La NASA reveló las primeras imágenes de la muestra más grande jamás recolectada de un asteroide en el espacio
La misión OSIRIS-REx recogió roca y polvo de Bennu en octubre de 2020; según los científicos, podrían aportar información sobre los orígenes del sistema solar e incluso de la vida
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HOUSTON (AFP).- La NASA reveló este miércoles las primeras imágenes de la muestra más grande jamás recolectada de un asteroide en el espacio. Según los científicos de la agencia, el material podría aportar pistas sobre los orígenes del sistema solar e incluso de la propia vida.
La exhibición se realizó luego de que la misión OSIRIS-REx recogiera roca y polvo del asteroide Bennu en octubre de 2020, los cuales fueron traídos con éxito a la tierra por medio de una cápsula que aterrizó hace poco más de dos semanas en el desierto de Utah. Desde entonces, la muestra es analizada minuciosamente en una sala especializada del Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston.
En este contexto, la agencia espacial ofreció una conferencia de prensa a las 11 locales (16 GMT) para compartir fotografías y análisis preliminares de lo recolectado.
OSIRIS-REx no fue la primera misión en encontrarse con un asteroide y traer muestras para su estudio: Japón logró la hazaña dos veces, en 2010 y 2020. No obstante la sustancial cantidad de material (250 gramos) frente a los 5,4 gramos devueltos por la japonesa Hayabusa2 representan una diferencia importante.
Por otra parte, La NASA indicó que se decidió tomar muestras de Bennu porque se cree que es rico en compuestos orgánicos. Los científicos consideran que asteroides similares podrían haber entregado bloques de construcción orgánicos a la Tierra junto con agua a través de colisiones, hace miles de millones de años. La órbita de Bennu, que cruza la de la Tierra, también hizo que el viaje de ida y vuelta fuera más fácil que ir al cinturón de asteroides, que se encuentra entre Marte y Júpiter.
Hasta ahora, los investigadores de la NASA se sintieron alentados por el descubrimiento de “partículas adicionales”, descritas como polvo negro y escombros que recubren el recolector de muestras.
“Es realmente espectacular”
“El mayor ‘problema’ que podemos tener es que hay tanto material que está tardando más de lo que esperábamos en recolectarlo”, dijo el subdirector de curación de OSIRIS-REx, Christopher Snead, en un comunicado. “Es realmente espectacular tener todo ese material ahí”, agregó.
Las dificultades en la recolección del material obedecen en gran medida a un incidente que ocurrió durante la recogida de la muestra: justo después de la operación, la NASA se dio cuenta de que la trampilla del compartimento de recogida no podía cerrarse. La carga había logrado ser asegurada, transfiriéndola como estaba previsto a la cápsula, pero debido a esta fuga, los científicos esperaban encontrar residuos incluso fuera del compartimento.
Los análisis permitirán obtener un inventario de los minerales observados y quizás determinar su proporción. En particular, los científicos creen que Bennu contiene minerales hidratados.
Con relación a su origen, los expertos estiman que Bennu se formó a partir de pedazos de un asteroide más grande en el cinturón de asteroides, luego de una colisión masiva, hace entre mil y dos mil millones de años. Creen que el estudio de este y otros asteroides debería permitirles comprender mejor la formación del sistema solar y cómo la Tierra se volvió habitable, ya que los mismos podrían haber traído al planeta los compuestos que posteriormente permitieron el nacimiento de la vida.
De acuerdo con lo informado por la NASA, la mayor parte de la muestra obtenida se conservará para ser estudiada por las generaciones futuras, con instrumentos nuevos y más eficientes y para responder a nuevas preguntas científicas. Esto es lo que se hizo con las rocas lunares traídas durante el programa Apolo.
Además de los conocimientos científicos, una mejor comprensión de la composición de Bennu podría resultar útil si la humanidad alguna vez necesita hacer que se aleje. Si bien no tiene posibilidades de impactar la Tierra hasta mediados del año 2100, las posibilidades aumentan a alrededor de 1 en 1750 entre entonces y el año 2300, dice la NASA.
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