“La normalidad es la suspensión”: solo seis días de clase en marzo y récord de jornadas fuera del aula en Neuquén
A los paros docentes se suman los nuevos encuentros institucionales anunciados por el Consejo Provincial de Educación; quejas de padres y críticas de especialistas
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Los estudiantes de primaria y secundaria de Neuquén debían empezar las clases el 4 de marzo. Sin embargo, gran parte de las aulas no abrieron ese lunes, ni tampoco el martes. Al contrario de lo que se esperaba, la cursada no se normalizó entrado el mes: en la semana del 11 de marzo, la mayoría de los alumnos neuquinos tuvieron solo dos días de clases, situación que se repitió en la semana siguiente. En la última semana, en tanto, no cursaron ningún día. En total, en todo el mes hubo solo seis días en los que todos los estudiantes de la provincia pudieron ir a la escuela.
El fenómeno es el resultado de una combinación de factores que incluyen, solo en marzo, 12 días de paro docente, a los que adhirieron aproximadamente el 75% de los docentes de las escuelas de gestión estatal de la provincia; un día de jornada institucional o pegagógica, un día no laborable (Jueves Santo) y un feriado (Viernes Santo).
El acuerdo salarial cerró el 28 de marzo, y desde entonces la continuidad de las clases mejoró, pero no del todo: hasta la fecha, en el nivel medio, hubo apenas una semana de clases completa, con cinco días cursados. La siguiente tendrá lugar en la semana entrante.
Más allá de los conflictos sindicales, hay especialistas en educación que creen que uno de los principales factores que complican el panorama educativo de Neuquén es la cantidad de jornadas pedagógicas o institucionales que tiene, un número llamativamente alto si se lo compara con el resto de las provincias.
Desde hace años que en esta jurisdicción patagónica hay una jornada por mes escolar, es decir, ocho por año. A estas, el Consejo Provincial de Educación (CPE) sumó para este ciclo lectivo tres más, a través de la resolución 444/24. Esto quiere decir que habrá 11 días de jornadas, es decir, 11 días hábiles en los que los docentes irán a la escuela sin la asistencia de los estudiantes.
Según explicó la ministra de Educación de Neuquén, Soledad Martínez, a LA NACION, estas nuevas jornadas tienen como objetivo “continuar el proceso de construcción de culturas inclusivas institucionales”. “Se concibe a las jornadas como espacios en los que se fortalece el trabajo por y para los estudiantes, espacios de coformación en garantía de derecho y de formación conceptual, teórica e ideológica para evaluar los beneficios en la práctica institucional y social en orden a garantizar el acompañamiento de los estudiantes con discapacidad”, enfatizó.
La medida despertó críticas de los grupos de padres organizados de Neuquén y de otras provincias, así como también de especialistas en educación, entre ellos el profesor Gustavo Zorzoli, referente de Argentinos por la Educación y miembro de la Coalición por la Educación, quien la definió como “inadmisible”. Destacó, a su vez, que no existen en el país otras provincias con este número de jornadas institucionales. “La mayoría tiene dos, tres jornadas por año; algunas, cuatro o cinco”, afirmó Zorzoli, exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires.
Según su criterio, las 11 jornadas neuquinas son “injustificadas”. “Por algo es que, por ley, se exigen 180 días de clase por año y que, por acuerdo del Consejo Federal de Educación, hay un compromiso de 190 días. Todo lo que vaya en el sentido opuesto a esto no corresponde”, sentencia.
“Hay muchos chicos de primer grado que todavía no lograron generar vínculos con sus docentes. Desde el ministerio [de Educación provincial] dicen que se preocupan por los aprendizajes, pero es imposible que se den de esta manera”, cuestiona Marina Smoljan, referente del grupo Padres Organizados Neuquén.
También critica el aumento de jornadas institucionales, a la vez que destaca que este es el segundo año en el que va a haber más de diez, en lugar de ocho. “Nos parece una exageración. Las jornadas se establecen en las mesas del Consejo Provincial de Educación, con los sindicatos. El ministerio, que debería cumplir la función de negociar los días escolares de los chicos, no lo hace”, acusa. También sostiene que la falta de continuidad en las clases que vive Neuquén –y también otras provincias– es un problema que se acarrea desde la pandemia.
Según los informes de Seguimiento del Ciclo Lectivo que realiza cada año la Coalición por la Educación, en 2023 Neuquén fue la tercer provincia con menor cantidad de “días normales de clases”: de los 184 días que habían sido planificados al comienzo del año, hubo 136 días en los que no todas las aulas estuvieron abiertas. Por debajo se encuentran Santa Cruz y Tierra del Fuego, con 113 y 105 “días normales de clases”, respectivamente.
A la vez, la provincia neuquina fue la cuarta con mayor cantidad de paros docentes: tuvo 16 con adhesión de más del 50% de los docentes. A esto se sumaron huelgas con menor adhesión, diez jornadas institucionales y siete días en los que algunos municipios no tuvieron clases por cuestiones climáticas. Los cálculos, aclaran desde la coalición, no tienen en cuenta los días perdidos de clase en escuelas con problemas de infraestructura.
“La normalidad es la suspensión: si no es por paro, es por jornada; si no es por jornada, es por cuestiones edilicias”, sostiene Smoljan. Tanto este año como el pasado, hubo días con aulas y escuelas cerradas por fugas de gas y por problemas en los sistemas de calefacción, entre otros motivos. Fuentes del gobierno local, ejercido por el partido provincial Movimiento Popular Neuquino (MPN), admiten la problemática y afirman cargar con una herencia complicada en términos de infraestructura escolar.
“La tarea de recuperación e inversión en mantenimiento que se hizo en la última etapa de la gestión anterior [también del MPN] no fue suficiente para paliar años de falta de inversión, de falta de mantenimiento adecuado y de falta de planificación”, sostuvo la ministra de Educación, quien, como ejemplo de ello, detalló que en la provincia hay 54 establecimientos que funcionan en lugares alquilados, conveniados con otras instituciones o en trailers contenedores.
“Hay 17 localidades en la provincia que no tienen hoy acceso al gas natural. Consecuentemente, las escuelas que funcionan en esas localidades o las que funcionan en parajes o comunidades pequeñas de la provincia no tienen acceso a sistemas de calefacción adecuados a las condiciones climáticas de la zona”, sumó Martínez.
El profesor e investigador de la Universidad Di Tella Mariano Narodowski destaca los problemas que genera la falta de continuidad escolar: “No se puede trabajar si todo el tiempo hay feriados, paros, se corta el agua o hay jornada. La escolarización necesita un hábito y, cuando hay tantas interrupciones, se va perdiendo el hábito, como en cualquier tarea de la vida, pero mucho más en chicos más chicos. Si todo el tiempo hay interrupciones, es más difícil establecer un hábito de escolarización, un hábito de estudio, un hábito de responsabilidad”, sostiene el referente, exministro de Educación de la ciudad y miembro académico de la organización Argentinos por la Educación.
Narodowski también cuestiona la “burocratización” de las jornadas pedagógicas. “Además de la pérdida de clases, que está mal, creo también que las jornadas, así como están planteadas, no sirven para nada”, opina. Durante su gestión, sacó las cinco jornadas obligatorias que había en el calendario escolar porteño, por considerarlas burocráticas y centralizadas. “Le propusimos a las escuelas que, si necesitaban días para trabajar internamente sin alumnos, nos tenían que contactar para explicar el motivo y enviar un breve proyecto de lo que planeaban hacer”, recuerda.
Preocupación
Dados los 13 días de paro que ya hubo en la provincia, una de las principales preocupaciones de Padres Organizados Neuquén es si los días de clase que se perdieron hasta la fecha van a ser recuperados. “El nuevo gobernador [Rolando Figueroa] es quien nos dijo en enero, apenas asumió, que se iban a respetar los 180 días de clases”, comenta Smoljan.
Consultada por LA NACION, la ministra de Educación enfatizó que desde el CPE se trabaja actualmente, junto a las direcciones de los niveles obligatorios, en el diseño de un proceso para “mitigar la falta de actividad escolar por diversas situaciones”. Entre otras declaraciones, sostuvo que “se apuntará a sostener la tarea pedagógica a través de diversas estrategias y recursos, como encuentros virtuales sincrónicos y cuadernillos, entre otros”.
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