La odisea de la madre de Alum para recuperar a su hija, que fue encontrada en Indonesia
La pesadilla comenzó el 5 de junio de 2017, cuando el papá de Alum (7), Jorge Gabriel Langone, de 41 años, fue a buscarla a su escuela en el barrio de Flores de Buenos Aires y nunca la volvió a llevar. Elizabeth hizo la denuncia correspondiente cuando la directora le avisó que no había ido al colegio.
Al momento de la desaparición, la mujer y Langone se encontraban en el proceso judicial para dirimir la custodia de Alum, que finalmente fue otorgada a la madre, cuando se comprobó que su ex pareja había abandonado el país con la hija.
Daiana Piriz, tía de Alum, contó a LA NACIÓN que este no fue el primer episodio de este tipo. Su ex ya se la había llevado por 20 días a la casa de fin de semana que tienen los papás de él en el Club de Campo La Martona, en Cañuelas. "En ese momento, decidió dar de baja el permiso que él para viajar al exterior con su hija", relató Piriz.
Esa vez, Langone pasó por el frente de la casa de Elizabeth en bicicleta y se la arrebató de las manos. En ese momento, también se realizó la denuncia como hacían cada vez que no tenían comunicación con el padre.
Sin embargo, en esa oportunidad, Langone finalmente se comunicó y la llevó a la casa materna. "No respetaba los días de visita. Se la llevaba un lunes y aparecía el miércoles. Alum no iba al colegio esos días", dijo Piriz.
Desaparición y búsqueda
Cuando Elizabeth se enteró de que su ex se había llevado otra vez a su hija, en junio del año pasado, hizo la denuncia el juzgado nº 32 y la respuesta fue que esperara noticias de parte de él, según explicó Piriz. El 18 de julio la familia creó el Facebook "Alum te buscamos". El hombre, según la denuncia, se había ido del país con la nena, con el apoyo de su familia y bloqueó desde entonces toda comunicación con la madre.
Según el testimonio de la mamá, Langone viajó con la nena y también con su actual pareja, Candela Soledad Gutiérrez, de 35 años.
La hermana de Elizabeth dijo que se enteraron de que estaba en Jujuy por personas que se comunicaban a través de las redes sociales. "El canta y Gutiérrez baila. Ofrecían música a cambio de alojamiento. Uno de los que los había alojado los reconoció y se comunicó con nosotros", agregó.
Luego, un gendarme se comunicó con la familia y le dijo que de Tilcara pasaron a Bolivia haciendo "dedo". Lo próximo que supo Elizabeth es que llegaron en avión a Brasil en avión con ayuda del abuelo paterno. "El padre de Langona está con prisión domiciliaria por la edad desde fines de noviembre por ser cómplice. El viajó a Bolivia para ayudar a que llegaran a Brasil", contó Piriz.
Las personas que los fueron reconociendo afirman que utilizaban nombres falsos. Pero la odisea no terminó allí. Tiempo después, los familiares de la nena se enteraron de que habían llegado a Malasia. "Nos enteramos porque las aerolíneas y las tarjetas que utilizaron colaboraron con nosotros para poder decirnos por donde y como habían viajado", comentó Piriz.
Luego, durante varios meses no supieron nada más. "Un día encontré en Instagram a una chica que los había alojado que compartió una foto con Alum. La foto era de junio y ya era octubre. Lo seguí revisando todos los días, hasta que volvió a compartir otra en diciembre y ahí supimos donde estaba", dijo Piriz.
Cuando la madre avisó a Cancillería, el cónsul actuó, pero ellos logran escapar. "No sabemos quien le avisó, pero no los pudieron agarrar", agregó.
Gracias a las conferencias que realizaban en ese país, una persona que los había transportado cuando ellos hacían dedo los reconoció y se comunicó con Elizabeth. Le contó que Langona le había pedido el celular para hacer una llamada telefónica y les compartió el número al cual había llamado. "Mi hermana se puso en contacto enseguida. El chico no hablaba mucho inglés pero nos llegó a contar que Langona lo había llamado para contarle que estaba en problemas, que necesitaba salir del país de manera informal y que la familia quería sacarle a la hija. El los llevó a la frontera y viajaron en barco", dijo Piriz.
Elizabeth estuvo en Malasia durante tres semanas. Ahora, desde hace cuatro días está en Indonesia con ayuda de la Embajada Argentina, Interpol, la policía local y Cancillería.
Interpol los encontró en la Isla Sulawesi y de ahí serán trasladados a Macasar en donde esta noche la menor se encontrará con su madre.
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