La pelea por una herencia millonaria sacude a un pueblo cordobés
CÓRDOBA.- A la histórica disputa por la herencia millonaria del cordobés Juan Manubens Calvet que lleva casi 40 años de discusión por unos US$500 millones, ahora se sumó otra en un pueblo de unos 3000 habitantes, en el norte provincial. Dos hermanas, que se casaron con dos hermanos sesenta años mayores, pelean con la hija de uno de ellos por una fortuna derivada de unas 400 hectáreas valuadas cada una entre US$8000 y US$10.000. Al conflicto se le suma que no hay un documento oficial que determine la cantidad de tierras que le corresponden a cada hermano.
A comienzos de 1900, Pedro, Isidro y Ciriaco Titti se instalaron en La Para, unos 160 kilómetros al norte de Córdoba. En sus últimos años de sus vidas, Pedro e Isidro se casaron con las dos jóvenes que los cuidaron y, tras sus muertes, les dejaron como herencia las tierras. Así, excluyeron a un sobrino del legado económico.
En 2008 Isidro, de 78 años, se casó con Liliana Basualdo, de 22, que se convirtió en la administradora de los campos. Ciriaco, en cambio, escrituró la donación de su propiedad a su cuñada y, al poco tiempo, murió. En 2016, Pedro, de 84 años, se casó con la hermana de Liliana, Nilda, de 27.
En el medio, en 2007 apareció Norma, a quien Pedro le dijo que era su hija biológica. Ella, que ahora tiene 40 años, realizó una demanda de filiación y, por medio de una prueba de ADN, logró comprobar el vínculo.
Poco después de la boda entre Nilda y Pedro, Norma pidió a la Justicia que declarara nulo el casamiento porque, según sostiene, su padre padecía "incapacidad neurocognitiva" y relató que él le contaba que su vida era un "calvario", que vendía leche en un carro cuando no tenía necesidad de hacerlo. El año pasado la Justicia anuló el matrimonio. "Cuando se hizo la boda, el juez de Paz no puso objeciones. Él decide casarse porque quería beneficiar a Nilda y le explicamos que, de todos modos, su hija también iba a heredar. Él era alcohólico por lo que su salud no estaba bien. Dos años después de casarse -cuando la Justicia declara la nulidad- estaba enfermo", dice César Ochi, exabogado de Pedro Titti y ahora de Liliana Basualdo. Y enfatiza que la sentencia previa que existía era "solo de restricción para la disposición onerosa de sus bienes, no para casarse".
El abogado afirma que Norma "lo vio dos veces en su vida" y que todo lo que dice es "ficción". Según sostiene, solo busca quedarse con dinero y que, por eso, empezó con las maniobras. "A Pedro, incluso, le molestó mucho que ella hiciera el juicio de filiación", indica.
Denuncias
Norma Titti está convencida de que las hermanas Basualdo quisieron aprovecharse de los hermanos y sostiene que espera cobrar lo que le "corresponde". A medida que avanzan los días, se suman denuncias cruzadas y causas judiciales.
Nilda Basualdo apeló la declaración de nulidad, pero desde hace meses, el dinero del alquiler del campo se deposita en la Justicia, por lo que ella sigue trabajando y sus condiciones de vida son "muy básicas". Se espera la resolución de la Cámara sobre el casamiento.
"Hay una confabulación contra nosotras para sacar dinero -subraya Liliana a LA NACION-. Estamos mal porque nos ensucian y nos exponen. Norma pensó que no saldríamos a defendernos, pero no queremos quedar así. Pasamos muchas cosas feas con Pedro y ella ni siquiera fue al velorio". Sostiene que siempre trabajaron en el campo.
Rechaza que alguna vez ella o su hermana hayan impedido a Norma ver a su padre: "Nunca quiso verlo; solo quiere quedarse con la herencia". Si bien no hay un documento oficial que avale la distribución de las tierras entre los hermanos, afirman que existe un acuerdo informal: 41 hectáreas corresponden a Pedro y 176, que eran de Isidro, ahora están en manos de Liliana. Estas últimas están en alquiler hasta 2021.
"Nunca me podría aprovechar de los Titti porque para nosotras fueron nuestros segundos padres. Nos educaron y nos enseñaron a trabajar. Les estoy muy agradecida. Con la renta que tengo sostengo a mi familia", señala Liliana, que en 2014 se volvió a casar y tiene cinco hijos.
Por su lado, Norma tiene tres hijos y una situación económica complicada. Trabaja en un quiosco y hace tareas de limpieza. Plantea que el vínculo con su padre y con su tío Isidro no lo pudo construir porque Liliana no se lo permitía. "Desde que ella entró en las vidas de Pedro e Isidro era imposible acercarme", dijo a Canal 12 de Córdoba. La situación es muy difícil porque también vive en el pueblo y es imposible que unas no sepan de las otras y que los comentarios de los vecinos vayan y vengan.
Incluso hay nuevas presentaciones judiciales en análisis. Una apuntaría a la forma en que se hizo el ADN por el que Norma fue reconocida como hija de Pedro. Del lado de las hermanas Basualdo entienden que hubo irregularidades y por eso se podría cuestionar el examen de filiación. De la otra parte indican que hay operaciones con las tierras en discusión que no deberían realizarse hasta tanto esté aclarada la herencia y por eso las objetan. Todo indica que a la historia le quedan varios capítulos más.
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