La odisea de cruzar a Chile en auto: ocho horas de espera, kilómetros de filas y acusaciones cruzadas: qué argumenta cada gobierno
Desde la semana pasada, se registran cada vez más demoras para cruzar la Cordillera de los Andes por los pasos mendocinos
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MENDOZA.— “Tremendo. Llegué a las 14 horas a la aduana chilena y salí a las 20 horas de ella. Terrible. Sumado con una bebé en el auto. Agotador”. Así graficó su experiencia en las redes sociales Celeste, una argentina que viajó a Chile en auto para pasar sus vacaciones. Y no fue la única, las quejas se repetían una detrás de otra. “Un desastre, tanta estructura nueva y no tienen personal. Hagan algo, luego de una pandemia de dos años hay que activar todo para el turista, ambos países lo necesitan y esto frena el turismo. Activen”, reclamó otro turista en los perfiles de Twitter y Facebook del sistema aduanero.
En las últimas horas, cruzar a Chile se ha convertido en una verdadera odisea, ya que ahora se reportan esperas de hasta ocho horas también durante la noche, en plena Cordillera de los Andes, bajo frías temperaturas, vientos y escasos servicios básicos. Así, más allá de las postales repetidas de todos los años que se vieron a finales de diciembre, con largas filas de vehículos esperando bajo la luz del sol, el inicio de la temporada estival empieza a preocupar a quienes buscan veranear en el vecino país.
Con el correr de los días, la situación se torna más compleja y no se habilitan las casillas de atención necesarias, por lo que las críticas crecen, principalmente, contra las autoridades chilenas. De hecho, las redes sociales se convirtieron en el principal espacio para reclamar una urgente mejora en la prestación del servicio aduanero que, a pesar de estar unificado, presenta cada vez más dilaciones.
La peor parte hasta ahora la vivieron quienes empezaron a viajar anteayer por la tarde, ya que al anochecer y durante la madrugada del martes tuvieron que hacer extensas filas de varios kilómetros. Incluso, antes de la medianoche del lunes, desde Gendarmería Nacional informaron que el complejo Los Libertadores, del lado trasandino, estaba “colapsado”, por lo que se registró una larga espera de vehículos particulares y transportes de carga hasta el peaje de Las Cuevas, del lado argentino, ubicado a 9 kilómetros de distancia.
Esa jornada cruzaron al vecino país alrededor de 6000 personas, una cifra que no deja de crecer, y que se incrementó en los últimos días. De hecho, desde el 23 de diciembre, cuando salían alrededor de 4000 personas por día, hasta el 2 de enero, ya se registraron más de 35.000 personas que cruzaron hacia Chile, en más de 7000 vehículos.
Declaraciones cruzadas
Las autoridades de ambos países aseguran que se realizan todos los esfuerzos para coordinar acciones y agilizar las tareas, pero los cuestionamientos principales van para los funcionarios chilenos. En Los Libertadores, durante el día hay alrededor de 10 cabinas habilitadas de las 18 existentes. En tanto, durante la noche, de acuerdo con los reportes de los usuarios del corredor internacional, solo se encontraban operativos cuatro puestos de control, lo que provocó esperas interminables, con familias desesperadas por pasar.
En diálogo con LA NACION, desde la Dirección Nacional de Migraciones, el titular de la delegación en Mendoza, Juan Manuel Serrano, dejó en claro que han insistido, en diversas reuniones durante el año, que llegada la temporada optimicen la atención con mayor personal, pero que las estrategias y decisiones son propias del país vecino. “Se acordó, frente a la acumulación de personas y vehículos, que cada país aplique procedimientos para que el tránsito y los trámites sean lo más expeditivos posible. Pero no tenemos injerencia directa sobre cómo lo implementan los organismos chilenos que son los responsables del ingreso a ese país”, insistió el funcionario.
Al mismo tiempo, desde el Ministerio de Seguridad, el titular de Relaciones con la Comunidad, Néstor Majul, también se expresó en ese sentido. “Estamos frente a un problema específico de Chile, tiene que arreglarlo Cancillería, nosotros no podemos hacer nada. Para agilizar los tiempos, lo único es ayudar en algún problema de tránsito”, indicó.
Desde el Complejo Fronterizo Los Libertadores, organismo dependiente del Gobierno de Chile, apuntaron contra las autoridades argentinas: “La alta congestión vehicular es debido a la falta de funcionarios de AFIP Argentina, razón por la cual no se han podido habilitar casetas adicionales para una atención más expedita”.
Con este panorama de incertidumbre, también están quienes dudan hasta último momento de irse de vacaciones a Chile en auto. “Si todo sigue igual, no estamos seguros de hacer el viaje, que pensamos hacer este fin de semana. No solo se pierde mucho tiempo sino que es riesgoso y cansador para los más chicos”, contó a este diario Ivana, una vecina de la comuna de Guaymallén que quiere vacacionar con su familia en el Pacífico pero empieza a diagramar con su marido un “plan b”, mirando hacia la Costa Atlántica.
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