“La manzana maldita”: mudarse otra vez, el drama de los vecinos de Caballito por los cortes de luz
Después del gran apagón de ayer, hoy había usuarios con el servicio interrumpido; en redes apodan al barrio “la capital mundial del corte de luz”
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Aunque eran las 12, la casa de Elena Gautier estaba casi a oscuras, apenas iluminada por un velador de luz tenue y los pocos rayos de sol que entraban por una persiana entrecerrada. “Perdón por el desorden, pero nos estamos yendo”, explicó. “Mi marido está con un tratamiento de quimioterapia y por la falta de agua nos tenemos que mudar a lo de mi hija, otra vez”, contó la vecina de 72 años, que vive en un edificio en la avenida José María Moreno al 700 del barrio porteño de Caballito.
Es que después de una serie de cortes de luz intermitentes que comenzaron el 27 de diciembre pasado, hoy la luz volvió a la zona solo parcialmente. La fase que brinda electricidad al ascensor y a la bomba de agua seguía sin funcionar. “Es muy angustiante esta situación. En este momento lo más terrible es el tema del agua. Mi marido no puede ir al baño ni ducharse tranquilo. Es muy difícil vivir así. Yo solo quiero que él esté bien”, dijo Gautier a LA NACIÓN.
A raíz de la temperatura extrema que registró la Capital ayer, se reportaron interrupciones en el servicio eléctrico en diversos puntos del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que afectaron a más de 700.000 usuarios de las zonas norte, oeste y sur de la región. Caballito fue, una vez más, uno de los barrios más perjudicados por el masivo corte. Históricamente el área ha sufrido esta situación casi anualmente, tal es así que en las redes sociales ya lo apodaron como “la capital mundial del corte de luz”.
“Esta es la manzana maldita [delimitada por las avenidas José María Moreno y Directorio y las calles José Bonifacio y Beauchef]. Se corta la luz todo el tiempo”, comentó Mónica Sierra, que tiene 70 años y vive hace 13 en el mismo edificio que Gautier. “Estar sin luz ni agua te cambia el esquema y la rutina. No podés decidir nada en concreto y eso nos afecta psíquicamente a muchos”, explicó. “El problema es que viene una cuadrilla a arreglar el problema y a la media hora se vuelve a cortar la luz. Hacen arreglos momentáneos que generan un costo inútil para todos”, dijo Daniel Martínez, marido de Sierra.
Nora Schwarzberg vive en el noveno piso del mismo edificio dentro de la famosa “manzana maldita”. “Desde el 27 de diciembre que venimos con esto. Estuvimos una semana entera sin luz, sin agua y sin ascensores. En mi caso me mudé a lo de mi hija que por suerte vive cerca y venía dos veces por día a ver a mi gato. Tuvimos que cortar la calle tres veces con una fogata y ni así nos escuchan. Algunos vecinos piensan ir a la puerta de Edesur a manifestarse de un modo un poco más salvaje, porque al parecer civilizadamente no nos dan bolilla”, dijo, enojada.
“Está todo relacionado a la ola de calor. Son problemas que se dan por fallas puntuales que tienen que ver con el enorme exceso de demanda que estamos observando y la concentración en ciertos puntos de la ciudad. Están trabajando y esperamos que se reestablezca en al transcurso de esta tarde”, dijo Pablo Hacker, jefe de prensa de Enel, el grupo a cargo de Edesur. “Es verdad que hay puntos donde todavía faltan cosas por hacer. Hay zonas en donde la demanda de energía creció exponencialmente en el último tiempo y estamos haciendo obras para mejorar el servicio en esos lugares”, reconoció Hacker y agregó que “en los últimos 5 años, se mejoraron los cortes un 55% en toda el área de concesión. El sistema eléctrico está en una recomposición que es un camino que lleva años porque estaba muy mal y hoy está sustancialmente mejor”.
De acuerdo al encargado del edificio, Facundo Parodi, en el lugar viven adultos mayores con distintos problemas de salud que deben vivir una pesadilla por las interrupciones energéticas. “Es lamentable la situación. Acá vive gente que necesita luz para continuar con sus tratamientos médicos y entonces se tienen que mudar a donde pueden”.
Cerca del mediodía de hoy, una camioneta de Defensa Civil se acercó al edificio a llenar el tanque de agua del complejo de viviendas. Parodi se encarga de subir baldes y bidones a los vecinos.
“Nosotros tratamos de mantener la calma, porque por suerte tenemos la contención de nuestros hijos que nos ayudan mucho, pero debe haber gente que la está pasando aún peor”, reflexionó Gautier.
Hacia las 14.30 de hoy, cuando la temperatura en Capital marcaba 30,9°C, 18.901 usuarios de Edesur de distintas localidades seguían sin luz. Entre ellas, figuraba Caballito.
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