La oposición cuestionó con dureza al oficialismo

Desde el arco político opositor y desde la Justicia se consideró ayer justo y entendible el reclamo de la madre de Nicolás Garnil, quien dio a conocer anteanoche una carta abierta en reclamo de seguridad, cuyo texto completo fue publicado ayer por LA NACION.

En cambio, se criticaron las expresiones del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que en declaraciones radiales ayer había dicho que Susana Chaia de Garnil es "parte de una Argentina que descubre el dolor cuando le toca".

"El jefe de Gabinete de un gobierno que ha demostrado ser incapaz de asegurar la seguridad pública, que cuando este chico estaba secuestrado tuvo el tupé de decir que el país es seguro, ahora remacha la burla retando a quien ha sido víctima del delito. Esta gente no tiene freno: son inescrupulosos e impúdicos", opinó el presidente de Recrear, Ricardo López Murphy.

También fue dura la réplica del presidente del radicalismo, Angel Rozas, quien sostuvo que "Fernández debería callarse, porque su mejor respuesta debe consistir en instrumentar medidas claras y contundentes".

En opinión del ex gobernador chaqueño, ante el dolor de la madre de Nicolás Garnil, "los funcionarios nacionales deben ser más prudentes".

Para Horacio Rodríguez Larreta, vicepresidente de Compromiso para el Cambio, las declaraciones fueron "una barbaridad, que demuestra la total falta de sensibilidad ante un tema que el Gobierno no puede resolver". Además, quien fue compañero de fórmula de Mauricio Macri en la Ciudad coincidió con el resto de los dirigentes consultados por LA NACION, en que el sentir de Susana Chaia de Garnil es "el de toda la sociedad".

También el titular del bloque del ARI en la Cámara de Diputados, Eduardo Macaluse, evaluó que la carta al presidente Kirchner "hay que entenderla en el contexto del dolor en el que fue escrita", y criticó la respuesta del jefe de Gabinete, ya que "no se puede generar una discusión política de igual a igual con quien no padeció lo que esa familia debió pasar".

En tanto, para Patricia Bullrich, presidenta de Unión por Todos, la misiva es puro sentido común", y agregó que "la respuesta del Gobierno es la respuesta de un fascismo que quiere dividir a la sociedad".

En tanto desde la izquierda, el jefe del bloque de diputados socialistas, Jorge Rivas, consideró equivocado "insinuar que la preocupación por mayor seguridad es una demanda de la derecha, porque es del conjunto de la sociedad".

En el área judicial hubo coincidencia con el sentir de los dirigentes políticos consultados.

"Fernández debería tomar nota de que la carta expresa a una gran cantidad de ciudadanos", consideró el ex ministro de Justicia Ricardo Gil Lavedra, que adhirió a la idea de que fue inadecuado "polemizar con una mujer que acaba de pasar por un calvario de estas características".

En tanto, para Carlos Andreucci, presidente de la Federación Argentina de Colegios de Abogados, "la carta instala que hay que ser sensibles frente al temor del pueblo ante el problema de la inseguridad".

Las expresiones de Fernández también motivaron la reprobación del juez en lo penal económico Julio Cruciani, que las calificó como "una jugarreta", y recordó los dichos del Presidente de que la Argentina era un "país seguro", mientras Garnil estaba secuestrado.

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