La Noche de los Matrimonios: la lluvia complicó los planes, pero todas las parejas dieron el "¡Sí, quiero!"
Emiliano Cufré y Paola Meaño no conocían el Salón Dorado de la Legislatura Porteña. Lo único que habían visto eran algunas fotos del interior del llamativo palacio, y les parecía bellísimo. Hoy, a raíz de una propuesta del Gobierno de la Ciudad, conocieron el lugar y lo transformaron en el escenario donde se casaron. Cufré y Meaño fueron unos de los 30 flamantes cónyuges de la primera Noche de los Matrimonios, que tuvo al mal clima como visitante indeseado.
"Todo se manejó hermoso. La organización se ocupó del brindis, de las invitaciones, de más cosas de las que esperábamos. Fue fantástico. Estamos felices, y es una experiencia que recomendamos mucho", cuenta Cufré, de 36 años. El premio que ganaron era anhelado por muchos novios porteños. A partir de una iniciativa del área de Participación Ciudadana en conjunto con la Dirección General del Registro Civil y Capacidad de las personas, otras 29 parejas salieron sorteadas entre 1300 concursantes para sellar el amor en cinco locaciones insignia de Buenos Aires: el Salón Dorado de la Legislatura, el Planetario, la Floralis Genérica, el Puente de la Mujer o el Salón San Martín de la Plaza Vaticano.
El plan era simple: cada lugar iba a recibir a seis parejas que festejarían con una hora de diferencia, entre las 17 y las 23. Iba a haber decoración, música, y arroz en todos los sitios, y cada dúo podría invitar 60 personas para compartir la unión nupcial. Pero entonces, como en una trampa del destino, apareció la lluvia. Y los matrimonios al sol o bajo la luna debieron trasladarse a tres espacios cerrados, aunque no menos representativos: el Planetario, el Salón San Martín y la Legislatura.
Camila Martelli, de 22 años, y Nicolás Martín Ojara, de 25, querían vivir la ceremonia en el Puente de la Mujer. Ella, amante del agua, dice que aquello sería algo así como un símbolo de época: "Casarme en el Puente de la Mujer, con todas las luchas que hay ahora, me resultaba simbólico: para mí el amor es la mayor revolución", cuenta. Cuando se enteraron de la mudanza, primero sintieron bronca, y, luego, alegría: "Es que me iba a unir con mi amor, y eso es lo más lindo".
"Es una lástima, pero lo importante es que pudimos casarnos", dice Camilo Maya, con una extrañísima mezcla de decepción y felicidad. Colombiano de 33 años, celebró su boda con Lorena Barreto, venezolana de 31. Habían elegido dar el sí en la Floralis Genérica. Era un lugar especial para la biografía de la pareja: allí tuvieron su primera cita, y allí iban a sellar su amor. Todo sería soñado: los padres de Camilo que arribaron desde Colombia y conocieron a Lorena en estos días, un grupo numeroso de amigos, el sol, la Flor, el final de la noche en un bar para brindar. Pero la lluvia. El dicho popular se hizo realidad: la lluvia aguó los planes. El mismo viernes por la mañana, con el pronóstico como enemigo, les cambiaron la cita: ya no sería frente a la impactante escultura ubicada en la plaza de las Naciones Unidas, sino cubiertos por el techo del Planetario Galileo Galilei. "Nos mataron a última hora, aunque seguimos contentos", agrega Maya.
Para Verónica Rodríguez, en cambio, el Planetario siempre fue la primera opción. Se había anotado en la Noche de los Matrimonios a escondidas de Marcelo Amorena, su novio hace once años. Quería sorprenderlo. Ganó, y su elección fue concreta: "Eligió el Planetario por cómo es ella, por su personalidad. Como buena acuariana, es futurista y le gusta lo tecnológico, las cosas de vanguardia, y evitó las opciones más tradicionales como la Legislatura", dice Amorena, encantado por el regalo de su mujer. Ambos cruzaron la barrera de los 40, y ahora se colocaron los anillos en el principal centro de divulgación de astronomía de la ciudad.
"Muchas parejas habían podido casarse en el Teatro Colón, el Rosedal, la Bombonera. Con la Noche de los Matrimonios pudieron hacerlo en otros lugares impactantes de la ciudad", dice Federico di Benedetto, subsecretario de Comunicación del Gobierno de la Ciudad. El éxito es absoluto: ya son 350 las ceremonias realizadas en 25 sitios emblemáticos diferentes y hubo más de 6000 aspirantes, desde su comienzo en 2016. A raíz de la popularidad de estos eventos, Mariano Cordeiro, director general de Registro Civil, admite que "a partir de la Noche de los Matrimonios estamos organizando un nuevo lanzamiento para casar a los vecinos los días sábados en la sede central del Registro Civil". Para la próxima vez los organizadores harán la danza de la lluvia: la próxima vez pedirán por días soleados.