La oscura historia de Nacho Martín, el falso médico que pasó de héroe a homicida en menos de un año
Ignacio Nicolás Martín está acusado de homicidio por dolo eventual, lesiones graves, usurpación de título y ejercicio ilegal de la medicina
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Con la cabeza gacha y una chaqueta sobre su cabeza, Ignacio Nicolás Martín salió de su casa escoltado por dos policías hacia uno de los autos de la patrulla. Con varias cámaras a su alrededor y la gente filmando lo que sucedía, el supuesto médico fue arrestado el pasado cuatro de febrero del 2021 y enfrenta cargos como el de homicidio por dolo eventual y usurpación de título.
Sin embargo, esta solamente sería la punta del iceberg. Lo que parece una simple falsificación de identidad trae consigo una historia llena de engaños que afectó a más de cincuenta familias durante la pandemia, ya que el hombre argentino de 19 años que se hacía pasar por doctor, recetó mal a pacientes que no tenían covid, cobró honorarios públicos, falsificó la matrícula que aparecía en su sello e incluso atendió a un paciente con una cardiopatía congénita, quien, minutos después, falleció por presuntas malas prácticas.
Este es el caso del ‘médico trucho’, un joven que entró en el 2020 al Centro de Operaciones de Emergencias (COE) de la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, que es la entidad encargada de diseñar e instrumentar estrategias contra el covid-19. Fue ahí cuando empezó la odisea de muchas familias y tal vez uno de los casos más resonados en Argentina.
Su voluntariado como paramédico
Martín fue contratado a principios del 2020 en el marco de la convocatoria de profesionales de la salud para integrar los equipos de trabajo contra el coronavirus. En medio de la pandemia, más de una nación requirió todas las manos posibles para poder afrontar este nuevo virus. En un comienzo se supone que solamente sería un voluntario en las operaciones técnicas que tuviesen que llevar a cabo; sin embargo, debido a la creciente aparición de casos, terminó integrando el equipo de médicos que atendían a los pacientes de covid-19.
Desde ese momento fue creándose una reputación fuerte, que lo posicionaba como uno de los trabajadores más importantes de Río Cuarto. Tanto así, que era frecuentado por la prensa local en el momento de dar información sanitaria y sobre el manejo de la enfermedad. Para ese momento todo iba muy bien para él. Incluso había encontrado el amor en una chica que irónicamente es paramédica y trabajaba en el COE. No obstante, su poca experticia comenzó a levantar sospechas poco a poco.
La denuncia que lo cambió todo
El 21 de diciembre del 2020, varios compañeros de trabajo advirtieron que algo andaba mal. Las primeras sospechas se levantaron tan solo con su apariencia, ya que se veía muy joven como para dirigir un centro de operaciones de tal magnitud, en donde no solamente debía atender llamadas para hacer teleconsultas, sino que también ordenaba cómo actuar en el centro de salud.
Fue entonces cuando uno de los trabajadores decidió buscar el número de su matrícula en la base de datos. Según su sello, el número que lo identificaba como médico era el 42678/9; aun así, al buscarlo en la base de datos del gobierno, pudieron comprobar que este correspondía realmente a la doctora Alyssa Yasmine Goncalves. Por otro lado, también hubo una irregularidad en su documento de identidad, ya que al buscarlo aparecía que este pertenecía a un hombre llamado Brian.
En ese momento fue denunciado penalmente por el COE, el Ministerio de Salud y el Consejo de Médicos de la Provincia, quienes presentaron ante las autoridades copias de su documento de identidad -en el cual presumía tener 24 años-, de un carnet profesional falso, planillas de asistencia, y la documentación de cuáles eran las funciones dentro de la organización.
La vida de Nicolás Bertol y la Señora Fernández
La primera denuncia que llegó después de la captura del supuesto trabajador de la salud fue impuesta por Patricia Varela, la madre del joven Nicolás Bertol. Según los medios argentinos, todo comenzó el 12 de noviembre de 2020 cuando ella y su hijo habían llegado del hospital regional de Río Cuarto, después de que Bertol, de 29 años, estuviera hospitalizado por problemas relacionados con una cardiopatía congénita.
Aquel día Nicolás volvió a sentirse mal, razón por la cual, Varela decidió comunicarse lo más pronto posible con el cardiólogo y subsecretario de Salud, Isaac Pérez Villarreal. La respuesta del doctor no fue tan rápida como se esperaba. De hecho, tardó un día en decirle a la mujer que pronto un médico domiciliario estaría en su hogar. Es aquí donde entra Ignacio Martín, el funcionario encargado de atender a Nicolás. Cuando llegó, el joven se encontraba disperso, con las pupilas dilatadas y la saturación baja. Sin saber qué hacer, Ignacio les preguntó a los familiares si alguno sabía hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar, pero, desafortunadamente, nadie en la sala era médico.
Tras esto llamó a una ambulancia con la esperanza de recibir ayuda lo más pronto posible. No obstante, para cuando los paramédicos llegaron ya era muy tarde. Cuando se enteró del caso, la madre de la víctima emprendió acciones legales contra el ya capturado ‘médico trucho’, y argumentó que si hubiese recibido una atención adecuada, probablemente su hijo estaría con vida.
Por esto mismo, se lo acusó de homicidio doloso y es uno de los tantos cargos por los cuales se le juzgará en un futuro próximo. A este caso se le suma el de lesiones graves por dolo eventual, acusación hecha por María Fernández, quien para el canal argentino El Doce, contó que su madre, de 84 años, se descompensó en el velatorio de su marido, y cuando un familiar llamó al servicio médico, el joven llegó acompañado de una enfermera. Fernández relató que todo se tornó extraño cuando a su madre se le comenzaron a reventar las venas.
Cuando el falso médico se dio cuenta de la situación, llevó a la mujer de la tercera edad hasta una clínica privada, la acompañó en la ambulancia y al llegar al centro de salud les dijo que no podía hacer mucho más. Poco tiempo después, la mujer falleció por malas praxis.
El pasado de Nacho Martín
Dentro de este material también se encuentran algunos documentos que pusieron en evidencia otros fraudes que había cometido Martín. El primer antecedente es que se inscribió en la página oficial de la Administración Federal De Ingresos Públicos como monotributista en diciembre de 2014, cuando tan solo tenía 13 años. Para ese momento, tal vez ya soñaba con ser médico, ya que aseguró que su actividad principal correspondía a la categoría de servicio médico integrado de consulta, diagnóstico y tratamiento.
Posteriormente, en el 2019, Martín se había hecho pasar por inspector de la Municipalidad de Córdoba con el fin de entrar a espectáculos y presentaciones artísticas sin ningún costo. Un año más tarde, el 12 de mayo del 2020 registró a su nombre AtencionmedicaSR una Sociedad de Responsabilidad Limitada con la que facturó aproximadamente 80 mil pesos argentinos. Así lo declaró en una rueda de prensa el Fiscal Municipal, Ricardo Muñoz, quien aseguró que este monto correspondía a las guardias prestadas entre noviembre y diciembre en centros de salud de la ciudad durante ese mismo año.
La captura del médico trucho
La jornada de operativos para capturar y recolectar evidencias contra Ignacio se inició el 4 de febrero del 2021 en horas de la mañana. Dos patrullas llegaron a su vivienda ubicada en el barrio Zumarán de la provincia de Córdoba.
Durante el allanamiento lograron recolectar un maletín de médico color azul, medicamentos, insumos de desinfección, un kit de primeros auxilios, un uniforme azul, una campera del Ministerio de Salud y dos celulares. Según lo que declaró el Fiscal Daniel Miralles al medio Radio Universidad, las pruebas contra el acusado eran contundentes para ese entonces, razón por la cual ya se le podían imputar cargos. Esto a raíz de las críticas con respecto a la demora de la captura, pues si bien es cierto que la denuncia se hizo en diciembre, las autoridades tardaron más de dos meses en arrestarlo.
Por otro lado, también se reveló que para noviembre de 2020, Martin había realizado 26 guardias y durante diciembre había atendido a 53 personas, recetándolas, internándolas y medicándolas en este periodo de tiempo.
Dos cargos menos y un juicio pendiente
En la resolución 190 del 30 de diciembre de 2021, la magistrada a cargo del Juzgado de Control Río Cuarto, Luciana Alba, dispuso que el juicio por los delitos de documento público falso agravado reiterado y uso de documento privado falso culminaría sin una sentencia de por medio. Sin embargo, aún tiene que responder por los cargos de homicidio por dolo eventual, lesiones graves por dolo eventual, usurpación de título y ejercicio ilegal de la medicina, falsedad ideológica reiterada continuada y defraudación calificada en grado de tentativa.
Hasta el momento, el juicio sigue bajo las órdenes del juez de control Diego Ortiz, quien se espera que se pueda dar un veredicto contundente.
*Por Laura Natalia Bohorquez
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