[ Extraído del Manual de Estilo y Ética Periodística de LA NACION, por Octavio Hornos Paz y Nevio Nacinovich, Espasa Calpe, Grupo Editorial Planeta, 1997 ]
LA NACION sostiene que recibir información es uno de los derechos fundamentales del ser humano y que el ciudadano puede exigir que las noticias publicadas por los medios sean veraces y las opiniones, honestas y libres de presiones provenientes del sector público o del privado.
Información y publicidad
Uno de los primeros recaudos para servir al lector es que en el diario pueda diferenciarse con claridad qué es información y qué es publicidad. En consecuencia, se usan tipografías y diagramaciones diferentes para cada uno de esos materiales de comunicación.
Uno de los mayores errores que suelen cometerse en este punto es publicar como texto original de un periódico lo que es un aviso disimulado. LA NACION no admite semejante violación de la confianza de sus lectores.
Noticias y opiniones
Para que el lector no pueda ser inducido al error de confundir noticias con opinión, y viceversa, los textos que expresan pensamiento, comentarios, juicios de valor, creencias o interpretaciones de los redactores deben ser presentados gráficamente de modo diferente de las crónicas, gacetillas y referencias a hechos y datos registrados por el periodista.
En este principio se basa la existencia de las columnas editoriales de LA NACION.
Un estilo al alcance de todos
LA NACION no admite discriminación alguna por razones de raza, religión, nacionalidad, nivel cultural o posición social. Esa valoración igualitaria de la dignidad personal se refleja "en primer lugar" en el uso del castellano, que en sus textos es llano, directo y correcto, inteligible para todos.
Credibilidad
La credibilidad es uno de los valores máximos de LA NACION. Ha sido consolidado a lo largo de las décadas por una conducta basada en la verificación de datos, la consulta de más de una fuente en cada caso, la vinculación constante con los protagonistas y los agentes de los hechos y procesos acerca de los que debe dar noticia.
Tanto las informaciones como las opiniones de LA NACION son sometidas, antes de su publicación, a un análisis serio por parte de los editores y redactores. El resultado de esa conducta tradicional es que en la sociedad argentina puede confiarse en que "si lo dijo LA NACION", así ocurrió.
Veinte (20) principios del periodismo de LA NACION
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El secreto profesional
Las fuentes informativas deberán ser conocidas por las autoridades de la redacción, pero estas -tanto como los periodistas que las hayan consultado- guardarán el secreto profesional ante cualquier requerimiento externo.
Acceso a las noticias
Los profesionales de LA NACION utilizarán solo procedimientos honorables para obtener informaciones, fotografías, entrevistas, y cualquier otro material necesario para su trabajo.
Gratificaciones, dádivas y retribuciones
Está absolutamente prohibido a los profesionales de LA NACION aceptar ningún tipo de retribución ajena por haber participado de cualquier forma en la publicación de una noticia, un aviso, una colaboración, etc. El trabajo de los integrantes del personal del diario es retribuido con exclusividad por la empresa.
Pluralidad de enfoques
En los temas en los que haya posiciones contrapuestas, LA NACION recogerá en sus páginas todas las disidencias, a fin de ofrecer al lector una cobertura completa del asunto. La opinión propia del diario sobre el tema será tratada en la columna de editoriales. Este principio se aplicará también en las crónicas, a fin de que el lector pueda tener un conocimiento completo de lo que arguyen las partes enfrentadas con relación a un suceso.
Versiones y rumores
Las versiones y rumores sobre los hechos -particularmente los de índole política- no deberían ser calificados como noticias, que son informaciones verdaderas. Desde hace un tiempo ya largo en nuestro país -acaso porque las fuentes no suelen ser frontales y también porque, a veces, son el origen de esas versiones y rumores- se admite que los diarios mencionen la existencia de tales especies, de modo que una crónica podría quedar trunca si no lo hiciese.
Ante la imposibilidad de evitar esas menciones, los redactores de LA NACION deberán precisar que no se trata de noticias, sino de subproductos de valor conjetural.
Rectificación de errores
Debe ser el propio diario el que rectifique los errores en que pudo haber incurrido, aunque no lo pida el interesado. En LA NACION, como se sabe, se publica una fe de erratas en la que se registran errores anteriores. Pero hay casos en que, por su importancia, las rectificaciones demandan mayor espacio, que el diario brindará espontáneamente.
La libertad de prensa
Suele pensarse que es algo que beneficia a los editores de los diarios y que, por lo tanto, a ellos corresponde su defensa. La verdad es que esa garantía de todas las otras garantías es un derecho del ciudadano, que le asegura la posibilidad de estar bien informado, a fin de poder tomar decisiones fundadas sobre la realidad.
La libertad de prensa no es una gracia que el Estado dispensa a la ciudadanía, es una norma constitucional argentina. La ley fundamental veda al Congreso legislar en materia de prensa. Estos conceptos conviene divulgarlos a fin de que la ciudadanía participe de la defensa de este bien fundamental en los reiterados casos en que es puesto en peligro.
Anonimato de menores
De acuerdo con lo establecido por ley, los nombres de menores imputados no deben ser publicados.
Violaciones
Los nombres de víctimas de hechos de violación no se publicarán, salvo casos especiales en los que las informaciones carezcan de sentido si no se revelan.
No ofender a naciones y comunidades
Se evitarán los calificativos que puedan resultar ofensivos para algunos grupos nacionales que integran nuestra sociedad. Entre los calificativos hay algunos tradicionales. Por ejemplo, cierto delito entre gente del hampa se denomina "mejicaneada"; a los judíos suele llamárselos despectivamente "rusos", y a los árabes, también peyorativamente, "turcos".
Encuestas de opinión
Es un instrumento que se usa cotidianamente en la prensa. En el caso de publicarlas siempre constarán: el encuestador, el universo consultado, la técnica empleada para el relevamiento y la interpretación.
Información sobre terrorismo
El tratamiento de las noticias sobre actos de terrorismo debe ser encarado con el máximo de atención. Será conveniente distinguir con toda precisión qué es noticia y qué es propaganda. Esa precaución se basa en la certeza de que el terrorismo es en primer lugar un fenómeno de comunicación. Lo que pretenden los grupos que cultivan esa forma de la violencia es lograr no la toma del poder, sino un miedo paralizante en vastos sectores de la sociedad. Una de las reglas de esas organizaciones es que sus atentados produzcan víctimas indiscriminadas, pues lo irracional del método es lo que causa el terror indiscriminado.
Noticias sobre suicidios
Es un hecho comprobado que el suicidio es contagioso. No se han de ocultar las noticias sobre suicidios, pero se evitará la difusión de detalles macabros, en la medida en que no sean necesarios para que la información tenga sentido, esté bien equilibrada y quede completa.
Los secuestros como tema
Muchas veces se pide a los medios que supriman algunos detalles acerca de estos delitos. Y, en algunos casos, se les pide que se suprima totalmente la información. La autoridad de la Redacción decidirá cuándo podrá accederse a ese requerimiento de la familia damnificada o de las autoridades. Una excepción podría encararse si la publicación pusiera en peligro la vida de la víctima o si se corriera el riesgo de entorpecer la liberación del secuestrado o del rehén.
Pretensión protagónica
El cronista que cubre un hecho no debe pretender convertirse en protagonista del suceso ni del texto que redacta. Las dificultades que pueda encontrar en su tarea no le interesan al lector, salvo que sean tan dramáticas como para constituir una noticia en sí mismas. La función del periodista ha de ser tan neutra como para que el hecho que es materia de la noticia ocupe con exclusividad el primer plano.
Cuarto poder
Desde mucho tiempo atrás suele calificarse así a la prensa. Se trata solo de una expresión tradicional, pero todo en el país y en los últimos tiempos algunos programas transmiten la ilusión de que actúan como tribunales. La prensa formula juicios de valor, pero no produce veredictos ni debe ocupar el lugar de un poder del Estado.
Palabras y expresiones malsonantes
El lenguaje que se use en el diario debe ser correcto no solo en cuanto a la forma, sino también con respecto al contenido. Es necesario desterrar las palabras y expresiones malsonantes, salvo en el caso de que no se entienda la noticia sin su mención o hayan sido pronunciadas en circunstancias muy especiales que justifiquen su inserción en el texto.
Primicias de otros medios
El hecho de que otro medio se haya adelantado en la obtención de una información no debe provocar que el diario no la trate como es debido. El compromiso de LA NACION con el lector consiste en que este debe ser informado de todo lo que pasa, sin atender a las circunstancias de competencia.
Reconocimiento de las fuentes
En todos los casos en los que LA NACION haya conseguido una noticia a través de una fuente particular -agencia de noticias, funcionario, medio, etc.- se hará constar el origen de la información. La excepción es la situación en que se pida que no se mencione la fuente. Una vez comprometido LA NACION a respetar el off the record, los respetará, salvo en el caso en que se consiga la misma información por otra vía y que esta pueda ser registrada.
Derecho al silencio
Las personas tienen el derecho de no responder a las requisitorias periodísticas. El periodista debe tener esto en claro de modo de no insistir, para no forzar alguna declaración. Si bien la forma republicana de gobierno demanda la publicidad del acto de los funcionarios, debe saberse que esta obligación no vale en toda ocasión.
No sacar provecho de informaciones
Una obligación moral elemental veda al periodista aprovecharse, en cualquier sentido que no sea informativo, de noticias confidenciales o privilegiadas. Es decir, no aprovechar el acceso privilegiado a fuentes para beneficio personal.
Derechos de autor
El periodista respetará y hará respetar los derechos legítimos de autores y creadores.
Diversidad
LA NACION es un medio con vocación plural y eso se traduce en una exigencia diaria para que todas las informaciones y contenidos en general siempre incluyan todos los puntos de vista afectados y por incluir la mayor diversidad de voces posible.
Diversidad de la Redacción
LA NACION está comprometido con la igualdad de oportunidades. En su política de recursos humanos se valoran únicamente la capacitación profesional y el talento de sus trabajadores, más allá de su género, raza, creencia religiosa o identidad sexual, sin ninguna discriminación. Y ese compromiso conforma una redacción plural y abierta, reflejo de la sociedad que nos rodea.
Guía para la práctica responsable en redes sociales
Decálogo de transformación digital de los medios de GDA
Participación
LA NACION favorece activamente la participación de sus lectores y su interacción con los contenidos. Prácticamente todos los contenidos digitales y de otras plataformas ofrecen un apartado para facilitar datos, comentar las noticias o la labor de nuestros periodistas. Asimismo, se reciben comentarios y feedback de los usuarios a través de los canales sociales, incluyendo Facebook, Twitter e Instagram.
También ofrece la posibilidad de que los lectores denuncien comentarios ofensivos con una tecnología de moderación. Este sistema intenta mantener los estándares de calidad del medio, interviniendo en caso de ser necesario para eliminar insultos, descalificaciones o valoraciones inapropiadas.
La participación también es bienvenida a través de visitas a la Redacción y feedback directo de nuestro sistema de suscripciones.
Para informaciones o sugerencias, LA NACION tiene habilitadas una cuenta de correo electrónico: cartas@lanacion.com.ar, y una línea telefónica: (5411) 5199-4777.
Para consultas de tipo técnico por la suscripción de LA NACION, el punto de contacto es el siguiente: Mi Cuenta
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