Los analistas señalan que en ese segmento etario se generan ciertas resistencias a los avances del feminismo y eso puede explicar una parte del atractivo
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Hace dos semanas, un grupo de trece estudiantes porteños —diez varones y tres mujeres—, todos vestidos con el mismo buzo de egresados azul, ingresó al estudio de Olga, el canal de streaming que lidera Migue Granados para responder la pregunta de a quién votarían el siguiente domingo electoral. Parados uno al lado del otro, formando un semicírculo, los jóvenes se pasaron el micrófono y respondieron. “En blanco”, dijeron las tres mujeres y uno de los varones. El resto, sin vacilaciones, dijo “A Milei” o “al Javi”.
El resultado de las últimas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) dio como ganador a Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza (LLA), con el 30,04% de los votos a nivel nacional. Ganó en 16 provincias argentinas y sus votos recorrieron todo el espectro socio-económico y etario del electorado, superando las expectativas y previsiones de las principales encuestas. Sin embargo, los analistas políticos coinciden en que al poner la lupa sobre el voto a Milei, el segmento etario joven y masculino cobra protagonismo.
“El apoyo a Milei es más pronunciado entre los varones jóvenes que entre las mujeres jóvenes. Si en las elecciones de octubre sólo votaran varones de entre 16 y 25 años, el candidato libertario sacaría más del 50% de los votos. En cambio, dentro de las mujeres de esa edad, la intención de voto de Milei no llega al 25%”, dijo Guido Moscoso, politólogo y gerente de opinión pública de Opinaia.
TikTok
Los contenidos que circulan en TikTok, una de las plataformas cruciales para la campaña de LLA, evidencian el fenómeno: abundan los videos de estudiantes de nivel secundario haciendo bromas o referencias al libertario dentro de las aulas. Por ejemplo, uno en donde se ve a un joven sentado en un pupitre que hace avanzar, uno por uno, a una fila de adolescentes, todos varones, que forma frente a él. Al llegar, le entregan un billete de 1000 pesos que el chico sella con una impresión que dice “Milei 2023″.
¿Por qué muchos jóvenes y adolescentes lo eligen? ¿A qué se debe la preponderancia en el género masculino entre sus electores? ¿Cómo repercuten entre estos chicos ciertas propuestas de Milei, como la derogación de la ley que legalizó el aborto o el cierre del ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad?
El martes a las 15, a diez días de que Milei se posicionara como el favorito de una gran parte de la sociedad argentina, un grupo de seis alumnos del Liceo N°4 jugaba un partido de fútbol-tenis en la plaza Rodríguez Peña, en una zona de Recoleta en la que hay varias escuelas.
Alan, que tiene 16 años y vive en el Barrio 31, votó a Milei. “Por el cambio que nos puede dar a los argentinos”, argumenta. “Demostró seguridad al hablar, quiere sacar a los ñoquis y quiere hacer algo por la delincuencia. A mi ya me robaron dos celulares en mi villa y en esta zona si te vestís bien te vienen a robar. En Lanús mataron a una nena de 11 años. En las villas hay tiroteos”, enumera.
Otro de los jóvenes dice que le hubiera gustado votar a Milei, pero que votó a Sergio Massa porque a su mamá “no le gustan las ideas de privatizar las escuelas y los hospitales”. “Es que no quiere privatizar. Quiere darte vouchers con plata para que vos puedas elegir a donde ir y que las escuelas compitan para ser mejores”, le discute enseguida y en voz alta Alan, mientras sus amigos lo escuchan atentos y asienten. De los otros cuatro jóvenes, dos también votaron a Milei y dos no pudieron votar porque son menores de 16 años.
A pocos metros, en la misma plaza camina un grupo de cinco chicas del colegio San Miguel. Dicen que ninguna votó ni votaría a Milei, pero que en su curso muchos de sus compañeros sí lo hicieron. “Es un grupo de varones con un líder muy marcado que lo banca, entonces el resto lo siguió”, dice Julieta Aguerre, de 16 años. “Creo que lo votaron para salir de lo de siempre, derecha o izquierda, y por bronca porque no hay nadie más, pero además porque vieron muchos clips de TikTok de Milei gritando ‘zurdos de mierda’”, dice, imitando a Milei y despertando la risa de las amigas.
“Si hablás de política con ellos te dicen ‘vos no entendés nada’. Eso es machismo también”, dice en relación a sus compañeros varones.
La postura de Milei con respecto a estos temas fue contundente. “Si gano, le doy pista al Ministerio de la Mujer”, había dicho durante la presentación de su libro, El camino del libertario, en la última Feria del Libro. “No voy a estar pidiendo perdón por tener pene, no tengo por qué sentir vergüenza de ser un hombre blanco, rubio y de ojos celestes”, dijo en esa oportunidad.
Enojo
De acuerdo a Moscoso, los datos de las encuestas sugieren que el enojo con las políticas de género y el feminismo podría ser un factor determinante para algunos jóvenes varones. Otras cuestiones, como la crítica a la economía y a la clase dirigente, tendrían un mayor peso en el apoyo general de ambos géneros. “En este sentido, el atractivo de Milei como figura anti-establishment y sus posturas en contra del aborto, la educación sexual en escuelas, el lenguaje inclusivo y las políticas de género en general podrían resonar en un grupo de jóvenes que sienten que estas cuestiones representan un avance cultural y social con el que no se identifican”, explicó.
El año pasado LA NACION contó cómo, a partir de un proceso iniciado en 2018 con el primer debate por la legalización del aborto en la Argentina y una movilización social histórica, las chicas tomaron el protagonismo absoluto del liderazgo estudiantil porteño. Desde entonces, jóvenes con pañuelos verdes y glitter no solo se transformaron en el símbolo feminista indiscutido, sino también en las nuevas protagonistas de la política argentina.
“Hasta 2018 los varones ocupaban todos los espacios de poder, pero a partir de entonces se demostró que las pibas también merecían ese espacio, que tocaba apropiarnos de esa lucha”, dijo en aquel momento Micaela Güera de Souza, por entonces presidenta del centro de estudiantes de la tradicional Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini.
Este fenómeno de empoderamiento femenino reconfiguró los roles de género en las aulas y en toda la sociedad, imponiendo nuevas reglas de juego en el vínculo entre varones y mujeres, pero también trajo consigo el desconcierto y la incomodidad de algunos varones.
“Lo que empezó a pasar hace poco entre los seguidores de Milei, aunque en realidad no lo acortaría a LLA, es que les agrada la posibilidad de transgredir la corrección política y decir ‘somos jóvenes de derecha y podemos decir lo que queremos’, es decir, ‘me puedo reivindicar como machirulo sin consecuencias’”, dijo Melina Vázquez, socióloga e investigador del CONICET sobre temas de juventud y militancia, quien considera que este segmento de jóvenes y adolescentes enojados o incómodos con el avance del feminismo es justamente uno de los espacios en donde Milei colecta votos.
De acuerdo a Vázquez, la militancia de Milei empezó a aparecer en la escuela y en la universidad de distintos modos. “En la escuela, se oponen a la Educación Sexual Integral (ESI) porque consideran que es una herramienta para hacer bajada de línea y creen que es patrimonio de la educación familiar. En el ámbito universitario hay un afán muy fuerte por entrar a las universidades públicas porque entienden que es el lugar prototípico del progresismo. No se trata solo de discutir ideas sino también lugares que para ellos eran exclusivos de la izquierda, como la Feria del Libro, o las facultades”, dijo.
Vázquez dijo que esta “batalla cultural” —así llamada por los propios liberales— también combate la “bajada de línea en cuanto a la agenda de estudio del pasado reciente y la memoria, como la cantidad de desaparecidos de la dictadura”. En este sentido, aparecen conflictos generacionales con profesores e incluso con pares. “Ellos se posicionan como leones y llaman corderos a quienes obedecen al Estado sin discutir”, explicó.
Tiago Paulice Vázquez, estudiante del Colegio Paula Montal, no pudo votar a Milei porque tiene 15 años, pero si hubiese podido, dijo, lo hubiera hecho, principalmente para que “mejore la economía” y “saque a los chorros”. En su caso no está de acuerdo con la postura de Milei respecto del aborto, pero sí considera que Milei “promueve más una imagen masculina”. “Tenemos conflictos con las chicas o algunas profesoras por temas de feminismo. Ahora parece que todo lo que hacemos es de machistas”, dijo.
Juan Mayol, analista de opinión pública en Opinaia, señaló una particularidad dentro del segmento joven que vota a Milei. “En ese sector social, no solo escaló por sus ideas, sino por su discurso de resistencia al feminismo. Hay muchos de los chicos de esas edades que se sienten incomodados por estos cambios de roles, por el avance del feminismo en general. Y ese discurso, que resiste esos avances, logró fidelizar a parte del electorado”, dijo.
La discusión en torno al tema de la legalización del aborto parece central en el fenómeno. Luciano, un joven de 17 años estudiante del Colegio Santo Tomás de Aquino, dijo a LA NACION que no votó por Milei en las últimas elecciones, pero que en octubre si lo hará porque “propone algo nuevo y es lo menos malo”. “No estoy de acuerdo con la dolarización, ni el cierre del Banco Central, pero si lo apoyo con la propuesta de volver atrás con la legalización del aborto por una cuestión religiosa”, sostuvo.
Sobre este punto, Vázquez explicó que a pesar de que la llamada “marea verde” fue muy importante, existió cierta invisibilidad durante el movimiento. “Nos quedamos con la imagen de la plaza dividida con un lado muy lleno y el otro muy vacío, pero por lo bajo se configuraron posiciones en contra del aborto que empezaron a construir una identidad de varones jóvenes e incomodos que tomó forma con el liberalismo. Hay tres consignas que los liberales rezan como si fuera un Ave María: libertad, propiedad privada y vida. En el significante vida es donde articulan la posición en contra del aborto. Algunos se oponen con argumentos religiosos y otros con argumentos liberales”, dijo.
En marzo, la consultora Clivajes había anticipado que la preferencia política de los jóvenes se inclinaba de manera pronunciada hacia Milei. Un sondeo que relevó de manera online las opiniones de 1395 personas de entre 16 y 29 años expuso que la mayoría de los encuestados (20,4%) respondió que Milei era el dirigente político que más lo representaba. Además, en ese sondeo la intención de voto del 28,4% de los jóvenes se orientó hacia partidos liberales.De acuerdo a la encuesta, la inestabilidad económica (26,7%) y la falta de certezas sobre las posibilidades de desarrollar un buen futuro personal (15,6%) son la principal preocupación de los jóvenes en la actualidad. En ese sentido, el 32,2% dijo que, tal como propone Milei, la dolarización de la economía podía ser una salida certera al problema de la inflación.
Fiscal
Agustín Casas, un estudiante de Ciencias Políticas de 20 años, es un ejemplo de lo que expone la encuesta. Él no solo lo votó a Milei sino que también fiscalizó la elección para LLC. “Lo voté porque desde que nací veo al país en la misma situación. Me cansé de ver a mis papás hablar siempre sobre si llegan o no a fin de mes. Quizás hace mierda el país, pero quiero darle una oportunidad”, dijo el joven que vive en el barrio porteño de Flores.
Con respecto a las acusaciones que se la hacen a Milei como “antifeminista”, Casas responde: “No lo veo así. Hay mujeres en el espacio y no veo que atropelle los derechos de las mujeres. Dicen eso para correrlo por derecha”.
Por su parte, Gonzalo, de 17 años y alumno del Colegio La Salle, dijo: “Me parece perfecto todo lo que propone Milei y que lo acusen de antifeminista es una pelotudez total. Los liberales originales eran feministas y gracias a ellos las mujeres hoy tienen derechos”.
Los adolescentes de 16 y 17 años que estuvieron habilitados para votar por primera vez en la última elección fueron 1.163.477 y representaron el 3,3% del padrón total, distribuidos de manera similar en todas las provincias. Según consigna un informe sobre voto joven del ministerio del Interior de la Nación, las juventudes vienen aumentando progresivamente su participación en los comicios electorales desde la primera implementación de la ley 26.774, hace diez años, que permitió sufragar desde los 16.
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