálidos que trajeron turismo espontáneo en buenas dosis. Celebraron entonces los balnearios, que vivieron buena parte del mes con pocos clientes y abundancia de jornadas grises y templadas, poco propicias para el alquiler de carpas y sombrillas.
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